Profesor Andrea Perin co-edita libro colectivo sobre derecho y medicina defensiva
El docente UNAB presenta este texto como resultado de su proyecto Fondecyt sobre la criminalización de la actividad médica y como parte de la colaboración con el grupo de investigación “Cátedra de Derecho y Genoma Humano” de la Universidad del País Vasco/EHU.
El profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Andrés Bello, Andrea Perin, fue el encargado de co-editar, junto al académico español Carlos María Romeo Casabona, el libro colectivo “Derecho y medicina defensiva: Legitimidad y límites de la intervención penal”.
La obra, publicada por la editorial española Comares, cuenta con colaboraciones de Pilar Nicolás Jiménez, Iñigo de Miguel Beriain, Asier Urruela Mora y Arantza Libano Beristain, además de los editores mencionados.
Para este trabajo, el docente UNAB Andrea Perin fue autor de dos capítulos: el primero se titula “El fenómeno de la medicina defensiva como cuestión político-criminal. ¿Cómo conjugar autonomía y responsabilidad?” y, el segundo, “Imprudencia penal médica. Definición criteriológica de un modelo de imputación deóntico y liberal”.
Cabe destacar que el libro se trata de un resultado de su proyecto Fondecyt llamado “La criminalización de la actividad médica. Nuevas estrategias de política criminal ante el fenómeno de la medicina defensiva”, además de la colaboración con el grupo de investigación “Cátedra de Derecho y Genoma Humano” de la Universidad del País Vasco/EHU.
Derecho y medicina defensiva
En el prólogo, ambos editores se refieren a que la progresiva implementación de la medicina personalizada y de precisión, además a la mayor estandarización y automatización de las prácticas clínicas, están propiciando cambios en la asistencia sanitaria.
De esta forma, señalan, “la necesidad de otorgar una protección jurídica calificada a ciertos bienes jurídicos y derechos fundamentales de los pacientes —en particular, la vida, la salud psico-física y la autodeterminación terapéutica—, requiere la imposición a los médicos de deberes idóneos para asegurar su correcto ejercicio”.
Y, de ahí que el incumplimiento de los deberes de cuidado puede suponer la imputación de la responsabilidad penal por los “eventos adversos” causados o no evitados por el médico. Así, durante las últimas décadas, el ejercicio de la actividad médica ha sido objeto de una judicialización progresiva que ha favorecido la aparición del fenómeno de la “medicina defensiva”.
Esto es, según ambos docentes, “la tendencia de los profesionales de la salud, condicionados por el temor a verse denunciados y condenados por mala praxis, a desviarse del criterio teleológico del mejor resultado para el paciente, actuando en cambio conforme al objetivo principal de disminuir el riesgo de incurrir en algún tipo de responsabilidad”.
Por ello, apuntan Perin y Romeo Casabona, se deben evaluar estrategias sustantivas y procesales idóneas para conjugar tanto la protección de los derechos de los pacientes como las mejores condiciones para el ejercicio de la actividad médica desde la perspectiva de los profesionales. Cobra importancia, entonces, el principio de autonomía.
Los co-editores dicen a continuación que “autonomía y responsabilidad aparecen como principios en ocasiones antinómicos. El desafío consististe entonces en tratar de conjugarlos, acudiendo a estrategias dogmáticas”, como las planteadas en el libro por los diversos autores.