23 Agosto 2022

Orgullo UNAB: Investigar en Campos de Hielo, una atractiva alternativa para tesistas de pregrado

Como broche de oro a sus carreras, dos alumnas y un alumno de UNAB participaron durante cuatro semanas en una expedición a la inexplorada zona de la Patagonia chilena para obtener muestras que serían de gran relevancia para sus tesis de grado. Gracias al subprograma Ciencia Joven del Instituto Chileno de Campos de Hielo, los estudiantes de Geología, Paloma Castillo y Joan Gutiérrez, así como Kristen Poni Mumbrú, de Biología, vivieron una experiencia que dejó huellas a nivel personal y profesional.

Las tesis con las cuales las alumnas Paloma Castillo, Kristen Poni Mumbrú y el alumno Joan Gutiérrez obtendrán su título profesional y su grado de Licenciatura tendrán un elemento que los hará muy especiales: estos estudiantes de UNAB realizaron el trabajo en terreno para sus investigaciones ni más ni menos que en Campos de Hielo, territorio de la zona más austral de Chile.

Estos estudiantes postularon y fueron seleccionadas para formar parte de una expedición organizada por el Instituto Chileno de Campos de Hielo (ICCH), en el marco de su subprograma Ciencia Joven, cuyo objetivo principal es “potenciar el desarrollo de investigaciones, a través de tesis de pregrado, con la finalidad de contribuir al conocimiento de territorios escasamente investigados y explorados, debido a su difícil acceso y la compleja logística que conlleva llegar a zonas pro glaciares y glaciares de los campos de hielo, lo que dificulta que estudiantes puedan desarrollar investigaciones en estas áreas por cuenta propia”.

Fue así como Paloma, Joan y Kristen viajaron a esa zona ubicada en las regiones de Aysén y Magallanes, para una travesía que duró un mes y las llevó hasta lugares donde se impone la inmensidad de la naturaleza.

Todos coinciden en que se trató de una experiencia inolvidable, tanto por el aprendizaje científico como por la experiencia humana. Asimismo, la recomiendan ampliamente y concuerdan en que para cumplir las metas se debe ser perseverante, proactivo y nunca dejar de perseguir los sueños.

Sus tesis

Kristen Poni, a quien todos sus cercanos llaman Kiki, tiene 23 años, vive en Santiago y está finalizando la carrera de Biología en la UNAB. Su tesis se titula «Riqueza, abundancia y preferencias de hábitat de briófitas cortícolas en bosque mixto de Nothofagus en el valle proglaciar, sector Bajo Esperanza del Lago O’Higgins, Campos de Hielo Sur». La estudiante explica que uno de los grupos que estudia “son los musgos, que encontramos en diversos ambientes, pequeñitos y muchas veces vistos por las personas como insustanciales. La verdad es que la superdivisión Bryophyta comprende un hermoso mundo miniatura lleno de biodiversidad que coloniza exitosamente los alrededores de la tercera masa más extensa de hielo continental del mundo, los Campos de Hielo Patagónico Sur”.

Toma de muestras en árboles Campos de Hielo Sur

Debido a que la Patagonia chilena es un lugar recóndito, extremo y relativamente poco estudiado, señala, “es de gran relevancia científica estudiar los procesos geológicos de los derretimientos de los hielos y los procesos biológicos de la generación de bosques luego del retroceso de estos glaciares. En mi tesis tratamos de responder, ¿Qué sucede luego de que retrocede un glaciar? ¿Cómo colonizan las briófitas estas rocas que quedan al descubierto?”

Cuenta que no existían antecedentes de investigaciones similares en la zona, por lo que su objetivo “era exclusivamente ir a ver qué encontramos ahí”. Por eso, con su profesor guía trabajaron metodologías para diferentes escenarios. “Al llegar a Campos de Hielo me encontré con que todo era muy distinto a lo que teníamos como objetivo. In situ, tuve que cambiar mi metodología de investigación para poder sacar adelante mi tesis. El objetivo logrado fue la recolección de 400 muestras de briófitas en fustes de árboles del bosque mixto de Nothofagus para posteriormente hacer análisis de taxonomía, calcular índices de abundancia, riqueza, composición y finalmente estimar una biodiversidad, asociado a ciertos factores como pH”.

Joan Gutiérrez, de 23 años, es alumno de último año de Geología de la sede de UNAB en Viña del Mar, ciudad de la cual es originario. El tema principal de su tesis es hacer “una caracterización de la geología estructural y petrología metamórfica de la zona de Bajo Esperanza, área de inicio del Río Pascua, en el Lago O’Higgins”.

Consultado sobre el logro de sus objetivos comenta que fue del todo exitoso, que pudo hacer un “buen terreno, donde aplicamos lo que sabemos y aprendimos mucho”.

Paloma Castillo, de 23 años, tiene un pequeño hijo, vive en La Florida y también está terminando la carrera de Geología. El título de su tesis es «Génesis de metabasaltos almohadillados del complejo metamórfico andino oriental en el brazo norponiente del lago O’Higgins, sector Bajo Esperanza (48°25’-72°59’), Chile».

En relación a sus objetivos, logró más de los que esperaba. “Fui con expectativas de encontrar cierto tipo de rocas y definir mi tesis a eso, pero durante el terreno pude encontrar otro tipo de rocas más interesantes aún y ahora tengo un muy buen tema con el cual podría realizar un gran aporte a la ciencia. También pude lograr objetivos personales, como hacer una buena toma de datos y un buen trabajo de campo, además de lograr mi propósito de recorrer lo que más se pudiera los cerros de la zona”, cuenta Paloma.

Trabajo en equipo

mapas

Mapas de la zona utilizados en el domo de gabinete.

Para los tres expedicionarios de UNAB se trató de una experiencia sorprendente en todo sentido. Paloma, por ejemplo, confidencia que lo que más le sorprendió “fue darme cuenta de mi potencial y capacidades, siempre he dudado harto de mí misma y esta experiencia me ayudó a cambiar esa percepción”.

En el caso de Joan, confiesa que le sorprendió “todo”, en especial, “ver huemules, cóndores, etc., en estado natural todos los días, era bastante increíble. Lo que más sorprende es la inmensidad y belleza de la Patagonia”.

Kiki relata que, si bien siempre ha sido viajera, visitando varios países y continentes, “jamás había presenciado la imponencia de los Hielos Patagónicos”. Además, cuenta, “fue primera vez que participó en una expedición como tal, incomparable por su duración y logística”.

 

Expedición Campo de Hielo

La estadía en Bajo Esperanza fue en carpa y en cuanto al clima tuvieron desde sol hasta tormenta. Relatan que si bien esperaban un poco el calor, este venía acompañado de tábanos y mosquitos, lo que no era agradable.

La expedición estaba conformada en total por siete jóvenes tesistas, tres científicos y 15 uniformados, experimentados montañistas de la División Andina del Ejército, con base en Cochrane, Aysén. Respecto a la convivencia, la estudiante de Biología cuenta que estaban “completamente aislados de redes e internet. Contábamos con GPS y teléfonos satelitales, sólo para uso logístico. Así que, entre nosotros y la naturaleza el ambiente fue estupendo, creo que me he reído como nunca con el sentido del humor que teníamos”, cuenta Kristen.

“La convivencia fue genial, incluso nos hicimos todos amigos, le tengo mucho cariño en especial a mi compañera de carpa, Lucero. En una carpa grande con forma de domo teníamos nuestros notebooks y material de trabajo científico, guardábamos las muestras y planificábamos las salidas día a día. En otra carpa, también grande, teníamos la cocina y mesas para comer, a determinada hora se desayunaba y se cenaba. Para el almuerzo llevábamos raciones de marcha a nuestros lugares de trabajo (Lucero y yo trabajábamos en el bosque, por ejemplo)”, cuenta Kristen.

Una opinión semejante es la de Joan, para quien “la estadía fue increíble. Fue una oportunidad única poder estar en semejantes paisajes donde no es muy común que un ser humano transite periódicamente”. Respecto a las relaciones humanas, el estudiante de Viña del Mar sostiene que “fue muy grato, entre todos, tanto civiles y militares fue una convivencia bastante agradable, sobre todo con los otros compañeros de viaje, ya que se generó una amistad muy buena”.

Igualmente, Paloma, a quien le encanta acampar, dice que disfrutó mucho la estadía, que fue muy cómoda. “El ambiente entre compañeros fue súper bueno, al menos por mi parte me hice muy amiga de todos y todas, incluso tuve buena relación con los militares presentes en la expedición. Los ánimos del campamento siempre estaban bastante bien y mis compañeros dicen que tuve harto que ver con eso porque siempre andaba tirando la talla”.

Todas estas vivencias significaron una serie de aprendizajes para estos jóvenes tesistas de UNAB, entre los que destacan el trabajo en equipo y multidisciplinario. Paloma cuenta que aprendió a trabajar con personas que no conocía y a tener confianza en sus conocimientos y aplicarlos: “Esta fue mi primera experiencia en un terreno que no fuera un ‘aula de clases’, porque en esta ocasión yo tenía que tomar decisiones, tomar datos y sacar conclusiones. Aprendí a convivir con grupos de personas muy variadas, aislados de la sociedad por dos semanas, hecho que me parece importante para ser geóloga”.

Kristen cuenta que estando en Campos de Hielo tuvo una profunda conexión con la ciencia y la naturaleza. “Aprendí intensamente de las investigaciones de mis compañeros: Paloma, Sari y Joan, de Geología, me enseñaron sobre rocas metamórficas, paleontología, pillow lavas… Gabriel de Geografía, sobre la cuenca fluvial donde estábamos, sobre los glaciares, los sedimentos… Finalmente, la investigación de Lucero está en cierta manera relacionada con la mía, puesto que estudió la generación de bosques de Nothofagus y aprendí muchísimo de especies nativas y endémicas de Chile”.

Navegando el Lago O’Higgins.

En tanto, para Joan, los aprendizajes fueron tantos que no puede enumerarlos, pero entre ellos destaca “la experiencia geológica que nos estregó el profesor Manuel Suárez, y el trabajo en equipo multidisciplinario, que es espectacular tener varias disciplinas científicas en la misma expedición para discutir ampliamente los diversos temas en estudio”.

Preparativos

Debido a que la aislada zona donde realizaron la expedición tiene características que otorgan cierta dificultad a la actividad humana, los viajeros deben realizar un entrenamiento previo, teórico y práctico. En este caso, cuentan las tesistas, realizaron un curso de montaña durante tres días acampando en el Valle la Engorda, cerca del Volcán San José, en el Cajón del Maipo. Allí aprendieron técnicas de supervivencia y de cómo enfrentarse a la montaña de manera segura; además, tuvieron clases de primeros auxilios.

Asimismo, es necesario contar con la vestimenta adecuada para el clima y las condiciones del terreno, por lo cual Joan, Kristen y Paloma debieron invertir en algunos implementos, como zapatos resistentes al agua (tecnología Gore-tex), bastones de trekking, primeras capas y calcetines, parcas, saco de dormir apropiado, entre otras cosas. Las carpas y otros equipamientos del campamento fueron provistos por el ICCH.

El equipo técnico para el trabajo científico también debe ser especial para resistir las condiciones climáticas. Joan cuenta que “adecuamos el equipo normal de terrenos de geología, a algo un poco más elaborado, para que resistiera a temporales y fríos de la Patagonia”. Y Paloma dice que tuvo “que costear materiales de terreno como por ejemplo brújula, martillo y planchetas de mapeo”. Kristen, en tanto, relata que “el equipo para fines científicos fue proporcionado por el Museo Nacional de Historia Natural de Chile”.

Cómo postular

Para postular hay que estar atentos a la convocatoria que realiza el ICCH. En el caso de Kristen, fue en octubre del año pasado que la directora de su carrera, Dra. Denise Rougier, les envió un correo sobre “una oportunidad de proyecto de tesis”. Se trataba de la convocatoria 2021/2022, que se concretó el verano pasado.

El periplo fue el siguiente, como cuenta la estudiante de Biología: “De Santiago partimos el 17 de enero en un vuelo hasta Balmaceda, Región de Aysén. Desde ahí nos trasladamos varios días en una van por toda la Ruta 7 parando en Coyhaique y Cochrane, hasta Villa O’Higgins, desde donde navegamos cinco horas en una barcaza por el Lago O’Higgins para llegar a los Campos de Hielo Sur. Acampamos en la cuenca fluvial Bajo Esperanza, en la periferia del glaciar Oriental por dos semanas aproximadamente. Al terminar los trabajos de terreno, el mismo proceso para el regreso y el día que llegamos a nuestros hogares fue el 13 de febrero”.

Para postular se deben presentar algunos documentos, entre ellos certificados académicos y una carta de motivos e intereses; además se debe realizar una entrevista personal.

El llamado de Joan, Kiki y Paloma a los estudiantes de UNAB es a atreverse: “El mensaje sería que sigan esforzándose y que la rebusquen. Las oportunidades no llegan solas, pero cuando hay esfuerzo de por medio suceden de las formas más inesperadas. Así que, a motivarse”, resume Paloma.

Expedición tesistas