T13 | 5 hábitos que parecen inofensivos… pero dañan tus dientes más de lo que crees
El director de la carrera de Odontología de la U. Andrés Bello, sede Viña del Mar, Ramón Schilieper, advirtió sobre 5 hábitos que dañan nuestros dientes.
Cuando hablamos de salud bucal, solemos centrarnos en cepillarnos los dientes, usar hilo dental o reducir el consumo de azúcares. Sin embargo, existen pequeños hábitos cotidianos que muchos consideramos normales —o incluso saludables— y que, sin darnos cuenta, pueden estar dañando nuestra dentadura día tras día.
El Dr. Ramón Schilieper, director de la carrera de Odontología de la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar, advierte que la clave no es alarmarse, sino identificar estas costumbres y modificarlas a tiempo para mantener una sonrisa sana y funcional.
1. Comer limón (o alimentos ácidos) y cepillarse justo después
El limón, las naranjas, el vinagre y otras comidas ácidas erosionan la capa más superficial del esmalte dental. Tras ingerirlos, los dientes quedan temporalmente más vulnerables, y cepillarse de inmediato solo empeora la situación: al frotar el cepillo sobre la superficie debilitada, se pierde esmalte, lo que aumenta la sensibilidad y el riesgo de caries.
¿Qué hacer? Esperar al menos 30 minutos antes de cepillarte, o aplicar una pequeña cantidad de pasta dental con el dedo para ayudar a remineralizar los dientes.
2. Morderse las uñas o los “cueritos” de los dedos
Este hábito, conocido como onicofagia o bricomanía, genera un desgaste anormal en los bordes de los dientes y sobrecarga la articulación temporomandibular (ATM), que conecta la mandíbula con el cráneo. Con el tiempo, esto puede causar dolor, ruidos articulares e incluso problemas para abrir o cerrar la boca.
3. Usar los dientes como herramienta
Abrir paquetes, cortar cinta o destapar objetos con los dientes es más común de lo que parece. Pero convertir los dientes en herramientas improvisadas provoca microfracturas, pérdida de esmalte y, en casos graves, fracturas dentales que requieren tratamientos costosos.
Recuerda: los dientes están diseñados para masticar alimentos, no para reemplazar tijeras o alicates.
4. Enjuagarse demasiado después del cepillado
Aunque puede parecer una buena idea, enjuagarse en exceso elimina el flúor de la pasta dental justo cuando debería quedarse en la boca para proteger y fortalecer el esmalte. Al enjuagar con mucha agua, se pierde el beneficio del flúor.
¿Lo ideal? Escupir el exceso de pasta sin enjuagar, o hacerlo solo con un pequeño sorbo de agua.
5. Consumir bebidas ácidas con frecuencia
Bebidas como agua con gas, tés de frutas o infusiones cítricas tienen un pH bajo, capaz de desgastar el esmalte si se consumen repetidamente, especialmente si se toman a sorbos durante horas. Aunque sean bebidas sin azúcar, su acidez basta para generar daño.
¿Cómo prevenirlo? Tomarlas de una sola vez y beber agua natural después para neutralizar la acidez.