SOY UNAB | Una de las primeras farmacéuticas en Chile atendiendo pacientes en un servicio de urgencia
A sus 29 años, Belén Andrea Quinteros Aguilera ya ha hecho historia. La joven se tituló en la Escuela de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello en 2019 y, desde entonces, mantiene un compromiso especial con su profesión, que incluso la ha llevado a ser una de las primeras farmacéuticas atendiendo pacientes en un servicio de urgencia.
¿Por qué decidiste estudiar Química y Farmacia?
Fue bastante cómica la manera en que lo decidí. En un comienzo quería ser bioquímica, conocía la carrera química y farmacia desde la mirada industrial por que en mi familia existen estos profesionales, pero algo me faltaba. Sin embargo, el día que fui a averiguar sobre la carrera a la UNAB no existían orientadores de esa área por lo que salí de la institución sin ninguna información y, por cosas de la vida, cuando iba por República conversando con mi prima me escuchó un profesor quien me gritó y detuvo ofreciéndome su ayuda y orientación.
Él me comenta que era bioquímico en cuba y estudio química y farmacia en Chile, me comentó su experiencia como bioquímico y Químico Farmacéutico, me habló sobre la malla curricular, me amplió la mirada del farmacéutico, me mostró todas las áreas en las que están presentes y eso llenó el conocimiento de que significa ser químico farmacéutico.
En definitiva, fue la persona que me hizo tomar la decisión de estudiar química y farmacia. Pese a esto como dije en mi familia existen varios profesionales de la salud, tecnólogos médicos, matronas, kinesiólogos, por lo que jamás he sido ajena al término paciente, siempre tuve en mente algo que me ligara de forma directa o indirecta a ellos, algo que me permitiera generar un impacto en la sociedad.
¿Como recuerdas los años como estudiante?
Recuerdo muy bien mi primer año de carrera. Esas ventanas eternas que al pasar los años se hacían cada vez menores. Sin embargo, durante ese primer año tuve una experiencia personal en donde nuevamente me marcó un profesor que me enseñó algo que jamás olvidaré, la humildad.
Recuerdo otros profesores de los cuales siempre destaqué su pasión por la carrera y, pese a sufrir por sus exigencias siempre les estaré agradecida. Profesores me mostraron el área clínica y fue ese el año cuando me convencí de que quería algo que impactará en los pacientes, fue con ellos donde viví la complejidad del área, fue lo que vi en ellos lo que me llevó a definir que quería generar un impacto en los pacientes.
En general, recuerdo mis años de estudiante como una experiencia llena de emociones y sensaciones, alegrías, rabia, tristeza, frustraciones, y recuerdo siempre a mis dos principales amigos de universidad quienes hacían de mis momentos difíciles algo divertido. Recuerdo a algunos pocos compañeros que, pese a no tener relaciones, me animaban de alguna u otra forma.
También, siempre mi vía de escape era el gimnasio, donde compartía con gente de otras carreras totalmente diferente. Compartía más con ellos que con gente de mi propia carrera, el Gimnasio mi lugar de descarga.
Si bien hoy tengo un título, considero que nuestra área no nos permite dejar de estudiar, debemos estar constantemente actualizados, siempre estoy aprendiendo algo y, actualmente, tengo la fortuna de seguir aprendiendo de los que en algún momento fueron mis profesores, pero hoy son mis colegas.
¿Qué herramientas te entregó la UNAB para desarrollarte profesionalmente?
La visión clínica, el perfil del químico farmacéutico en la universidad es algo que me impactó como profesional. He compartido con colegas de otras universidades, colegas que admiro y destacó en profundidad.
Sin embargo, el perfil clínico, esa mirada del paciente marca una diferencia. Y como dije, cada experiencia diferente vivida con los profesores, me entregó conocimiento, pero aún más me entregó un crecimiento personal.
¿Qué significa para ti ser docente ahora de la escuela de Química y Farmacia?
Hoy, ser docente significa un desafío personal, pero aún más, representa una oportunidad gigante, ya que puedo entregar y compartir mi experiencia, puedo entregar conocimiento, acompañar a los estudiantes y mostrarles que se puede. Significa ser partícipe del desarrollo profesional y como persona de ellos y significa tremenda responsabilidad.
El ser docente significa aprender de mis internos o estudiantes, generando herramientas que me permitan volverlos profesionales y personas integrales.
Eres una de las primeras farmacéuticas en Chile que se desempeña atendiendo pacientes en un servicio de urgencia. ¿Como percibes este hecho?
Son pocos los farmacéuticos que tienen la oportunidad de trabajar en un servicio de urgencias y ser una de ellas me llena de orgullo, agradezco la oportunidad todos los días de estar ahí, día a día es un desafío diferente, todos los días se aprende o se trabaja en algo nuevo.
Es complejo estar en una unidad que es la puerta de entrada de pacientes que llegan en situaciones graves, acomplejados, muchas veces agresivos que generan situaciones de riesgo al personal ante los cuales uno está expuesto.
Es difícil ver a la gente traer a sus familiares graves, es difícil lidiar con lo agudo sabiendo que detrás de la puerta existe alguien esperando obtener información. Sin embargo, es un servicio espectacular, es un área donde como farmacéuticos tenemos mucho que entregar, aprender y desarrollar, es un servicio donde la adrenalina aparece en momentos de la nada y todos corren, se mueven por sacar al paciente de lo agudo.
Es un servicio realmente adictivo y adrenalínico, en donde siempre pero siempre se puede aportar farmacéuticamente, es un servicio donde incluso se pueden llevar a cabo todas nuestras funciones desde el generar estudios, sugerir a los médicos, notificar problemas relacionados a medicamentos, y realizar anamnesis farmacológicas a los pacientes o familiares que los acompañan. Simplemente es una experiencia compleja pero espectacular.
¿Es difícil para las mujeres llegar a este cargo?
Como se sabe, los mayores exponentes del área son hombres, existen pocas mujeres reconocidas en el área clínica y jamás he pensado que es porque son mujeres, para mí son mis motivaciones día a día.
Si es difícil como mujer llegar a este cargo no sabría responder, creo que como mujer podemos desarrollarnos donde sea y donde queramos mientras insistamos y, por lo mismo, espero que con el tiempo existan más mujeres en él área, ya que no hay duda que podemos demostrar que si se puede, todo va en el deseo que tengas de querer llegar ahí.
¿Cuáles son tus desafíos en lo personal y profesional a corto y mediano plazo?
Más que desafíos, son motivaciones constantes: Seguir aprendiendo del equipo multidisciplinario, de todos los profesionales que me rodean y mejorar día a día para entregar de mejor manera ayuda al médico a enfermería a los técnicos, a todo el equipo multidisciplinario porque sé que de esa forma se obtienen mejores resultados para los pacientes.
Como desafío o meta a mediano y largo plazo es obtener la especialidad y perfeccionarme con experiencias, ya sea a nivel nacional o internacionales, y como lo mencioné anteriormente, convertirme en una de las grandes exponentes farmacéuticas femeninas del área clínica y en urgencias.
¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
Amo bailar, cantar, pintar, pasar tiempo con mi pareja, amigos, familia, lo paso muy bien entrenando en el gimnasio de la UNAB. Me gusta leer, salir, conocer gente. Y, obviamente, después de una jornada o semanas laborales agotadoras llegar y acostarse, hacer nada es lo que disfruto al 100%.
Por ultimo. ¿Cuál es el colmo de una química farmacéutica?
Tomar fármacos con cualquier líquido disponible que tenga a la mano.
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