26 Julio 2023

SOY UNAB | La educadora que implementó dos zonas lúdicas para niños hospitalizados

La egresada de la UNAB se distingue por ser una profesional con vocación de servicio, la que durante 7 años ha contribuido significativamente a la comunidad de Valparaíso. Liderando creativas campañas solidarias, ha logrado implementar y mantener 2 jardines infantiles en el Hospital Gustavo Fricke. Dichos espacios fueron diseñados para los niños que están hospitalizados con el objetivo de ayudarles en su recuperación.

Soy UNAB

En 2007 Dalila Vásquez egresó de la carrera de Educación Parvularia de la U. Andrés Bello, de la sede UNAB de Viña del Mar. Desde entonces, inició un camino marcado por el servicio social y compromiso formativo. Asimismo, la pedagoga se distingue por su desempeño excepcional en el Hospital Gustavo Fricke, servicio de alta complejidad y uno de los centros de salud más grande en el país.

Se especializó en psicopedagogía, comunicación y liderazgo y gestión educativa, sin embargo, lo que más destaca en su cargo es su capacidad de gestión. Competencia con la que implementó dos jardines infantiles para los pacientes hospitalizados del servicio médico Quirúrgico-Pediátrico y Unidad de Oncología infantil.

Alegre y muy determinada, la alumni de la UNAB mantiene un arraigado compromiso con su labor, el que representa formando parte del directorio de la Fundación Con Sentido de Valparaíso, organización destinada a apoyar a las familias de los niños que padecen una enfermedad oncológica.

A través de Con Sentido, Vásquez aporta con la articulación de redes, apoyo emocional y psicosocial y, relajación y bienestar. Contribución que protege y promueve el cuidado especial que deben realizar las familias que reciben el diagnóstico de un cáncer infantil, de esta manera los beneficiarios aprenden a atenderlos de una forma adecuada.

Foto | Dalila Vásquez, alumni de Educación Parvularia UNAB, junto al equipo del Programa Chile Crece Contigo del Hospital Gustavo Fricke.

¿Por qué elegiste esta casa de estudios?

Elegí la U. Andrés Bello en primera instancia por su prestigio. Pero debo destacar que cuando fui a solicitar información de la carrera me sentí muy acogida, porque me atendieron bien, me explicaron la malla y lo que implicaba mi carrera.

Otra de las razones por las que escogí la UNAB fue porque en la malla de Educación Parvularia, incluye la práctica profesional desde el primer año, lo que fue muy bueno, porque ayuda a conocer la realidad con la que trabajarás. De hecho, conocí diferentes realidades, fui pasante en jardines públicos y privados, también en hospitales y otras instituciones.

En la Región de Valparaíso, la U. Andrés Bello es prestigiosa y conocida, en general a los empleadores les complace que seamos profesionales egresados de la UNAB, pues valoran mucho nuestra formación académica.

¿Qué recuerdo tienes de tu paso por la UNAB?

Debo reconocer que el tiempo que estuve en la UNAB, fue como una extensión del colegio, lógicamente hay una exigencia más alta, no obstante, hubo una cercanía especial con los estudiantes, por lo menos en mi experiencia, también fue lo que determinó mi elección.

La jefa de carrera, Paulina Aceituno, siempre tuvo la política de puertas abiertas en su oficina, al igual que el cuerpo docente y las supervisoras de práctica. Nunca tuve ese miedo o esa distancia de alumno docente, todos fueron muy cercanos y estuvieron ahí para nuestras dudas e inquietudes. Fue un proceso muy amigable

Recuerdo que, en ese tiempo, cuando conversaba con estudiantes de la misma carrera, pero de otras universidades, me comentaban que no tenían mayor contacto con sus académicos. Incluso, debían esperar la próxima clase para resolver sus dudas, en cambio, nosotros al ser un curso pequeño contábamos con la ventaja de que los docentes nos conocieran a nosotros y nuestras historias.

¿Qué académicos recuerdas? ¿Hubo algún profesor que marcó tu camino como estudiante o profesional?

Recuerdo a Pamela Aceituno, una muy buena profesora muy cercana, al igual que las académicas Sandra Contreras y Nuska Ruiz, una docente muy innovadora a la hora de hacer clases, sobre todo para trabajar la lógica y matemáticas.

Y, el profesor Patricio Manríquez, quien en ese tiempo era director de Fundación Integra. A través de él conocimos la otra cara del sistema.

Si tuviese que decir quien fue un buen referente, para mí fue la académica Sandra Contreras, ya que nos enseñó a trabajar la frustración y sacaba lo positivo de mí. Era muy cercana también.

¿Qué realizas en este momento?

Actualmente, soy la Educadora del Programa Chile Crece Contigo de Valparaíso, el que funciona en el Hospital Gustavo Fricke, un servicio e salud de alta complejidad de la Región de Valparaíso, por lo tanto, atendemos a bastantes niños de distintas realidades y localidades.

Foto | La egresada se destaca por su espíritu solidario y contribución social en el Hospital Gustavo Ficke.

Es importante explicar que el programa Chile Crece Contigo cuenta con profesionales de múltiples áreas para diferentes servicios. En ese contexto, se considera el puesto de Educadora, cargo que tengo en este equipo desde el 2016 y, que actualmente desempeño en el Área Médico Quirúrgico Pediátrico, la cual recibe niños hasta los 14 años. No obstante, en mi caso solo trabajo con pacientes pediátricos.

En este cargo tuve la responsabilidad de implementar un sector para niños en dos servicios distintos.

    Para lograrlo, lideré una campaña solidaria que recibía donaciones y colaboraciones, la cual contó con el apoyo de organizaciones, empresas, y voluntarios.

De esta forma se materializó el Área Quirúrgico-Pediátrica que surgió en una de las salas de espera del nuevo hospital —las que son muy amplias— Ahí se nació un jardín infantil o espacio de aprendizaje y juegos para pacientes hospitalizados, el cual se destaca por su singular estructura: un piso lleno de colores, luz natural y juegos para los niños.

La misma estrategia se replicó en el Área de Oncología, si bien se ubica dentro del mismo hospital, era necesario disponer una en el segundo piso. Ahí creamos un espacio para los pacientes oncológicos pediátricos, quienes tienen una larga estadía y requieren cuidados específicos.

 

Es relevante mencionar que el cargo de Educadora no está dentro de los perfiles profesionales de los funcionarios de la salud pública, por eso es importante visibilizar el impacto positivo que se genera en los pacientes y comunidades que son cercanas a los hospitales y centros de salud pública.

Para eso habilitamos un espacio educativo donde realizamos estimulación temprana, acompañamiento del proceso para pacientes con estadías largas, al igual que las actividades lúdicas grupales en sala y exterior, las que cuentan con entrega de material para apoyar su recuperación y desarrollo.

Es muy probable que no exista otro hospital en el país que cuente con jardines infantiles diseñados para pacientes pediátricos, por ello, originar un espacio de estas características con donaciones de la comunidad es un orgullo porque enriquece nuestra labor y les entrega a los niños y sus familias un servicio que se ajusta a sus necesidades hospitalarias.

¿Qué herramienta te entregó la UNAB para desarrollar tu profesión?

La gestión. Pienso que el haber adquirido esa competencia fue clave, y en general es el fuerte que tiene la UNAB. Ya que, te enseñan a organizar todas tus funciones, a desarrollar liderazgo para dirigir un equipo y trabajar en equipo con las personas. Toda esa seguridad la adquirí a través de la universidad.

¿Cuál es el principal desafío que enfrentas día a día?

El desafío más relevante involucra la gestión de emociones. Este es un trabajo que tiene un componente social siempre presente, por el tipo de casos que llegan al hospital, lo que hace que uno como persona también se involucre, sobre todo cuando fallecen pacientes que son infantes, lo que sin duda nos afecta a todos.

Sin embargo, desde mi óptica creo que mi área necesita ese componente, pues nadie te enseña a cómo lidiar con este tipo de casos e incluso más complejos.

Formar parte del sistema público tiene un componente social importante, ya que los pacientes y sus familias requieren una mayor red de apoyo y por eso el rol que he desempeñado, muchas veces está presente de diversas formas, pues nuestros usuarios no tienen muchas opciones donde elegir, es el servicio que está disponible para ellos.

Otro aspecto clave es el desarrollo y manejo de las habilidades blandas, las que son imprescindibles para trabajar en mi profesión, porque este entorno es muy activo y con diferentes tipos de casos, por ello se debe desarrollar la empatía, la buena comunicación y el trabajo en equipo.

¿De qué forma aportas a la sociedad?

Creando sonrisas. Creando sonrisas en mis pacientitos y haciendo que ellos se desconecten de del proceso de hospitalización, el cual muchas veces no entienden. No están acostumbrados a quedarse en un lugar que no conocen, por lo tanto, a través de mi labor en el servicio se les transmite alegría, seguridad y confianza.

Lo resumo como brindar alegría a los niños en su proceso de hospitalización, componente muy valorado por la comunidad, sus familias y los funcionarios del hospital Gustavo Fricke en general.

Foto | Dalila Vásquez, Educadora de la U. Andrés Bello, junto al equipo de trabajo de Chile Crece Contigo en el Hospital Gustavo Fricke.