ORGULLO UNAB | Vivió sin agua potable y se trasladó en lancha para atender pacientes en Chiloé
Carla Bastías, titulada en 2018 en la Escuela de Medicina de la U. Andrés Bello, se desempeña como médico en Etapa de Destinación y Formación (EDF), denominado anteriormente como Médico General de Zona, en un CESFAM, en Ancud, Chiloé.
Terminando la Enseñanza Media, Carla Macarena Bastías Miranda quería estudiar algo que mezclara las humanidades o el trabajo social más la ciencia, ya que ambas le gustaban. En esa búsqueda, escogió la medicina.
Hoy, a sus 30 años y tras titularse en 2018 en la Escuela de Medicina de la U. Andrés Bello, trabaja en un CESFAM en Ancud, Chiloé y esta es su historia:
¿Por qué optaste por emprender rumbo a Chiloé?
Al titularme, quería trabajar en el sistema público y en algún área rural, por lo que ser EDF me permitía llegar a lugares distantes y de localidades más rurales. Inicialmente, me fui a vivir a una isla, a 2 horas de traslado en lancha del archipiélago de Chiloé, con pocas condiciones de trabajo y alta demanda de la población. Ahora estoy trabajando en un CESFAM más grande, donde también desempeñamos atenciones a una gran población rural y de postas.
¿Hace cuánto partiste y que te motivó?
Me vine recién egresada, postulé al concurso CONISS de ese año y estoy ejerciendo acá desde entonces. La motivación nace desde mi identidad, yo soy sureña y viví en Santiago por la carrera, pero siempre quise volver y ejercer en el sur.
¿Qué ha sido lo más difícil de desempeñarte en el sur?
El contraste inicial con las condiciones de vida en las islas del archipiélago fue tremendo: Vivía en un lugar sin agua potable, sin transporte, sin supermercado ni otros servicios, el clima era muy adverso y sin actividades recreativas. Asimismo, las condiciones de trabajo en aislamiento eran duras, pero muy entretenidas también, con traslados en lancha para cada urgencia o realizar visitas a los pacientes. En ese contexto, lo más difícil es no contar con los recursos, capacidad diagnóstica o tratamientos de una ciudad grande, sobre todo, en las zonas más rurales y alejadas, donde los pacientes no tienen posibilidad de transporte y muchas veces deben caminar kilómetros o movilizarse en lanchas para llegar al centro de salud.
¿Cómo podrías definir tu experiencia durante este periodo de pandemia?
De mucha incertidumbre, si bien estuve trabajando en el área no respiratoria todos estos meses, la reasignación de funciones y reestructuración del equipo para cubrir las necesidades por pandemia, nos mantuvieron también ocupados, con alta carga de contención emocional y siempre sintiendo el riesgo de estar expuestos al contagio por pacientes asintomáticos o síntomas no respiratorios.
«Vivía en un lugar sin agua potable, sin transporte, sin supermercado ni otros servicios, el clima era muy adverso y sin actividades recreativas. Asimismo, las condiciones de trabajo en aislamiento eran duras, pero muy entretenidas también, con traslados en lancha para cada urgencia o realizar visitas a los pacientes».
¿En qué crees que cambiará Chile con esta pandemia?
Creo que el principal cambio, que ya estamos viendo a diario, es el aumento y mayor conciencia por los problemas de salud mental y por los determinantes sociales que afectan la salud de la población, que siento también se debe a un cambio generacional.
¿Cómo fue el manejo del Covid en el lugar donde estás?
Se re-distribuyó parte del equipo del CESFAM para formar un equipo de epidemiología y trazabilidad, de acorde a los lineamientos ministeriales, desde ahí se realizaron todas las atenciones y seguimientos de los pacientes o las derivaciones necesarias.
¿Qué herramientas crees que te proporcionó la UNAB para llevar a efecto todo tu trabajo?
La formación de la universidad me proporcionó conocimientos clínicos fundamentales, aprender a trabajar en distintas condiciones de trabajo y recursos, liderazgo y compromiso con nuestros pacientes. Creo que la UNAB logra formar un buen médico general, para dar solución y manejo a gran de mayoría de patologías, también en lo humano y responsabilidad con el trabajo.
¿Cuáles son tus próximos sueños en lo profesional y personal?
En el corto plazo, seguir aportando y dando lo mejor por la salud local para en unos años dedicarme a una especialidad y desde ella, aportar a la salud pública chilena. Y en lo personal, lograr compatibilizar la alegría, familia y autocuidado con el trabajo, poder enriquecerme con el entorno, aprender mucho y conocer lugares.