Programa de Habilidades Laborales UNAB conmemoró el Día Internacional de Personas con Síndrome de Down
La charla “Encuentro de Madres, Padres y Cuidadores de Jóvenes con Síndrome de Down por la Eliminación de Barreras y su Plena Inclusión en la Educación Superior”, reunió a las familias de estudiantes, ofreciendo una jornada de conversación que permitió derribar los mitos y estereotipos que limitan la inclusión en el día a día.
En el marco de la Conmemoración del Día Internacional de Personas con Síndrome de Down, el Diploma en Habilidades Laborales de la UNAB, organizó la charla “Encuentro de Madres, Padres y Cuidadores de Jóvenes con Síndrome de Down por la Eliminación de Barreras y su Plena Inclusión en la Educación Superior”.
Este programa de formación socio laboral es un espacio de transformación y crecimiento para personas que presentan una discapacidad intelectual o del desarrollo.
También es la única alternativa universitaria que garantiza el acceso a la Educación Superior de los jóvenes en la región del Biobío.
Desde sus orígenes en esta experiencia universitaria han participado jóvenes con Síndrome de Down, algunos ya egresados y egresadas, quienes ya trabajan, aportando a una sociedad que cada día se vuelve más inclusiva y diversa.
“En el marco de la conmemoración de las personas con Síndrome de Down este 21 de marzo hemos querido contribuir a la eliminación de barreras para una mayor participación de nuestros estudiantes”, explicó la directora del Programa Diploma en Habilidades Laborales Concepción, María Florencia Iriarte.
Hoy 27 alumnos regulares en el Diploma, que dura 3 años, y de ellos, 7 tienen Síndrome de Down.
En la charla, los docentes del programa y las familias de los estudiantes que presentan Síndrome de Down se reunieron a intercambiar opiniones, experiencias, eliminando aquellas miradas arraigadas y limitantes que no facilitan su proceso de inclusión a la Educación Superior, como tampoco permite situarlos en su vida joven-adulta.
Iriarte enfatizó que el trabajo con las familias es clave y urgente para realmente avanzar hacia una plena inclusión.
“En ocasiones las familias están desinformadas y han ido repitiendo miradas o construcciones sociales que discriminan a las personas con síndrome de Down. Todavía vemos sobreprotección, invisibilización e infantilización hacia nuestros jóvenes con Síndrome de Down”, sostuvo.
“Las personas con Síndrome de Down tienen voz”
En este sentido, y aportando a este cambio cultural, la académica del Programa Diploma en Habilidades Laborales, Sandra Urra, precisó que “la idea es generar una jornada de conversación que nos permita derribar los mitos y estereotipos que limitan la inclusión en el día a día».
Agregó que «hay gente que todavía piensa que son seres de luz, angelitos, seres especiales o que no pueden ser autónomos, entonces hay un montón de cosas que hay que trabajar con las familias y los profesionales”.
Pese a los avances dados por los años, agregó que aún se cree que no pueden hacer cosas por sí mismos, “entonces pensamos que siempre van a ser niños y niñas, los infantilizamos».
«Eso les limita toda posibilidad de vida afectiva y sexual, conformar familia, hay mucho que trabajar. Ellos tienen voz, lo que pasa es que no los hemos escuchado, y ya está bueno de decidir por ellos y por ellas”, precisó.
«La Universidad nos ha enseñado que ellos pueden»
Y en eso están los madres y padres de los alumnos del Diploma.
Andrea Arpide es mamá de Fernanda, quien tiene Síndrome de Down y está en el segundo año del Diploma, en la especialidad de Gastronomía.
“El taller es super bueno y es el único programa que tenemos en la región que trabaja con los jóvenes con discapacidad intelectual y eso es maravilloso, porque son los que más brecha tienen respecto a la educación”, dijo.
Agregó que el Diploma les da la tranquilidad de saber que a futuro sus hijos serán autónomos e independientes “y tendrán sus propios recursos e ingresos”.
Fidelina Narváez, mamá de Paula, quien también tiene Síndrome de Down y está en segundo año, en la especialidad de Educación Parvularia.
“Nosotros necesitamos siempre este apoyo porque los profesionales nos enseñan cosas que no sabemos. Ellos nos sacan de ese cuadrado en el que estamos y nos hace bien tener más confianza en nuestros hijos», expresó
«La Universidad nos ha enseñado que ellos pueden y son iguales a los demás. Ahora mi meta, y la de mi hija, es que ella trabaje, avanzarla y potenciarla, porque ella puede, porque sé que puede”, finalizó.