Radio Agricultura | Pablo Johnson: “La ansiedad no se controla, se comprende y se trabaja”

Desde temblores físicos hasta pensamientos acelerados, la ansiedad es una experiencia que muchas personas viven a diario, pero que pocas veces se entiende en profundidad. Así lo explicó el docente de la carrera de Psicología de la UNAB, Sede Viña del Mar, Pablo Johnson, en conversación con Francisco Sagredo en el programa Rompecabezas, donde abordó el creciente impacto de este trastorno en la salud mental de los chilenos.

“Uno de cada cuatro adultos en Chile vive con síntomas ansiosos, y en estudiantes universitarios esta cifra supera el 60%. Es un fenómeno que debemos mirar con seriedad”, sostuvo Johnson, destacando que muchas veces se tiende a minimizar el problema con frases como “cálmate un poco” o “tómate algo”, sin dimensionar la profundidad del malestar.

Durante la conversación, el académico explicó que la ansiedad se manifiesta tanto a nivel fisiológico —con taquicardia, sudoración, tensión muscular— como psíquico, con pensamientos difusos o inquietudes difíciles de precisar. “A diferencia del miedo, que tiene un objeto concreto, la ansiedad suele ser más indefinida y por eso cuesta más identificarla y tratarla”, señaló.

Sobre el momento en que esta sintomatología se transforma en un problema clínico, Johnson fue claro: “Cuando empieza a interferir con la vida cotidiana, cuando alguien ya no puede rendir en sus estudios, relacionarse o desenvolverse con normalidad, ahí debemos prestar atención y buscar ayuda”.

El especialista también explicó cómo los cuadros de ansiedad se relacionan con otros fenómenos como la angustia o las crisis de pánico. “Suelen ir de la mano. La angustia, en particular, puede experimentarse con mucha intensidad y, en algunos casos, incluso se confunde con un infarto”, advirtió.

Consultado por las formas de tratamiento, recalcó la importancia de un enfoque integral. “Idealmente el abordaje debe ser interdisciplinario. Puede ser necesario incluir medicamentos en algunos casos, pero la psicoterapia es clave. No se trata solo de calmar los síntomas, sino de comprender qué hay detrás de ellos: historias personales, relaciones no resueltas, elementos que no siempre vemos solos”.

Para Johnson, el autoconocimiento es central en este proceso. “La emoción no se controla, se gestiona, pero sobre todo se entiende. Y ese entendimiento profundo requiere de un acompañamiento profesional, que nos ayude a ver lo que muchas veces no logramos ver por nuestra cuenta”.

Finalmente, destacó que las nuevas generaciones muestran una apertura mayor hacia estos temas. “Hoy los jóvenes están más dispuestos a hablar de salud mental, y eso es una gran noticia. Pero también debemos ser críticos con el exceso de información que circula en redes sociales y que a veces simplifica o distorsiona procesos que son complejos”.

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