28 Julio 2020

ORGULLO UNAB | Químico Farmacéutico revela que en lo personal enfrentar el COVID-19 fue “como un maremoto”

Hace una década que Héctor Torres se tituló en la Escuela de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello. Hoy, el Jefe de Farmacia del Hospital Metropolitano de Santiago (Hospital Campaña COVID-19) cuenta cómo es su rutina diaria en la atención de los casos críticos.

Héctor Torres relata que fue en un consultorio donde trabajaba su madre como auxiliar paramédico de vacunatorio, donde conoció a un químico farmacéutico quien le explicó a qué se dedicaba y le interesó.

Entró a estudiar Química y Farmacia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso, pero fue en 2005 cuando se trasladó a la  Escuela de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello a Santiago para titularse como químico farmacéutico en 2010.

“Desde entonces, he estado enfocado en el paciente en mi quehacer diario. En el hospital donde trabajo, pongo mi mayor esfuerzo”, comenta este viñamarino de 40 años.

¿Hace cuánto tiempo trabajas en el Hospital Metropolitano?
El Hospital Metropolitano nace en el contexto de la Pandemia de COVID-19 en las ex dependencias que ocupaba el Hospital Félix Bulnes en Providencia (ex Hospital Militar). Comencé como asesor desde mediados de marzo 2020, para apoyar en la implementación desde cero (sólo espacio físico) de una Farmacia para COVID19,  el Hospital Metropolitano abrió el 15 de mayo y el primer paciente ingresó en la madrugada del 17 de mayo con camas UPC y camas cuidados medios. Fue un trabajo bastante estresante, ya que en un corto tiempo tuvimos que armar el arsenal para el Hospital, realizar la selección de personal y comprar equipamiento, pero debo decir que el trabajar con un equipo de personas con vasta experiencia en otras áreas y sumado a los años que llevo realizando mis labores como farmacéutico asistencial, nos permitió dar rápida respuesta a esta necesidad.

¿Cuál es tu función como químico farmacéutico en el marco de la atención a pacientes con Covid-19?
Soy el Jefe de Farmacia del Hospital Metropolitano de Santiago (Hospital Campaña COVID-19). En ella debo gestionar, dirigir y provisionar un sistema de abastecimiento y uso correcto de los medicamentos velando por garantizar el uso eficiente y seguro de estos. La unidad de farmacia es una unidad de apoyo clínico, donde se ha potenciado el rol del químico farmacéutico tanto con una farmacia 24 horas como con químicos farmacéuticos clínicos que trabajan junto al equipo de profesionales de salud.

«Desde abril he trabajado de lunes a lunes en el planteamiento, desarrollo, compras, abastecimiento, capacitación del personal, manejo administrativo y un sin fin de labores que debemos cumplir para mantener y mejorar nuestro servicios».

¿Te ha tocado atender algún caso crítico en que ha estado en juego la vida?
Todos los días atendemos casos críticos. Nuestros pacientes son pacientes trasladados de otros centros de salud debido a la falta de camas críticas y actualmente recibimos pacientes de distintas ciudades. Es por ello que se torna tan importante poder contar con los tratamientos asegurando la calidad de estos y su uso seguro.

¿Cómo ha sido para ti estar trabajando en medio de esta pandemia?
Ha sido un proceso de cambio completo. Fue como un maremoto, ya que hasta marzo de este año trabajaba con subjefe de farmacia y farmacéutico clínico en donde atendía diariamente pacientes de cuidados paliativos, tratamiento anticoagulante oral y pacientes que sufrieron reacciones adversas a medicamentos sin contar todos los servicios clínicos y programas de salud a los que se les debía asegurar los tratamiento. Comenzando esta pandemia se me solicita poder asesorar la formación de una unidad de farmacia en un hospital campaña y comencé a trabajar estudiando arsenal farmacológico, equipamiento, tecnología y requerimiento de recursos humanos para un hospital que tendría una capacidad de 300 camas. Es por ello que, desde abril he trabajado de lunes a lunes en el planteamiento, desarrollo, compras, abastecimiento, capacitación del personal, manejo administrativo y un sin fin de labores que debemos cumplir para mantener y mejorar nuestro servicios.

Hector Torres

¿Cómo es un día en el trabajo? ¿Cómo es tu rutina?
Comienzo muy temprano para poder tomar un buen desayuno y ejercicio. Manejo hasta el hospital, pasando cerca de 1 o 2 controles militares. Llegando al trabajo debo pasar por un control de síntomas y temperatura corporal a modo de seguridad para todos los funcionarios, así se detecta precozmente los síntomas de COVID-19. Luego de marcar el ingreso debo efectuar el cambio de vestimenta clínica como medida de seguridad por contagio, y recién puedo participar en la entrega de turno en el cual participa todo el equipo de farmacia sin importar su rango o estudios, esto como medida de comunicación efectiva y participativa. Quizás como secreto siempre comienzo el día laboral con un café para activar mi cerebro y así velar por el cumplimiento de los distintos requerimientos diarios los cuales son desde temas de compra, inventario, prevención de quiebre de stock, registros de control sobre dispensación, registros de los distintos servicios farmacéuticos y las velar por las labores que efectúan los farmacéuticos clínicos en el servicio clínico junto al paciente para que esta sea efectiva.

Eres académico de la UNAB ¿Cómo transmites tu experiencia in situ a tus estudiantes?
Desde hace 5 años soy académico en campo clínico para seminarios de título de estudiantes de química y farmacia. En estos 5 años he podido demostrar a los estudiantes como es la labor de los profesionales farmacéuticos asistenciales en un hospital de mediana complejidad. Junto a ellos he podido desarrollar distintos trabajos de mejoramiento no tan solo para la gestión de farmacia y botiquines clínicos, sino también en medir el impacto del servicio de atención farmacéutica en programas de salud como cuidados paliativos y tratamiento anticoagulante oral. Es así como mediante sus publicaciones podemos demostrar un poco más el quehacer del farmacéutico hospitalario y farmacéutico clínico en el área ambulatoria.

¿Qué herramientas te proporcionó la UNAB que utilizas durante la Pandemia te ha sido útil?
La universidad te da los conocimientos necesarios para desarrollarte como un gran profesional y fueron estos conocimientos junto a la participación en diversas prácticas profesionales, las que me permitió trabajar en las mismas áreas. Comencé como jefe de farmacia en una cadena farmacéutica, luego trabajé como asesor regulatorio en un laboratorio extranjero y antes de trabajar en el área hospitalaria, trabajé como jefe de farmacia en dos centros de salud familiar. Hoy, en esta pandemia, nos vemos cuestionados y evaluamos lo necesario de tener más herramientas aún, es por ello que actualmente me he inscrito en el MBA con especialización en Salud del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello. Esto, debido a que no basta con los conocimientos que te entrega la experiencia asistencial, sino que además debemos perfeccionarnos para prevenir los errores y mejorar la gestión de estos.

¿Cómo te imaginas en 10 años más?
La verdad es que si fuera por soñar en un futuro, creo que poder continuar trabajando y demostrando los resultados obtenidos de implementar diversos servicios farmacéuticos y medir su impacto tanto para la institución, los profesionales de salud y administrativos, y principalmente en el paciente.

 

Escrito por Sonia Tamayo