Sello Investigación| Estudio Unab apunta a la participación para erradicar el estigma
Parte del trabajo de investigación que viene desarrollando la carrera de Terapia Ocupacional de la Universidad Andrés Bello sede Concepción es esta publicación que aborda el trabajo para integrar a distintos actores involucrados en la vida de las personas con diagnóstico psiquiátrico.
La necesidad de una institucionalidad que permita un marco regulatorio para desarrollar acciones de reducción del estigma, es una de las urgencias detectadas por el estudio Intersectoriality and reduction of stigma in mental health: the need to move towards a decolonization of institutions, from an intercultural perspective (Revista saude & sociedade Indexacion Scopus y WOs), realizado por los académicos de Terapia Ocupacional de Unab Concepción, Cristian Valderrama y Roxana Zolezzi.
La investigación basada en las jornadas antiestigma, que se realizan desde 2011 y en la que interactúan distintas instituciones plantea que, en el modelo nacional, “se perpetúan las prácticas asistenciales y la categoría social de enfermo, con el predominio del saber experto, invisibilizando los conocimientos, experiencias e historias de vida de los sujetos de intervención”.
Las Jornadas Antiestigma metodológicamente despliegan una variedad de estrategias de enseñanza con la pretensión de surtir efecto en los asistentes a ellas, entre las que se pueden mencionar los talleres como un espacio para el análisis de casos, para desarrollar aprendizajes activos y significativos, a través de la resolución de problemas de forma cooperativa.
Otras estrategias incorporadas durante estos últimos años son el teatro que permite recrear situaciones cotidianas de estigmatización, para, desde ahí, humanizar los efectos de la discriminación apelando a la comprensión afectiva que provoca este método. Este método se implementa de dos formas: con la presentación de obras de teatro sobre las vivencias de personas que poseen un diagnóstico, y por otro lado dramatizando una historia vinculada a la temática, durante el desarrollo de las Jornadas, en las cuales participan estudiantes universitarios, los organizadores y expertos por experiencias. Se han construido videos y otros materiales para difundir y promover la ciudadanía.
Además, se ha incorporado la autoetnografía para ofrecer testimonios en primera persona de la vivencia de estigma y las implicancias en la vida cotidiana destacando los aspectos emocionales y subjetivos de dicha experiencia, para comprender desde esta perspectiva la magnitud social del fenómeno del estigma.
De acuerdo a Valderrama y Zolezzi, todas las estrategias y metodologías utilizadas en las Jornadas pueden ser consideradas sugerencias concretas para otras instituciones u organizaciones sociales que tienen entre sus objetivos generar prácticas para la superación del estigma.
Las Jornadas Antiestigma son una plataforma de inclusión socio comunitaria, es decir, son un espacio en el que confluyen el mundo de la vida, el mundo comunitario, libre de la racionalidad institucional, representado por las personas con diagnósticos psiquiátricos y sus familias, las organizaciones sociales y comunitarias; y el mundo institucional, representado por las instituciones de salud, educacionales, entre otras. Por tanto, es un lugar que permite el encuentro, el dialogo y el intercambio de experiencias y aprendizajes, desde el cuál es fundamental generar prácticas que tejan vínculos y alianzas que penetren el intersector y las comunidades de manera sincrónica y respetuosa, para instalar el tema del estigma con y desde todos los actores sociales involucrados, colocando como centro de confluencia las vivencias, historias y saberes de quienes son estigmatizados.
Dado los relatos de los participantes de este estudio, se estima que, para prosperar en este camino, la reciprocidad, la colaboración, la hermandad, el respeto y la solidaridad, entre todos los valores, abogarían por la humanización de las relaciones sociales e interinstitucionales, tema central para reducir y superar el estigma, dado que en la medida que las relaciones humanas se humanicen, los prejuicios, estereotipos y discriminaciones pierden espacio y protagonismo, permitiendo un lugar para instalar y desplegar la capacidad de convivir con la diferencia, es decir, construyendo relaciones que valoren positivamente los saberes, historias y experiencias de las personas con diagnóstico psiquiátrico.