UNAB ya firmó segundo Acuerdo de Producción Limpia en el camino del desarrollo sostenible
Este acuerdo incorpora, a través de 116 metas, temas que van desde la diversidad de género y el reciclaje hasta la incorporación en la malla curricular de materias tales como cambio climático y economía circular.
El jueves 9 de septiembre, se realizó el lanzamiento del segundo Acuerdo de Producción Limpia, de las 25 instituciones convocadas, 10 ya firmaron el acuerdo, entre ellas esta U. Andrés Bello. Las restantes tendrán plazo hasta el 31 de diciembre de este año para suscribir este acuerdo que entrará en vigor en 2022.
A diferencia del primer acuerdo este abarcará no solo a universidades, sino que también a institutos profesionales y centros de formación técnica, además de incluir temas de género dentro de las materias a abordar, y requerir del nombramiento de una unidad especializada a cargo del supervisar el cumplimiento del acuerdo.
“UNAB ha participado a lo largo de su historia en distintos desafíos pro sostenibilidad en el mundo público y privado así, por ejemplo, ha apoyado incansablemente a empresas para avanzar en la adhesión de los objetivos de desarrollo sostenible a través de la Red Pacto Global Chile” destacó el Prorrector, Gonzalo Guzmán.
Metas del acuerdo
Este acuerdo busca marcar el camino hacia la sostenibilidad para las instituciones de Educación Superior, en su trabajo con las comunidades, abarcando: gobernanza y seguimiento, cultura de sostenibilidad, academia, gestión de campus y vinculación con el medio y responsabilidad social, mismos elementos que ya se encuentran incorporados en la hoja de ruta de nuestra Universidad.
El convenio firmado con la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático contempla cinco metas, asociadas a 116 acciones, las que tienen hasta 36 meses para su cumplimiento, con un esquema de certificación gradual.
Para las instituciones de Educación Superior, este APL, basado en la herramienta de Reporte y Evaluación de la Sustentabilidad en Instituciones de Educación Superior (RESIES), constituye un instrumento de gestión pro sostenibilidad, una instancia para identificar los aspectos de mayor relevancia, jerarquizar prioridades en la gestión, comprometer actividades y metas específicas en pro de su mejoramiento continuo, contribuyendo positivamente al cumplimiento de estándares de sostenibilidad.
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