The Clinic | Los centímetros sí importan: cómo las oportunidades de los chilenos pueden estar determinadas por su estatura
María Alejandra Energici, socióloga de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Andrés Bello, plantea que la estatura puede jugar un papel crucial en las oportunidades laborales y sociales de las personas, ya que, se ha convertido en una metáfora social de estatus y poder
El reciente informe de la NCD Risk Factor Collaboration del 2023 arrojó luz sobre un tema que genera debate en Chile: la estatura y su impacto en las oportunidades de las personas en la sociedad. Según este informe, los hombres chilenos tienen un promedio de estatura de 1.73 metros, mientras que las mujeres alcanzan un promedio de 1.59 metros. Pero más allá de ser simples cifras, ¿qué implicaciones tiene esto en la vida cotidiana de los chilenos?
María Alejandra Energici, socióloga de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales (FECS) de la Universidad Andrés Bello (UNAB), plantea que la estatura puede jugar un papel crucial en las oportunidades laborales y sociales de las personas. «Las normas estéticas determinan nuestras posibilidades en este país. Lo físico puede llegar a afectar incluso las oportunidades laborales, de contratación y de salario. Pasa con la gordura, pasa con la altura», enfatiza.
La discriminación por la estatura se extiende incluso al ámbito laboral, según un estudio de la Fundación Ronda, que reveló que el físico está entre las tres principales causas de discriminación en la oficina. Esta preocupación por la estatura también se refleja en el número de consultas en endocrinología por talla baja, donde muchas familias buscan soluciones para sus hijos que no se ajustan a los estándares de altura socialmente aceptados.
Pero la preocupación por la estatura no solo afecta a los individuos, sino también a la sociedad en su conjunto. Según Energici, la estatura se ha convertido en una metáfora social de estatus y poder. Las normas de género también desempeñan un papel importante, ya que tanto hombres como mujeres enfrentan presiones para cumplir con ciertos estándares de altura que están arraigados en las expectativas sociales.