Seminario FEN UNAB abordó el rol de los almacenes de barrio en el ecosistema de pagos de las comunidades
La instancia tuvo por objetivo dar a conocer la investigación realizada por el profesor Juan Felipe Espinosa sobre el rol que han tomado los pequeños negocios en el ecosistema de pagos tras la creación de las Cajas Vecinas. En la misma línea, Blanquita Honorato, Subsecretaria de la Niñez, expuso un proyecto que, a través de un intermediario de similares características, permitió entregar beneficios sociales a familias vulnerables.
Gracias a la iniciativa de la directora de la Escuela de Ingeniería Comercial UNAB, María Elena Arzola, se llevó a cabo el seminario “El nuevo rol de los almacenes de barrio en el ecosistema de pagos de las comunidades”. La actividad expuso dos ejemplos de cómo la innovación puede contribuir a dar respuestas a problemas cotidianos, y a la vez con resultados sorprendentes para ámbitos que parecen tan complejos, como el de las operaciones financieras.
En tiempos donde la digitalización de los servicios avanza a pasos agigantados y el dinero en efectivo aparenta estar próximo a caducar, la investigación del profesor y académico de la Facultad de Ingeniería UNAB Viña del Mar, Juan Felipe Espinosa, vuelve a poner la importancia en las economías de barrio y desmitifica que el efectivo esté obsoleto aún.
“La innovación no solamente se refleja en la creación de estos mecanismos de pago, sino también quisiera destacar la capacidad del profesor Juan Felipe Espinoza de observar este fenómeno, de analizarlo y de traer conclusiones que son muy interesantes” destacó María Elena Arzola en la introducción de la actividad.
Bancarización en base al negocio de barrio
Espinosa, quien es PhD en Management de la University of Leicester y magíster en Negocios de la Pontificia Universidad Católica de Chile, presentó el caso de las Cajas Vecinas del BancoEstado y cómo estas han propiciado la bancarización en base al negocio de barrio a través de lo que se denomina corresponsalía bancaria.
Las Cajas Vecinas son canales de atención para clientes y no clientes del BancoEstado disponibles en locales comerciales de microempresarios de esta institución en sus horarios de funcionamiento.
El académico mostró en su presentación como la implementación de este servicio contribuyó considerablemente a la inclusión financiera de sectores socioeconómicos más bajos.
“BBVA Research ya comentaba en el año 2015 que la corresponsalía bancaria ha extendido el acceso a los sistemas financieros formales con un modelo de negocios que transforma a estos locales de barrio en un canal de acceso complementario a la sucursal bancaria, puntos físicos conectados de manera directa al mercado financiero” señaló el profesor de la FEN a modo de contextualización.
En la misma línea, Espinosa señaló cómo la bancarización automática que se dio en Chile a través de la Cuenta Rut transformó a la banca estatal en el agente más relevante para la inclusión financiera. Luego de esto, es la Caja Vecina la que profita de esto y se une al sistema de la Cuenta Rut, transformándose en el brazo físico que logra el banco a través de esta.
Es así como la Caja Vecina permite bancarizar a aquellos sectores socioeconómicos menos bancarizados, incluso los que están bajo la línea de la pobreza. En tanto, la bancarización apoya la disminución de la desigualdad, la superación de la pobreza y el crecimiento económico.
Incluso, a pesar de la creciente digitalización de la banca, la Caja Vecina se sigue ocupando, “al año 2018 muestra que hay más de 23 millones de operaciones que se realizan en promedio al mes, con 8 millones de operaciones en giro y casi 6 millones de transacciones en depósito” evidenció el profesor Espinosa.
“Si uno mira estos montos uno entiende que, según BancoEstado, este se transforma en un operador comunal, donde los clientes confían y conocen al operador” señaló Espinosa, agregando que “este último, por su lado, gana el tráfico de clientes, de los cuales un 90% tiene ingresos de 0 a 400 mil pesos mensuales, vale decir un tremendo mecanismo de inclusión”.
Por último, el académico hizo énfasis en que la confianza del usuario en las Cajas Vecinas se da por la administración activa: “tiene que ver con este espacio de pagos que crean, reformulan el espacio de pagos marcando el dinero, generando esta clasificación se les permite manejar el cupo y de esta manera generar una transacción muy distinta a la que hace el Banco” añadió.
“Este algo distinto tiene mucho que ver con que la Caja Vecina es un mecanismo que permite afianzar la identidad propia del cliente y del almacenero que se conectan de manera consistente en este mundo incierto” concluyó Juan Felipe Espinosa.
Locales conectados
Otra de las iniciativas expuestas durante este seminario fue la de Locales Conectados, un proyecto colaborativo que llevó a cabo la Subsecretaría de la Niñez del Ministerio de Desarrollo Social y Familia en equipo con la Fundación Colunga. Este proyecto, a través de un intermediario de similares características que el caso anterior, pudo acceder a entregar beneficios sociales a familias vulnerables en plena crisis sanitaria.
Para exponer sobre este trabajo, la jornada contó con la participación de la Subsecretaria de la Niñez, Blanquita Honorato, quien además es psicóloga de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Máster en Administración Pública de la Universidad de New York.
Lo que realiza principalmente la iniciativa de Locales Conectados es canalizar recursos a través del comercio de barrio y pequeños negocios, generando así un doble impacto: en las familias vulnerables y en la economía local. De esta manera, el proyecto busca conectar a la familia con las canastas y el alimento que necesitan, pero logrando un potenciamiento de la economía local.
“Finalmente, cuando nosotros le otorgamos 35 mil pesos a las familias, no es solamente que este dinero se agrega a los ingresos de esta familia, sino que también son 35 mil pesos que se agregan a los ingresos del negocio local” explicó Honorato.
Esta red solidaria implica a más de 4.200 comercios en más de 250 comunas del país, beneficiando a más de nueve mil personas, familias de niños, niñas y adolescentes que están en la red de ese entonces Sename hoy Servicio Mejor Niñez.