01 Febrero 2021

ORGULLO UNAB | Fonoaudiólogo reconoce que lo más crítico es enfrentarse a la muerte

A sus 25 años, Gabriel Romero, titulado en 2020 en la Escuela de Fonoaudiología de la U. Andrés Bello, trabaja en el Hospital de Copiapó, donde ha podido contribuir en materia de salud de su ciudad natal, especialmente, en esta época de pandemia.

Gabriel Antonio Romero Roja, titulado en 2020 en la Escuela de Fonoaudiología de la U. Andrés Bello,  es parte del equipo de salud que trabaja en la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital de Copiapó.

Si bien el joven de 25 años subraya que lo más crítico es enfrentarse a la muerte, rescata que la pandemia abrió la oportunidad de posibilidad de que los fonoaudiólogos aporten en colaborar en mejorar la calidad de miles de personas que estuvieron en estado crítico por el COVID-19.

El profesional admite que eligió estudiar fonoaudiología debido a que “un primo sordo siempre ha sido funcional gracias al apoyo fonoaudiológico”.

Gabriel Romero

¿Cuál es tu labor actualmente en el Hospital de Copiapó?
Mi labor como Fonoaudiólogo es evaluar, diagnosticar y rehabilitar la deglución así como también la voz. Esto principalmente en usuarios con intubación orotraqueal y usuarios traqueostomisados. También usuarios secuelados post accidente cerebro vascular.

¿Cómo definirías estos meses de pandemia?
Más allá de todas las tragedias y cosas malas que trajo esta pandemia. Defino estos meses para nuestro gremio como “fortuna”. Ya que el virus hizo visible la necesidad de incluir Fonoaudiólog@s en los hospitales. Y personalmente, lo defino con “agradecimiento”. Imagínate, soy Copiapino neto y después de tantos años aprendiendo cosas en Santiago… Tener esta oportunidad de aportar mi granito de arena para la terapia de personas de mi ciudad y su región es algo que agradezco y disfruto muchísimo.

En qué te ha cambiado la vida en lo profesional y personal esta pandemia?
Pienso que la pandemia llegó para cambiarnos la vida a todos. Pese a lo aburrido de la cuarentena, insisto. Este virus llegó con oportunidades para nosotros los fonoaudiólogos.  Las crisis son el momento perfecto para avanzar en nuestros proyectos personales. Con ganas, todos podemos encontrar soluciones y hacerlo.

¿Cómo llegaste a trabajar al Hospital de Copiapó?
Me avisaron que necesitaban un fonoaudiólogo para la unidad de paciente te crítico ya que el puesto quedaba libre. Postulé solo con la intensión de conocer cómo era la entrevista laboral (ya que en marzo lo había intentado, sin obtener respuesta). Cuento corto, me hicieron algunas preguntas y cuando vieron los hospitales de Santiago en los cuales hice mis internados, la entrevista acabó. Me dieron un listado de pacientes y el desafío comenzó. Aprovecho esta instancia para agradecerle al fonoaudiólogo Sebastián Sánchez, quien fue mi profesor tutor en el Hospital Barros Luco. A pesar de que yo no era estudioso, ver en vivo su trabajo, me motivó a querer aprender más sobre la deglución. Por su inteligencia y humildad con el equipo y sus pacientes, lo considero mi mentor.

«La pandemia llegó para cambiarnos la vida a todos. Pese a lo aburrido de la cuarentena, insisto. Este virus llegó con oportunidades para nosotros los fonoaudiólogos.  Las crisis son el momento perfecto para avanzar en nuestros proyectos personales. Con ganas, todos podemos encontrar soluciones y hacerlo».

¿Cuáles han sido los momentos más críticos que has tenido que enfrentar en casos de COVID?
Sin duda todo el equipo de salud se ha enfrentado a momentos críticos. Aunque destaco la tensión que se siente en el ambiente, cuando quedan pocas camas o ventiladores mecánicos en la unidad de cuidados intensivos. Lógicamente lo más crítico es enfrentarse a la muerte, si bien es lo único seguro que tenemos en la vida, pienso que nadie está preparado. Es fuerte ver como familias no pueden despedir a sus seres queridos.

Gabriel Romero

Por un momento las cifras bajaron y, al parecer muchos pensaron que esto se estaba terminando, pero ahora está la segunda ola. ¿Qué opinas de que esto se esté generando?
Pienso que todo es cíclico, a veces las cifras suben, otras bajan y se debe a muchos factores. Esta “segunda ola” es la oportunidad perfecta para aplicar lo aprendido en la “primera etapa”, tanto ciudadanos como personal de salud. Siempre hay puntos en limpio que uno aprende y hacia allá hay que enfocar nuestra energía.

¿Qué opinas de las fiestas clandestinas, que los jóvenes no estén tomando en serio esta pandemia, que muchos no se cuiden, que la gente viaje?
No soy quien para emitir una opinión sobre esos jóvenes. La pandemia aparte del virus, trajo cansancio mental, es lógico que cada uno busque vías de escape y distracción. Algunos salen de compras, otros van a la playa… Es tarea de todos el autocuidado y de momento, aprender a vivir con el virus. Antes de estar juzgando a quienes salen o viajan, enfoquémonos en ser responsables con la población de riesgo, si tenemos niños o ancianos en casa, es nuestra obligación cuidarnos y cuidarlos.

¿Te has contagiado de COVID? ¿Has tenido miedo?
No. Afortunadamente sigo sin contraer el virus. Gracias a los elementos de protección personal y a encomendarme a Dios y la Virgen he permanecido sano y tranquilo. El respeto hacia el virus claro que está, más aún sabiendo que nadie está libre… Pero el miedo paraliza, te bloquea la mente y esto es como la guerra. Ocurren emergencias donde hay que tener la mente fría, ser valiente y actuar. Uno hace su trabajo con cariño y amor, nuestro objetivo es mejorar la calidad de vida de personas que la están pasando mal.

¿Cuáles son tus sueños a corto y mediano plazo tanto en lo profesional como en lo personal?
Si bien es cierto tengo metas certeras a corto y largo plazo. Prefiero tomármelo con calma, sin hacer mucho ruido. Estoy haciendo un diplomado en deglución y mi intención es seguir aprendiendo sobre esta hermosa área.

¿Cuál es la importancia de los fonoaudiólogos en esta pandemia?
Nuestra importancia es grande, el virus trajo consigo miles de intubaciones orotraqueales y/o traqueostomias a nivel nacional. Ponte en el caso de no poder comer ni hablar durante meses y que un fonoaudiólogo te devuelva esas habilidades… Literalmente le cambiamos la vida a esas personas. Y eso no es todo, esto funciona como una gran cadena de eslabones. El aporte del fonoaudiólogo logra reducir los días de hospitalización en sus usuarios, permitiendo así liberar camas en el hospital, evitando que el sistema de salud colapse.

Escrito por Sonia Tamayo