Radio Bío-Bío | Entrevista a Nicolás Valdebenito, docente de Química y Farmacia UNAB, por resistencia a los antibióticos
El académico de la Universidad Andrés Bello advirtió en Radio Bío-Bío sobre el aumento global de bacterias resistentes a los tratamientos antibióticos, fenómeno que la OMS calificó como una amenaza sanitaria mundial.
En conversación con el programa Expreso Bío-Bío, el académico de Química y Farmacia de la Universidad Andrés Bello, Nicolás Valdebenito, abordó el reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que reveló que una de cada seis infecciones bacterianas registradas presenta resistencia a los antibióticos. Según el estudio, la resistencia aumentó un 40% entre 2018 y 2023, en gran parte impulsada por el uso indiscriminado de estos medicamentos durante la pandemia.
El docente explicó que los antibióticos actúan inhibiendo o eliminando bacterias responsables de infecciones, pero su uso inadecuado genera que los microorganismos desarrollen mecanismos de defensa. “No es el cuerpo el que se vuelve inmune, sino las bacterias que aprenden a evadir la acción de los fármacos”, precisó.
El especialista detalló que durante la pandemia, el uso masivo de antibióticos en pacientes hospitalizados facilitó la aparición de cepas resistentes. “En ese contexto, muchas bacterias aprovecharon el sobreuso para adaptarse y sobrevivir. El riesgo ahora es que tengamos infecciones imposibles de tratar”, advirtió.
Uso racional y automedicación
El académico enfatizó que uno de los mayores problemas ocurre fuera del ámbito hospitalario, cuando las personas se automedican ante cuadros virales, como faringitis o amigdalitis. “Cerca del 90% de estos casos son infecciones virales. Tomar antibióticos en esas situaciones no sólo no ayuda, sino que favorece la resistencia bacteriana”, señaló.
Valdebenito también alertó sobre la venta informal de medicamentos y la automedicación. “Aunque en Chile está prohibida la venta de antibióticos sin receta, muchas veces se accede a ellos en ferias o comercios informales, lo que representa un riesgo sanitario grave”, comentó.
Políticas públicas y educación sanitaria
Respecto a las políticas públicas, el académico destacó avances como las normas ministeriales que promueven el uso racional de antibióticos en hospitales y centros de atención primaria. Sin embargo, advirtió que aún falta fortalecer la fiscalización y aumentar la educación ciudadana. “El Instituto de Salud Pública realiza controles, pero todavía hay zonas rurales donde se comercializan fármacos sin regulación. Es un desafío que requiere más recursos y coordinación intersectorial”, afirmó.
Finalmente, el especialista hizo un llamado a la responsabilidad colectiva: “El uso racional de antibióticos no depende sólo de los médicos, sino de toda la sociedad. Si queremos evitar una era post-antibióticos, debemos respetar las indicaciones médicas y evitar la automedicación. No es sólo un problema clínico, es un problema cultural y global”, concluyó.
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