25 Noviembre 2025

Sedes UNAB de Santiago y Viña del Mar realizaron Conferencia «Impedir que el mundo se deshaga»

El objetivo de este ciclo de charlas en las sedes de Santiago y Viña del Mar de la Universidad Andrés Bello (UNAB), fue conversar y pensar sobre la escuela desde el agradecimiento y también de aquello que debemos desprendernos para que la escuela sea un espacio cada vez más humano.

La Escuela de Educación y el Laboratorio de Aprendizaje de la Universidad Andrés Bello llevaron a cabo, entre los días 17 y 19 de noviembre una serie de conferencias tituladas “Impedir que el mundo se deshaga”.

El objetivo de este ciclo de charlas fue conversar y pensar sobre la escuela desde el agradecimiento y también de aquello que debemos desprendernos para que la escuela sea un espacio cada vez más humano.

Para efectos de lograr el objetivo, la UNAB contó con la presencia de los destacados exponentes Jorge Larrosa, pedagogo y docente de Filosofía de la Educación de la Universidad de Barcelona, y Soledad Poggio, Magíster en Ciencias Humanas, profesora investigadora del Consejo de Formación en Educación de la Administración Nacional de Educación Pública de Uruguay y columnista en La Diaria.

El rol humanista de la educación en tiempos de cambio

Pues bien, la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar, reunió este lunes 17 de noviembre a destacados académicos, profesionales de la educación y estudiantes en una nueva jornada de reflexión pedagógica centrada en los valores humanos, la sensibilidad y la importancia del agradecimiento como práctica formativa.

El evento abordó temas que trascienden la vida escolar y se proyectan a toda la sociedad, incorporando miradas provenientes de la pedagogía, la filosofía y la educación pública latinoamericana. Entre los expositores estuvo el académico español Jorge Larrosa, quien destacó la relevancia de la experiencia educativa cotidiana.

El experto señaló “todos los días los buenos profesores de todas las escuelas intentan responder al cómo sensibilizar a los estudiantes ante el mundo”, subrayando que cada docente, al poner un poema, un texto filosófico o un problema matemático al centro de la clase, busca que ese contenido “sea significativo, sea real, les diga algo a los chicos”.

Larrosa también se refirió a los desafíos que plantea el énfasis contemporáneo en disciplinas STEM y en la racionalidad competitiva que predomina en las políticas educativas.

A juicio del académico, aunque este enfoque domina el discurso público, muchas personas “están empezando a mirar a otro lado y están empezando a buscar otras cosas” frente al desgaste emocional y la desorientación social del presente.

La instancia contó además con la participación de Soledad Poggio, representante del Consejo de Formación en Educación de Uruguay, quien explicó cómo el sistema educativo de su país se sustenta en una sólida cultura de lo público y en una ciudadanía comprometida.

La experta explicó que en Uruguay existe una “excepcionalidad” basada en la participación activa de estudiantes y profesores en la toma de decisiones universitarias, lo que, afirmó, “inmuniza al país frente a algunas retóricas de la destrucción y la motosierra y el tirar todo lo público por la borda”.

Ejercicios de desprendimiento en la UNAB, sede Santiago

Por su parte, el miércoles 19 de noviembre tanto el docente de Filosofía en Educación de la Universidad de Barcelona, Jorge Larrosa, y la Magíster en Ciencias Humanas, Soledad Poggio, llegaron hasta el Auditorio del Campus República de la Universidad Andrés Bello, sede Santiago, para continuar con el ciclo de charlas “Impedir que el mundo se deshaga”.

En esta jornada, ambas autoridades profundizaron sobre una serie de ejercicios de desprendimiento y a la vez de foco y atención.

Poggio sostuvo, por ejemplo, que durante esta actividad “no podemos hacer cualquier cosa, solo podemos hacer cosas que nos demandan las reglas del juego. Para jugar bien es necesaria la seriedad, aunque parezca contradecir el sentido común que asocia el juego a lo lúdico y a la diversión”.

Añadió que “esta seriedad no implica aburrimiento ni pesadez, sino más bien gravedad como unión con lo que está pasando en el interior del juego. Si no hay entrega, el juego no puede existir, solo en la gravedad del juego puede tener lugar el acto formativo”.

En tanto, Larrosa enfatizó en el concepto del “yo” y cuestionó esa idea que muchos pueden tener en cuanto a que “lo mejor que le puede pasar el mundo es que haya llegado un yo a cambiarlo”.

A su vez, profundizó en la descentralización y recordó que “cuando yo estudiaba pedagogía había una tontería que nos decía que en la pedagogía tradicional el centro es el profesor y ahora el centro son los alumnos ¡Qué estupidez!”.

El centro en la escuela no ni el profesor ni los alumnos. El centro es la materia de estudio, en palabras de Soledad Poggio, el juego”, sostuvo el docente y pedagogo de filosofía.

Para entrar en el juego hay que olvidarse de uno mismo y hay que entregarse a lo que hay”, remarcó Larrosa.

“Volver a hablar de valores humanos, belleza y el agradecimiento”

Desde la UNAB, la directora de la Escuela de Educación de Viña del Mar, Carmen Garrido, destacó el sentido profundo de la jornada y la urgencia de recuperar prácticas formativas que conecten a estudiantes y docentes con el mundo.

La académica sostuvo que esta actividad busca “volver a hablar de valores humanos, la belleza, el agradecimiento del mundo”, conceptos esenciales para evitar que “el mundo no se nos deshaga”, como plantea Larrosa.

Garrido enfatizó la necesidad de que la escuela y la universidad superen la instrumentalización del aprendizaje y recuperen experiencias de reflexión desinteresada. “Tenemos que agradecer al mundo las cosas que vemos y, junto con ello, enseñar a los niños a eso” expresó.

Sobre la tensión entre este enfoque humanista y el predominio de criterios utilitarios, científicos o económicos, Garrido señaló que la pedagogía siempre se desarrolla en un espacio de resistencia. “El que estudia pedagogía siempre está en tensión con una institución y a veces con una sociedad que también es de consumo” comentó la académica.

Sin embargo, recalcó que el aula sigue siendo un lugar clave para formar pensamiento propio, porque “lo que ocurre dentro de una sala de clase es vital para formar seres humanos”.

La jornada cerró con la voz de los propios estudiantes de la Escuela de Educación UNAB, entre ellos Francisca Aranda, de primer año de Educación Parvularia, quien valoró la experiencia como algo “muy interesante, ya que a través del diálogo pudimos ver otras perspectivas de lo que es la educación y cómo se implementa lo que nosotros estudiamos”.