ORGULLO UNAB | Una enfermera que relata su experiencia en Coyhaique, una zona “oasis” de la pandemia en Chile
Francisca González tiene 27 años y trabaja en Urgencia del Hospital de Coyhaique. Titulada hace dos años en la Facultad de Enfermería de la U. Andrés Bello, relata cómo ha sido su experiencia en una zona del país que se ha comportado como un “oasis” en Chile en el contexto de pandemia.
Tiene 27 años, un elevado sentido crítico de la carrera y del sistema de salud, y mucha valentía. Francisca González Valladares se tituló en 2018 en la Facultad de Enfermería de la U. Andrés Bello, sede Viña del Mar. Después de darse un tiempo para encontrar trabajo en la zona central, tomó su maleta y optó por emigrar al sur y radicarse en Coyhaique, una ciudad de la región de Aysén, conocida por ser una vía de acceso a partes remotas de la Patagonia.
Y en esta zona austral, esta joven oriunda de Viña del Mar, se vio en medio de la pandemia más severa de los últimos 100 años.
¿Por qué decidiste estudiar enfermería?
La verdad es que no tengo una razón, pero no me imagino haciendo otra cosa. Si me lo preguntan (risas), me gusta, lo disfruto y siempre estuve segura de mi decisión y hasta ahora me ha llenado de muchas buenas experiencias.
¿Dónde y cuál es tu labor actualmente?
En junio del año pasado llegué a trabajar a la urgencia del Hospital de Coyhaique, donde actualmente me desempeño como enfermera en el área clínica y asistencial.
«Por el momento no tengo presupuestado irme por un buen tiempo. Llegué queriendo desarrollarme como profesional y lo he logrado. Agradezco siempre la oportunidad que se me dio, pretendo seguir en esta urgencia, adquiriendo más conocimientos de todas las formas posibles para poder desarrollarme y complementar mi profesión».
¿Cómo se dio la instancia de llegar a trabajar a Coyhaique?
Estuve buscando trabajo durante aproximadamente tres meses en la Quinta Región y alrededores. No había opción de optar ni a reemplazos, debido a la saturación de profesionales y escasez de puestos de trabajos en la zona centro en general. Unos amigos se vinieron a Coyhaique con un proyecto personal, y me entró la inquietud. Siempre quise titularme e irme a trabajar a la zona sur del país, pero ¡nunca pensé que llegaría tan al sur! Cuando pequeña viví algunos años, en Puerto Montt, Osorno y Concepción, que para mí ya era sur, pero Coyhaique era desconocido. Ha sido toda una aventura, estoy muy feliz, con mi trabajo, mis colegas, y la vida aquí en general.
¿Cómo ha sido la experiencia respecto al COVID-19 en la zona?
La verdad es que el COVID en la región, en general, ha estado bastante controlado, estamos un poco aislados y eso nos ha favorecido esta vez. Nunca tuvimos que hacer cuarentenas obligatorias, pero sí se tomaron todas las medidas. La gente comprendió e hizo cuarentena voluntaria, pero ya está volviendo de a poco la normalidad, los locales de comida y el comercio, ya están abriendo y la gente está respetando las medidas.
¿Cómo te preparaste para esta contingencia?
En el servicio, nuestra jefatura se encargó de prepararnos y reforzar el uso de epps (equipo de protección personal), toma de hisopados, medidas de auto cuidado en general. La urgencia del hospital, al ser el único recinto asistencial de esta categoría, es la puerta de entrada tanto para pacientes sospechosos y positivos, pero la tasa de contagios y pacientes descompensados, han sido bajísimas. Hemos sido afortunados en tener baja probabilidad de contagios, a eso se le suma la correcta utilización de medidas de protección al momento de atender.
¿Cómo crees que tras la pandemia será visto el rol de la enfermería?
En un comienzo de la pandemia, el rol y la necesidad de enfermeras a nivel país fueron altamente renombrados, pero a medida que fueron pasando los meses ha perdido importancia en los medios. Hay tanto profesional, que debido al fin de la contingencia, quedarán cesante, es triste el panorama que se avecina.
¿Qué significa ser profesional de la salud en un lugar extremo de Chile?
Aquí es una profesión bastante valorada, ser un profesional de salud en todas sus aristas, es un lujo en esta región. Tengo la suerte de estar en un lugar privilegiado, donde el ambiente laboral es totalmente diferente al del resto del país. Desde el primer día, la recepción por parte de mis colegas fue muy buena, por parte de la jefatura también.
¿Cuáles son tus proyectos en el corto y mediano plazo tanto en lo personal como profesional?
Por el momento no tengo presupuestado irme por un buen tiempo. Llegué queriendo desarrollarme como profesional y lo he logrado. Agradezco siempre la oportunidad que se me dio, pretendo seguir en esta urgencia, adquiriendo más conocimientos de todas las formas posibles para poder desarrollarme y complementar mi profesión. Además, aquí comparto con colegas egresadas también de la UNAB Viña del Mar, Camila Bauerle, Nicole González, Consuelo Sanhueza y Carolina González, distintas generaciones que nos hemos juntado aquí, algunas patagonas y otras que hemos venido a probar suerte y nos hemos enamorado de este lugar de Chile.