UNAB realiza seminario de jóvenes tesistas del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia
El seminario interdisciplinario tuvo como protagonistas a Verónica Villalobos del Doctorado en Ciencias Biomédicas de la U. de Chile, y María Andreína Rangel, del programa de Doctorado en Biomedicina de la UNAB. Ambas resaltaron la importancia de la interacción y el enriquecimiento científico obtenido con esta instancia.
El auditorio del Edificio de Investigación de la Universidad Andrés Bello fue el escenario que acogió a las dos jóvenes tesistas del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII) que en esta ocasión tuvieron la oportunidad de presentar sus trabajos de investigación ante sus compañeros y profesores del IMII, para luego responder preguntas desde el público.
Se trató de Verónica Villalobos, estudiante del Doctorado en Ciencias Biomédicas de la Universidad de Chile y María Andreína Rangel, estudiante del doctorado en Biomedicina de la UNAB. Ambas son parte del grupo de inflamación del IMII, entidad compuesta por estudiantes y docentes de la Pontificia Universidad Católica, la Universidad de Chile y la Universidad Andrés Bello. La actividad fue organizada precisamente para generar una instancia que favorezca la interacción y el encuentro entre sus miembros, y así enriquecer los trabajos de investigación de las expositoras.
“Compartir con otros científicos es fundamental para la formación científica”, indica Claudia Riedel, académica de la Facultad de Ciencias de la Vida UNAB y miembro del IMII. “Aquí hay estudiantes de pregrado, de carreras como bioquímica y biotecnología, también de doctorado, que en su formación necesitan saber expresar oralmente su investigación, recibir la opinión de la masa crítica científica. Esta interacción permite el desarrollo científico en comunidad” y agrega:
Este tipo de instancias son muy buenas para ellos, para salir del laboratorio y enriquecerse científicamente, para conversar y desarrollar la comunicación científica.
El valor de las preguntas
La primera en exponer fue la estudiante del Doctorado en Ciencias Biomédicas de la Universidad de Chile, Verónica Villalobos. Su tesis se titula “El efecto del envejecimiento en la expresión de receptores de reconocimiento de patrones en macrófagos humanos durante el envejecimiento y su rol con las enfermedades periodontales”.
En su presentación, Villalobos compartió los avances de su trabajo, focalizado en el estudio de los macrófagos, células inmunes con variadas funciones, entre ellas la defensa contra infecciones. El foco principal aborda cómo estas células se ven afectadas durante el envejecimiento y cómo estas alteraciones pueden estar relacionadas con una mayor predisposición a enfermedades.
La alumna de la U. de Chile estudia específicamente los cambios en los receptores de los macrófagos que les permiten a estas células identificar agentes infecciosos, explorando si la disminución en su capacidad de reconocimiento durante el proceso de envejecimiento podría estar vinculada a problemas de salud, especialmente en el contexto de la encía, que se ha establecido como un marcador de envejecimiento biológico y está asociada a afecciones como la periodontitis y la periimplantitis.
La joven bioquímica valoró la oportunidad de dar a conocer su trabajo ante pares científicos, señalando: “Tener esta instancia ayuda a que me hagan preguntas y nos cuestionemos cómo más podemos evaluar o a qué más pueden ir dirigidos los resultados que estoy obteniendo. Esas preguntas, esos pequeños comentarios, nos van dando paso a nuevas preguntas para seguir desarrollando el tema”.
Seminario IMII: Una instancia enriquecedora
La siguiente presentación estuvo a cargo de María Andreína Rangel, estudiante del programa de Doctorado en Biomedicina de la Universidad Andrés Bello. Su tesis se titula “Evaluación de la actividad mitocondrial y el metabolismo glicolítico de las células T reguladoras de la progenie gestada en hipotiroxinemia que se desafían con la EAE, modelo de esclerosis múltiple en animales”.
La tesis doctoral aborda el impacto de las hormonas tiroideas durante el periodo gestacional, centrándose en la hipotiroxinemia gestacional, una deficiencia de la hormona tiroxina (T4) en las mujeres embarazadas. Esta carencia afecta la provisión de hormonas tiroideas al feto durante el primer trimestre, cuando aún no puede sintetizar sus propias hormonas tiroideas, condición que impacta de forma negativa el desarrollo del sistema nervioso central del feto en gestación.
El trabajo de Rangel muestra que las consecuencias de la hipotiroxinemia gestacional van más allá del sistema nervioso central, afectando también la función del sistema inmune. Su estudio se concentra en un tipo específico de células del sistema inmunitario, los linfocitos T reguladores que mantienen la homeostasis y previenen respuestas autoinmunes. Se utiliza un modelo animal de enfermedad autoinmune similar a la esclerosis múltiple para evaluar cómo los linfocitos T reguladores de la progenie gestada en condiciones de hipotiroxinemia responden a este desafío autoinmune. El foco central de la tesis radica en analizar el efecto de la hipotiroxinemia gestacional sobre el metabolismo mitocondrial de los linfocitos T reguladores y su posible consecuencia en la función de estas células.
“La hipótesis de nuestro trabajo es que la hipotiroxinemia gestacional genera un daño en el desarrollo del sistema inmune de estos animales, además del daño al sistema nervioso que hemos visto y que está ampliamente registrado en la bibliografía”, explica la estudiante UNAB.
Su tesis tiene como objetivo descubrir si existe una relación entre la deficiencia hormonal durante la gestación y el deterioro metabólico en los linfocitos T reguladores, lo que podría tener implicaciones en la regulación del sistema inmunitario y en la predisposición a enfermedades autoinmunes en los individuos afectados.
En cuanto a la posibilidad de compartir con compañeros de otros doctorados y de otras universidades, María Andreína señaló: “Es absolutamente enriquecedor, en todo sentido”, no solo por la oportunidad de conocer qué hacen otros investigadores, sino porque pueden establecer colaboraciones. «Si estamos estudiando, en nuestro caso, células inmunes, el metabolismo, ¿qué otra cosa podríamos estudiar con otros investigadores que manejen la técnica, que conozcan el sistema? Entonces es un ganar-ganar; una instancia que siempre se valora, el poder divulgar lo que estamos haciendo en el laboratorio”.