Sembrando conocimiento: estudiantes de Química y Farmacia UNAB cultivan jardín medicinal en el Museo San Francisco
Tras 400 años de historia, el Museo San Francisco en colaboración con estudiantes de la Escuela de Química y Farmacia han trabajado colaborativamente en la creación de un jardín medicinal en el lugar junto con actividades educativas para la población.
Este año, se conmemoran los 400 años desde la construcción del convento que alberga el Museo San Francisco en Santiago. Enclavado en el corazón de la ciudad capitalina, el jardín principal de este museo es un remanso de serenidad.
Aunque conocido por la presencia del encantador pavo real Crisóstomo, hay joyas igualmente notables, pero a menudo pasadas por alto: las diversas especies botánicas que embellecen el lugar.
Entre ellas se encuentran el majestuoso alcornoque o árbol del corcho, el peumo, el boldo, el olivo, así como especies ornamentales como el jazmín de la China y las camelias, que han sido cultivadas o formaban parte del predio otorgado para la construcción del convento.
Ante la presencia de esta diversidad en el museo, un grupo de estudiantes de la asignatura de Botánica y Farmacognosia de la Escuela de Química y Farmacia UNAB, guiados por la docente Maite Rodríguez, llevaron a cabo un proyecto durante el primer semestre del 2023, al cual han podido darle continuidad gracias al apoyo de la directora del recinto, Carolina Vergara.
Esta colaboración supone otorgar un valor agregado al jardín del museo, colocando etiquetas que indiquen los nombres científicos junto a las características de las especies que lo habitan, y creando un jardín medicinal dentro de un pequeño lugar destinado a su cuidado.
Medicina herbolaria
Rodríguez explica que la medicina herbolaria ha estado presente en la vida popular por generaciones y generaciones. «Se conocen escritos y evidencias milenarias del uso de plantas que se usaban con fines curativos y/o alimentarios. Es conocido que desde la época de la colonia en que fue construido el convento (1623), existían en el lugar especies medicinales que seguramente fueron cultivadas y utilizadas por los franciscanos que fundaron el lugar».
En esta línea, el trabajo conjunto entre ambas instituciones ha permitido a las y los estudiantes de la Escuela de Química y Farmacia participar de distintas actividades, como el Día del Patrimonio, donde los mismos alumnos explicaron la importancia de algunas plantas que crecen en el jardín, especialmente a nivel alimentario y medicinal.
Asimismo, durante el segundo semestre se ha comenzado a desarrollar un proyecto de elaboración de un jardín medicinal en colaboración con una alumna de intercambio que estudia Biología y realiza su pasantía en el Museo San Francisco.
«Esperamos al finalizar este proyecto que tengamos además de un jardín ornamental que embellece los pasillos del museo, una huerta con plantas medicinales retomando las actividades ancestrales de uso de especies vegatales como arte y parte de la medicina tradicional» concluyó Maite Rodríguez.