Restaurar y revalorizar las claves de Unab para aportar al desarrollo sostenible
La Universidad Andrés Bello, a través de distintas iniciativas, ha estado siempre presente en la agenda pública o a través de distintos proyectos, en materias de sostenibilidad. Desde la sede el trabajo ha sido incesante e innovador.
La producción de una tonelada de cemento libera varios cientos de kilos de CO2 al medio ambiente. Generar el conocimiento para restaurar edificios en lugar de demolerlos es parte del trabajo que ha desarrollado el Laboratorio de Ingeniería Civil de la sede Concepción-Talcahuano de la Universidad Andrés Bello y que en la Región sirvió para recuperar la torre Aníbal Pinto de Lota, una estructura de valor patrimonial y residencial para la comuna.
Manuel Chávez, director de la carrera a cargo explica que a través del concepto de economía circular “no solo es posible prolongar la vida de un edificio existente, sino que también, por medio de la innovación y la investigación, generar materiales más durables y con menor impacto”.
Se trata de una de las múltiples iniciativas orientadas a contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por las Naciones Unidas, un compromiso que ha llevado al plantel a posicionarse como uno de los que más contribuye a esta meta. Así lo evidencia el ranking THE Impact, que mide el aporte de las instituciones de educación superior a la agenda 2030.
“UNAB ha estado desde sus orígenes en el top de las instituciones, compartiendo este 2021 el primer lugar con otras dos universidades”, detalla el director General de Vinculación con el Medio y Sostenibilidad, Héctor Hidalgo.
Otras iniciativas realizadas desde la sede Concepción-Talcahuano también van en esta línea. Mario Sánchez, investigador de la Facultad de Ingeniería ha puesto el foco en la palabra revalorizar, lo que implica disminuir el volumen de desechos. “Sólo para hablar de nuestra minería del cobre, hoy tratamos recursos con menos de 1% de metal y debemos descartar más del 99% del material a lo largo de los procesos de extracción. Ello es un gran impacto ambiental”, asegura. Para esto no sólo se han desarrollado desde la sede programas de estudio en torno a la economía circular, sino además iniciativas de minería urbana y de manejo de la basura.
El vicerrector UNAB, Octavio Enríquez, detalla que la sostenibilidad ha sido desde siempre uno de los lineamientos estratégicos de la institución y que hoy se reafirma con los desafíos ONU. “Como sede hemos querido alinearnos con este objetivo institucional y aportar desde las necesidades y características de nuestro territorio, buscando sumar, como siempre, al desarrollo del Biobío”.