23 Diciembre 2022

Viña del Mar | Terapia Ocupacional realizó la jornada Programa BienEstar: Experiencias en el marco de prácticas profesionales virtuales con perspectiva de género y DDHH 2022

En la actividad se presentó el proyecto, originado en la pandemia, que dio continuidad a prácticas profesionales durante la etapa de confinamiento

BienEstar fue un proyecto de apoyo terapéutico, principalmente para mujeres mayores de 18 años que necesitaban de apoyo y/o asesoría y convivieron con alguna patología o dolencia, donde adquirieron distintas herramientas que podían transferir a otras.

Esta iniciativa, realizada de forma virtual, comenzó en mayo del 2021 y se ha mantenido hasta la actualidad. Participaron aproximadamente 15 mujeres, guiadas por 8 estudiantes, quienes estuvieron a cargo de la académica Cristal Campillay.

La presentación del “Programa BienEstar: Experiencias en el marco de prácticas profesionales virtuales con perspectiva de género y DDHH 2022” se llevó a cabo el lunes 19 de diciembre de 2022 en el Auditorio Rojo de la UNAB, sede Viña del Mar.

Para Cristal Campillay, docente de Terapia Ocupacional Unab, encargada del programa BienEstar, el poder realizar esta actividad significó “el resultado de mucho esfuerzo conjunto, que tiene que ver con poner en valor la profesión y la importancia que posee la experiencia de las mujeres que fueron protagonistas de este proyecto”.

Asimismo, agregó que “las mujeres se entregan al cuidado de las personas por el mundo, pero el no cuidarnos a nosotras mismas en virtud de lo que hacemos, muchas veces termina desarrollando patologías, y esto nos lleva a los profesionales de salud a no solo quedarnos con el rol de la rehabilitación, sino que también somos agentes de cambios sociales, por esto, tenemos un papel muy importante en la promoción de la salud”.

Experiencias vividas por las participantes

En esta jornada se dio un espacio de conversación para que las mujeres beneficiadas por este programa pudieran compartir sus experiencias.

Raquel Maureira, perteneciente al grupo, comentó que “este proyecto ha sido muy generoso y aliviador porque todas nos entendíamos, si una tenía pena todas llorábamos, también contábamos chistes y nos reíamos a carcajadas, fue un espacio que nos sacó de la soledad de la pandemia, sobre todo a las mujeres mayores, esto es maravilloso y agradezco mucho a las estudiantes, ahora profesionales, que nos hicieron nuestras terapias”.

Fanny Duarte, participante del grupo, expresó que “para mí ha sido una experiencia muy linda porque siempre estoy sola y esto me ayudó mucho a salir adelante. Se me hace larga la semana y cuando llega el jueves y nos juntamos se me pasa el tiempo volando porque hemos aprendido muchas cosas. Las chicas que trabajaron con nosotras hacen una labor muy importante y se los agradezco mucho, nos han enseñado a vivir la vida tranquilas y sin problemas”.

Exalumnas, sus prácticas e investigaciones

Posterior a la presentación del programa, tres de las exalumnas que realizaron sus prácticas en el marco de este, expusieron sobre temáticas relacionadas a sus experiencias asociadas a BienEstar.

En primer lugar, Jocelyn Ruíz, Terapeuta Ocupacional, presentó el tema “Precarización del cuidado: Un trabajo feminizado que sigue impactando en la participación ocupacional de las mujeres”. En esta oportunidad expresó su felicidad al ver a las usuarias por primera vez en persona y no a través de una pantalla.

La profesional sostuvo que “durante el desarrollo de nuestra práctica, tuvimos la oportunidad de desarrollar temas de investigación y encontrarnos con una realidad que nos golpea fuerte. Mi trabajo considera a un grupo que tenía una vulnerabilidad previa a la pandemia y este se integra por mujeres consideradas como “las cuidadoras del mundo”, quienes no reciben remuneración económica ni reconocimiento social y no son protegidas, lo que muestra una ceguera de género”.

Valentina López, Terapeuta ocupacional, fue la encargada de exponer en segundo lugar, quien abordó la “Influencia histórica en la ocupación de la mujer y su doble presencia: como impactan el equilibrio ocupacional”.

Para la exalumna “esta doble presencia en mi práctica profesional me marcó mucho. En la investigación me posiciono desde la I Guerra Mundial, donde las mujeres tomaron el mando en temas de medicina, confección, cuidado de hogar. En 1920 las flappers, bajo la sombra del hombre, decidieron iniciar trabajos que eran visto como algo masculino, en donde la mujer chilena siguió esta corriente”.

En su investigación, situada en este contexto, Valentina López determinó que “existe un constante desequilibrio en las rutinas establecidas para las mujeres y esta situación trae consigo un estigma de roles impuesto por la sociedad, donde a estos largos periodos no se les da el valor correspondiente a quienes realizan un trabajo de jornadas de entre 5-6 horas diarias fuera de casa para volver y seguir trabajando dentro de ella”.

Para finalizar, Gabriela Bazáez, Terapeuta ocupacional, realizó la presentación titulada “Mujeres en deconstrucción ocupacional”, quien partió comentando que la palabra deconstrucción se asociaba a algo negativo en sus inicios, pero, según la profesional, “esta palabra nos habla de deshacer algo analíticamente para darle una nueva estructura y es una oportunidad para mejorarlo”. En este caso, la deconstrucción fue asociada a las mujeres y sus roles.

Bazáez aseguró que “la desconstrucción ocupacional asociada a la feminidad no se realiza de un momento a otro y no tiene el mismo significado para todas las mujeres porque la persona decide si quiere desempeñarse en ese rol o no. Esto sigue y seguirá en proceso de cambio ya que cada una pasa por un proceso individual, mientras están inmersas en un contexto social que puede ser un facilitador o un obstáculo”.

Escrito por Prensa