Sara Parada, nueva directora de la carrera de Obstetricia UNAB: “la docencia es una de las mejores formas de aportar a tu profesión”
Magíster en Educación Universitaria en Ciencias de Salud, apasionada por la atención primaria y con más de 20 años de experiencia en el área clínica, Sara Parada asume el desafío de ser la nueva directora de la carrera de Obstetricia UNAB sede Santiago.
Guiada por su amor a la matronería y por la necesidad de contribuir al desarrollo de la profesión, Sara Parada se dedica hace siete años a distintas áreas de la carrera académica, desde gestión, docencia de postgrado, vinculación con el medio e investigación. Hoy emprende el nuevo desafío de liderar la carrera de Obstetricia sede Santiago de la Universidad Andrés Bello.
La nueva directora, madre de dos hijas y un hijo y asidua lectora de misterio en sus ratos libres, expresó tomar este desafío con entusiasmo, pero también con la confianza de su experiencia académica y como matrona en la atención primaria, lugar donde se enamoró de su profesión.
- ¿Cómo nació la idea de dedicarse a la obstetricia?
Siempre estuvo en mis planes estudiar obstetricia. Todos piensan que ser matrona es atender partos y por eso habitualmente lo visualizan así, después a medida que uno va formándose y va conociendo otras áreas de la matronería te vas encantando con la profesión. Siempre se asocia con atender partos, pero el rol profesional va mucho más allá de eso. Lo principalmente por el significado que tiene acompañar a una mujer en ese proceso importante de su vida, siempre empaticé con el simbolismo que tiene la llegada de un hijo, desde la vivencia femenina y la importancia de ese momento histórico en la vida de alguien.
- Acompañar ese proceso no debe ser tan fácil…
Claro, no es solo un acompañamiento desde lo técnico o procedimental, es un acompañamiento desde la mirada humana, de empatizar desde el dolor, contener los miedos, finalmente es cómo acompañar este proceso vital.
Además, esto no es solo en el parto, es durante toda la vida de la mujer, desde la consejería por deseo de control de natalidad, durante la gestación, acompañar desde el inicio hasta el final de la vida, incluso en procesos dolorosos como lo es el caso de una perdida gestacional.
- ¿Cómo da el salto de la matronería a dedicarte plenamente a la academia?
Yo fui matrona clínica por más de quince años en atención primaria. Yo no trabajaba específicamente en el área de atención de partos, sino que mi rol en el ámbito obstétrico tenía que ver con los cuidados de la gestación, todo lo que son los controles prenatales, en fin, todas las actividades que se realizan en el nivel primario de atención. Desde esa perspectiva aprendí mucho y me enamoré de la atención primaria, sin embargo, uno visualiza que el tiempo va pasando y la matronería tiene más de 180 años, entonces cabe preguntarse cómo aporto yo y en ese escenario sentí la necesidad de explorar en que otros ámbitos podía crecer profesionalmente y a la vez ser un aporte a mi profesión.
Es entonces que la vida me presenta otras oportunidades laborales y sin dudarlo cerré una etapa laboral e inicio mi camino en la docencia. Creo que la docencia es la mejor forma en que tú puedes aportar a tu profesión y contribuir con tu experiencia y saberes en formar nuevas generaciones de matronas y matrones.
Por otro lado, desde el desarrollo profesional, la academia no tiene límites. Tú puedes crecer intelectualmente desarrollando distintas áreas para contribuir al crecimiento de la matronería y se un aporte a la sociedad.
- Ahora da otro salto más, ¿cómo ve el desafío de ser directora de la carrera de Obstetricia?
Yo llevo ya más de siete años en la docencia. Comencé en la docencia clínica, en lo que todo el mundo parte. Creo que mi trayectoria profesional dentro de la academia ha sido de menos a más en el sentido que he podido vivir y explorar las distintas áreas de la carrera académica Desde esa experiencia, creo que es súper valioso tener la experiencia y la mirada de todos los ámbitos que tiene que ir desarrollando un académico. /académica, eso da una proyección de cómo debe ir consolidándose el cuerpo académico de la carrera
Acá mi función es hacer que esto crezca en Santiago. Nosotros seguimos los lineamientos de la dirección de escuela, y a la vez de nuestra Facultad, a mí me corresponde llevarlo a cabo en esta sede. Una de mis grandes fortalezas es sentir que conozco muchas áreas y he vivido varias experiencias, eso es lo que a mí me sirve para dirigir hacia los profesores y motivar y entender a las y los estudiantes.
- En lo personal, ¿qué dificultades vislumbra en este nuevo cargo?
Yo creo que siempre se dan dificultades en el comienzo en el sentido de que te adaptas a un nuevo lugar de trabajo con distintas formas de trabajar y distintos procesos, pero en el fondo la misión es una sola. Considero que el propósito más grande es posicionar la carrera, lo anterior debido a que Santiago todavía no cuenta con egresados, este 2022 es el primer curso de internos /internas de la carrera, entonces nuestro gran desafío es que la carrera se dé a conocer, que la conozcan los colegas en los campos clínicos; en el fondo demostrar, que nuestras estudiantes son el fiel reflejo de lo que nosotros queremos y tenemos declarado en nuestra formación. Nuestra meta es mostrar que nuestros estudiantes son una generación de matronas y matrones que llevan no solo la excelencia profesional, sino que son fieles representantes de nuestros valores institucionales.
- ¿Cuál es el sello que tendrá la carrera de Obstetricia bajo su directriz?
Desde esa perspectiva, el sello siempre va a ir alineado al proyecto educativo institucional con todos los valores que se representan, como la responsabilidad, integridad, el trabajo en equipo, respetuosos en su actuar. En el fondo, llegar a que ese proyecto educativo se plasme en la formación de las próximas matronas y matrones.
- Muchas de las carreras del área de la salud han tenido que sortear muchas dificultades durante la pandemia, ¿Cuáles cree usted que son los desafíos más importantes en el retorno a la presencialidad?
El principal desafío es que los estudiantes vuelvan a las aulas, que vuelvan a realizar sus actividades de forma presencial y tranquilos, con toda la confianza de que existen los protocolos, de que todo está planificado en base a la responsabilidad. La invitación es esa, porque de partida, lo más importante es que no solo está el componente de la formación profesional, sino que es muy importante que los estudiantes tengan sus redes, sus amigos, sus contactos, que puedan vivir la vida universitaria. Yo creo que esta es una generación resiliente, han sorteado muchas dificultades para poder cursar sus carreras y aun así han salido adelante. Entonces, dado que el escenario se pueda vislumbrar favorable en la presencialidad, la invitación es a que vivan su vida universitaria de la forma más plena posible y en confianza, porque la interacción social y humana es muy importante para el desarrollo profesional.
- ¿Cuál es el mensaje que le daría a los nuevos y antiguos estudiantes de la carrera de Obstetricia que han pasado más de dos años en pandemia?
Lo más importante es tener claro que somos una comunidad. Si bien es cierto que hay un líder visible, en este caso me toca a mí ejercer esa responsabilidad, somos una comunidad de académicos que estamos en sintonía con los estudiantes y que estamos para guiar su formación en consonancia con las nuevas necesidades profesionales.
Los académicos estamos para guiarlos en el proceso formativo, pero los protagonistas son los estudiantes. Lo más importante desde mi perspectiva, es tener una adecuada comunicación y confianza en que los estudiantes sientan que pueden contar con sus académicos, que pueden conversar con su dirección, que podemos trabajar en conjunto en pro del desarrollo de todas y todos. La invitación es a construir una relación de confianza y respeto, basada en la buena y adecuada comunicación para que puedan vivir una vida universitaria que se desarrolle en armonía en un sentido positivo y constructivo.