ORGULLO UNAB| Fonoaudióloga UNAB Viña del Mar y su labor como profesional en el área de la ciencia de la rehabilitación

Por Pilar Rojas

Para Valentina, uno de los mayores desafíos a los que se ha enfrentado como fonoaudióloga fue el cambio de modalidad debido a la pandemia del Covid-19.

La profesional señaló que “pasamos 5 años aprendiendo cómo trabajar de forma presencial con los usuarios, haciendo simulacros o role playing, aprendiendo sobre la importancia de como trabajar frente a frente con usuarios adultos y niños, y de la noche a la mañana tuvimos que aprender a adaptar todo esto a una modalidad que ninguno sabía manejar muy bien”.

Un cambio dentro de su experiencia profesional ha sido la de atender en los domicilios y no en consultas tradicionales. Para ella, esto ha sido “cansador y enriquecedor”.

Comenta que ha sido difícil porque requiere transportarse rápidamente y muchas veces las distancias son largas y, una vez terminadas las visitar domiciliares, debe hacer trabajo administrativo. Sin embargo, asegura que esto le ha permitido conocer a sus pacientes de otra forma.

“Cuando vas a sus casas conoces sus realidades más allá de lo que pueden describir en una anamnesis cuando estamos en una consulta, y por lo mismo creo que se vuelve algo mucho más cercano, porque no sólo compartes con el cuidador y el niño, sino que también compartes con sus hermanos, sus abuelos, sus mascotas, etc. Y se convierte en un núcleo enorme, que en la consulta no cabe entero, y que busca el mismo objetivo que es darle la mejor calidad de vida posible a sus hijos, a sus nietos, a sus sobrinos, a sus hermanos»

Respecto a las dificultades que ella ha visto en los niños durante esta pandemia, ella identifica que existe una disminución en la capacidad atencional y mantención de la concentración por los periodos correspondientes de tiempo. Lamenta los casos “donde no podemos estar presentes no podemos controlar los estímulos que se encuentran alrededor del usuario, tampoco podemos controlar que la conexión o las plataformas no fallen, y todo eso finalmente nos juega en contra y favorecen la distracción”.

Señala que “la modalidad online no puede ser empleada del mismo modo con todos los usuarios, esta varia mucho la intensidad y duración de las sesiones según las características de los pacientes”.

Emprendimiento de materiales didácticos

Sobre su proyecto de confección, Valentina Sánchez recuerda como partió, y la idea nace cuando estaba en la universidad e hizo “unas láminas con los personajes de la película favorita del niño, incluso creo que estuve todo un día dibujándolos a mano y cuando llegó el momento de usarlos me dijeron que estaban mal sin mayores explicaciones, y se prefirió usar las típicas láminas con pictograma que están en internet”.

En ese momento esto la desmotivó, pero más adelante entendió que mientras más personalizaba el material, más significativo podía ser el aprendizaje porque se asocia a gustos personales. Desde entonces, “en todos los internados llegaba con monstruos sensoriales, cuncunas gigantes, mini pistas de autos, que al final atraían mucho más a los niños para poder interactuar conmigo, y me di cuenta de que no todos tienen el tiempo o creen que no tienen la habilidad para hacerlos”.

Esto la motivó a empezar con su emprendimiento y que, de esta forma, los niños pudiesen acceder a materiales llamativos y multifuncionales.

sueños, proyectos y desafíos

La profesional comenta que le gustaría poder trabajar en otro país y adquirir conocimientos de profesionales asociados al área de tartamudez, que es su especialidad. Estas diferentes herramientas y visiones que pueden entregarle en base a este diagnóstico son múltiples, y así comenta que puede tener diferentes tipos de visiones para el tratamiento de los diagnósticos.

Esto lo identifica como un viaje de crecimiento personal y profesional «es algo enriquecedor para entregar una atención de calidad frente a las necesidades de los pacientes».