17 Febrero 2023

SOY UNAB | Macarena Galleguillos, una mujer que mezcla la pedagogía, expediciones de montañas y el deporte

Macarena Galleguillos es Alumni de Pedagogía en Educación Física de la U. Andrés Bello y, desde muy pequeña, se ha dedicado al deporte. Actualmente, cursa un magíster, hace clases, trabaja en empresas del rubro de expedición y su gran pasión es escalar montañas.

soy unab

Hace ocho años, Macarena Galleguillos, titulada de la carrera de Educación Física de la U. Andrés Bello, es profesora de varias asignaturas de Turismo Aventura en DuocUC.

Asimismo, esta Alumni UNAB trabaja con varias empresas del mismo rubro, sobre todo, en expediciones de montañas. “Eso me permite una vinculación con el medio como profesora y tomarlo como experiencia para hacer mis clases”, comenta la también deportista de la clínica MEDS y futura Magíster en Educación Superior.

Entre todas su actividades, el año pasado participó en un documental de mujeres latinoamericanas que suben la montaña más alta de Chile, el Ojos del Salado.

¿Por qué elegiste la UNAB como casa de estudios y cómo recuerdas tu paso por la vida universitaria?

Escogí la Andrés Bello por su trayectoria e infraestructura y, además, tenía muchos espacios para practicar y entrenar.

Mi paso por la UNAB fue muy entretenido, en cuanto a recreación y aprendizaje porque era deporte todo el día. Además, jugaba en la selección de básquetbol de la universidad y estaba con beca deportiva, así que me movía de un lado a otro, ya que de los ramos de la malla, tenía entrenamiento tres veces a la semana. Lo pasé increíble y aprendí muchísimo.

Dentro de los profesores que tuviste en la universidad, ¿hay alguno que haya influido en tu camino y te haya motivado?

El paso por la carrera consolidó muchas de las labores que he desarrollado y todos los académicos fueron sumamente inspiradores y nos ayudaban a ir un poco más allá de nuestras capacidades. Recuerdo, particularmente, al profesor Raúl Urbina y Jaime Fillol, quien era director de carrera y era muy valorable que un deportista como él, con su trayectoria, estuviera a cargo.

¿Qué herramienta entregada por la universidad te ha servido para tu desarrollo profesional y desempeñarte en lo que hoy haces?

La más importante, sin duda, fue crear los espacios para que nos pudiéramos desarrollar en un rubro que no es una carrera tradicional, en donde nos brindó los espacios y el nivel de una carrera como lo merecíamos. La universidad tomaba muy en serio esta profesión, me ayudó sentir este mundo de la educación física y la psicomotricidad, todo esto me sirvió la encontrar una validación y confianza.

Me ayudó mucho a encontrar mi destino: hoy hago clases, sigo siendo deportista, hago las cosas que me gustan y la UNAB fue un apoyo y un gran empuje.

¿Cómo compatibilizas todas tus labores?

Este año ha sido bien intenso y no tengo mucho tiempo, tengo que compatibilizar el estudio con el deporte y la docencia, que tiene los matices en que no es solo el trabajo en el aula, sino que también tienes que corregir y planificar. Sin embargo, si yo estuviera de vacaciones, estaría haciendo lo mismo, seguiría subiendo cerros, yendo a la naturaleza porque disfruto tanto haciendo mi trabajo que no se hace tan pesado.

¿Qué te motivó a empezar a hacer clases en la universidad?

La pedagogía siempre ha estado en mí, me gusta mucho enseñar y, al salir de la universidad, descubrí que me gustaba mucho más la educación superior porque son personas que realmente quieren aprender lo que yo tengo para entregarles.

Me motivó mucho la combinación de enseñar, dejar una huella y mezclarlo con deporte inserto en la naturaleza. Eso me hace sentir que estoy en el mejor lugar que he podido estar.

¿Cuáles son los desafíos que enfrentas en tu día a día?

Para mí es un desafío el mantenerme activa, motivada y satisfecha con lo que estoy haciendo porque es importante saber que estoy entregando buenas herramientas a los estudiantes, formándolos de buena manera, enseñándolos con el ejemplo, por lo mismo me trato de mantener activa y poder acompañarlos en el proceso de escalar una montaña, práctica de bicicletas, kayak, entre otras disciplinas.

¿De qué forma contribuyes desde lo que haces o desempeñas a la sociedad?

Mi granito de arena está en inspirar y enseñar, por ejemplo, cuando un estudiante me dice “nunca lo había vivido, me enamoré, lo quiero hacer por el resto de mi vida” creo que esto es ayudarle a alguien a encontrar un rumbo, desarrollar su verdadero potencial, ahí está mi aporte a la sociedad.

¿Tienes algún hobby?

La verdad es que es más de lo mismo, me encanta la montaña así que cuando no estoy haciendo expediciones que involucran trabajo, voy a la escalar de todas formas, es parte de mí.

¿Cómo comenzaste tu vida en el deporte?

Todo partió desde pequeña, nací y crecí en el Cajón del Maipo, rodeada de naturaleza así que salía de mi casa y estaba subiéndome a árboles y jugando todo el día. Posteriormente, en el colegio, siempre me interesé por el deporte y fui siempre me pedían que compitiera. Sumado a esto está el basquetbol, que lo practicaba de otra forma, fui seleccionada nacional en la época del colegio y en la UNAB me becaron así que competía por la universidad.

El deporte es parte fundamental de mi vida, ya no en ese nivel, pero sigo haciendo mucho ejercicio.

Mi pasión por subir cerros nació desde mi papá, en el Cajón, donde me llevó muchas veces a escalar. Después, al entrar al colegio, me dediqué a otros deportes y perdí la práctica de las expediciones pero, al salir de la universidad lo retomé, una vez que me fui a vivir a San Pedro de Atacama y hoy en día es mi deporte de cabecera.

He tenido la suerte de viajar fuera de Chile y poder subir cerros, también grandes montañas acá y es una pasión muy bonita que me llegó en otra etapa de la vida, más adulta, donde dejé de lado los otros deportes que son más competitivos, en este momento quiero entrenar de forma más tranquila, en vinculación con la naturaleza, de forma autónoma y habitual, siempre estoy pensando en cual será el próximo cerro que voy a subir. Además, el año pasado participé en un documental de mujeres latinoamericanas que suben la montaña más alta de Chile, que es el Ojos del Salado y fue una experiencia muy bonita.

¿Qué es lo que más disfrutas del deporte?

Las endorfinas, es decir, la sensación post entrenamiento, y es la mejor manera de ahorrarse medicamentos el día de mañana. El deporte me permite tener una buena calidad de vida en cuanto a emocionalidad, tranquilidad, buen dormir, arregla todo.

¿Qué opinas sobre cómo se desarrolla el deporte en Chile? ¿Cambiarías algo respecto al apoyo que se les entrega a los competidores?

Hay muchas cosas que mejorar, pero ha habido un gran avance, lo digo por experiencia propia, hace 20 años atrás entrenábamos de forma paupérrima, vi grandes talentos perderse por esta situación. Siempre va a faltar y se van a necesitar cambios, pero, en la actualidad, se valora mucho más. Por ejemplo, el caso del futbol femenino, hace algunos años era impensado todo lo que está pasando con ese deporte y las mujeres, donde muchas son reconocidas mundialmente.

Escrito por Sonia Tamayo