Seminario UNAB abordó el fenómeno del suicidio como problema de salud pública

El suicidio sigue siendo un problema de salud pública en el país. Las estadísticas del Departamento de Salud Mental del Minsal indican que ocurren 10 muertes por cada 100 mil habitantes, desde los cinco años en adelante.

Cifras que implican un esfuerzo desde diversos estamentos, con el fin de identificar, prevenir y manejar esta conducta que, lamentablemente, sigue ocurriendo en Chile.

Un tema prioritario y, a veces, subestimado, fue el tratado en una extensa jornada de trabajo en la Universidad Andrés Bello, sede Concepción, con la realización del seminario “Suicidalidad: Complejidad de un fenómeno individual y social”.

La jornada fue organizada en conjunto por el Centro de Atención Psicológica (CAPSI) y el Servicio de Salud Talcahuano, en el marco del proyecto Dialogo y Fomento del Conocimiento de la UNAB.

Suicidio: abordaje y prevención

Valentina Morales, directora del CAPSI UNAB, destacó que este seminario abordó una temática de relevancia en la salud mental, ya que responde a una necesidad de actualización teórica y metodológica en detección y abordaje de esta conducta.

La docente puntualizó que, por otro lado, se hace necesario reforzar el proceso formativo de pregrado y recién egresados con conocimientos prácticos y operativos del funcionamiento de la red pública que favorezcan la inserción laboral y operatividad dentro de los protocolos y procedimientos de manejo en los procesos de atención.

En este sentido, la profesional añadió que fue importante abordar este tema que sigue siendo importante en el país.

Primero, permite abordar un tema prioritario y subestimado. Luego, siempre hay actualizaciones en herramientas de prevención, evaluación y abordaje.

«Por otra parte, se debe abordar esto como un problema salud pública emergente y, finalmente, genera un impacto en la práctica profesional», añadió.

Alzas y bajas

El psicólogo Alejandro Riquelme es asesor del Departamento de Salud Mental (Diprece) del Minsal. De manera categórica afirma que el suicidio “es un problema de salud pública”.

Riquelme profundizó en la realidad existente en Chile con respecto a los índices de suicidios.

“Las tasas de suicidio a nivel nacional han ido a la baja, y los grupos que más han descendido incluso son los jóvenes y los adolescentes”, explicó el profesional que recordó que cada 100 mil habitantes, hay 10 muertes.

Sin embargo, Riquelme indicó que las tasas que más han subido son de personas mayores.

Mayores de 70 años tienen prevalencias muy altas. Estamos hablando de tasas de 40 por cada 100 mil habitantes.

Recalcó que ha sido clave el trabajo en establecimientos educacionales, lo que lleva al declive en muertes en adolescentes, a diferencia de las y los adultos mayores, donde aún queda mucho por hacer.

Reconectar

Para María José Millán, docente de Psicología UNAB y expositora en este evento, fue muy importante realizar esta jornada.

“Analizar este tema es importante para los psicólogos en formación y para los equipos de salud mental porque es una situación extrema que requiere un abordaje sin tabú y sin temores”, dijo.

Cuando logramos abordar el suicidio sin juicio, es más fácil contactar al paciente con la vida, a diferencia de cuando nos callamos y hacemos como que este tema no existiera.

Por eso, Millán destaca que es importante que los profesionales de la salud mental se actualicen en herramientas de prevención, evaluación y abordaje.

“Lo que buscamos nosotros es ofrecerle al paciente un espacio donde pueda volver a sentir el deseo de vivir, donde pueda volver a contactarse consigo mismo”, sostuvo.

Suicidio: experiencia y factores

El Dr. Wladimir Hermosilla es médico psiquiatra infanto – adolescente en la Unidad de Emergencia del Hospital Las Higueras de Talcahuano.

“En un turno yo veo aproximadamente entre unas 6 a 9 pacientes con estas características todos los días en 24 horas”, dijo.

Por eso, Hermosilla concluye que “los pacientes que lamentablemente deciden terminar con su vida, muchas veces no están en control, no están conectados a un equipo de salud o muy esporádico”.

Al contrario, quienes sí están conectados a alguna red de apoyo, finalmente no concretan atentar contra su vida, según el doctor. Para el facultativo, hay factores que gatillan en un acto como este.

Fundamentalmente un sufrimiento psíquico, con una sensación de desesperanza.

«Creen que no hay ninguna solución para los problemas que tienen, que son múltiples problemas, por ejemplo, la pobreza, el desempleo, el cuidar a una persona que va sumando la violencia fundamentalmente”, afirmó.

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