24 Enero 2022

Orgullo UNAB: Dante Minniti “El descubrimiento más importante es el que está por venir”

El destacado investigador y académico del Doctorado en Astrofísica de la UNAB es un apasionado por la Astronomía y la docencia en igual medida, y ha sido un actor clave en el desarrollo de esta disciplina en Chile. Hombre sencillo, prefiere no hablar de sus logros, pero sí de su incansable labor docente. El proyecto que hoy más lo entusiasma es la creación de un Centro de Astrofisica en la UNAB, que atraiga a jóvenes científicos del país y del mundo.

Al Dr. Dante Minniti siempre le gustó la Astronomía. Su papá era aficionado, además, en la escuela en Santa Fé, Argentina, le iba bien en Matemáticas y Física, así que decidió intentar la carrera, “aunque era una cosa no tradicional”, dice, y agrega: “cuarenta años más tarde, aquí estoy”.

El astrónomo, quien cuenta con un doctorado en Astronomía de la Universidad Nacional de Córdoba y otro de la Universidad de Arizona, es actualmente profesor investigador del Doctorado en Astrofísica de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNAB, programa que él mismo llegó a crear en 2014 y que logró acreditar dos veces ante la CNA. También es editor de la prestigiosa revista científica Astronomy and Astrophysics e investigador del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA).

En noviembre del año pasado, la revista especializada PlosOne publicó el ranking 2021 destacando al top 2% de científicos y científicas de todo el mundo que realizan investigación de alto impacto. Entre los 180,000 distinguidos se encuentra Dante Minniti. Ha publicado más de 500 papers, y junto con colegas científicos ha realizado importantes descubrimientos, entre ellos, diversos exoplanetas, los cúmulos de estrellas más viejos de la región central de nuestra galaxia y microlentes gravitacionales.

Sin embargo, para él estos son datos de ayer. “Hace muchos años que soy investigador, he hecho muchas cosas. Siempre preguntan, ¿cuál es el descubrimiento más importante? Y yo digo, el más importante es el que voy a hacer el año que viene. Siempre es el descubrimiento que está por venir, porque lo que uno ya hizo forma parte del pasado”, afirma el académico.

Llegó a Chile por primera vez en 1987, a estudiar las estrellas desde los observatorios del Norte Chico. Luego se dedicó a profundizar sus estudios y a viajar por el mundo, pasando por Arizona y California en Estados Unidos, y Munich en Alemania, tras lo cual decidió asentarse. “Uno llega a la edad que se cansa un poco de viajar y al mismo tiempo intuía el gran potencial que tenía Chile para la Astronomía. Me gustaba ser parte de esa aventura y ayudar a construir esta ciencia”. Se vino en 1998 y desde entonces no ha parado de trabajar. Los frutos son evidentes: “Imagínate, de esa época hasta ahora todo lo que se ha desarrollado la Astronomía. Hemos más que triplicado el número de astrónomos, las carreras, las licenciaturas, los doctorados han florecido, ahora es muy distinto”.

Sorprendido por la docencia

“Si me hubieras dicho, cuando estaba empezando la carrera, que yo iba a poder formar nuevos científicos, no lo hubiera creído”, dice el astrónomo. Y sin embargo, la docencia ha sido parte fundamental de su vida y le ha entregado mucho:

“El entusiasmo por adquirir conocimientos nuevos, lo lindo que es la adrenalina de los descubrimientos, eso es algo apasionante que da la Astronomía a los jóvenes y que a uno le entusiasma mucho. Lo otro que me enseñó la docencia es a preguntar, a cuestionar todo, lo cual es parte del espíritu científico, y a tratar de ser buen profe, más allá de entregar conocimiento”.

El académico explica que en Astronomía se da una relación de cercanía con alumnos y alumnas porque es una ciencia de pocas personas. “En mis cursos muchas veces he tenido un estudiante o dos. En lugar de dar la clase en una sala, la damos en el escritorio, sentados uno al frente del otro. Ahora, por ejemplo, en el curso que estoy dando este semestre tengo seis estudiantes, lo cual es una barbaridad, es muchísimo”, dice. “Al final uno se hace más amigo que profe, esto evoluciona y terminan convirtiéndose en colaboradores”.

Llama la atención, además, el ambiente internacional de sus clases, que son en inglés, con alumnas y alumnos de todo el mundo. En este momento, en sus asignaturas para el Doctorado de Astrofísica UNAB tiene tres estudiantes de Chile, una de India, uno de Malasia y una de Italia, a quienes se suma un alumno de Nigeria al que está codirigiendo con el profesor Matías Gómez. Habla de ellas y ellos con cariño, con conocimiento de las áreas de estudio de cada uno, como un mentor comprometido.

El propio académico recuerda a quienes fueron sus guías en sus inicios y a quienes considera como grandes astrónomos y astrónomas: a Juan José Clariá, su supervisor en Córdoba; a George Coyne, del Observatorio Vaticano; Ed Oslzewski, Simon White, Jim Liebert, Ruth Peterson y Marcia Rieke, de sus días en Arizona, y a Charles Alcock, de California. “Su influencia ha sido enorme, porque me educaron, me apoyaron desinteresadamente y me enseñaron a tratar de darle lo mejor a los estudiantes. Creo que ese ha sido el mayor impacto, que a uno le dan ganas de devolver lo que le han dado”, afirma el Dr. Minniti.

Y es precisamente lo que ha hecho, no solo a través de sus clases en el programa de doctorado, sino también como divulgador de la ciencia en charlas masivas y como profesor del Diplomado en Astronomía General de la UNAB, exitoso proyecto educativo. “Este programa es único en el país y en Sudamérica. Está abierto para todos los profesionales de distintas disciplinas que les interese aprender de Astronomía, sin necesidad de tener una sólida formación profesional en Matemáticas y Física. Vamos a empezar el quinto ciclo», cuenta el astrónomo, y agrega que un sueño que lo tiene muy entusiasmado es la creación de un Centro de Astrofísica en la UNAB, que atraiga a jóvenes científicos del país y del mundo. «Lo más importante, como te digo, es lo que está por venir”, enfatiza el académico.

¿Cuál es la importancia de estudiar Astronomía, más allá del saber por saber?

Mucha gente dice: la astronomía no sirve para nada, pero no es cierto, sirve más de lo que uno se imagina porque tiene un impacto profundo en la humanidad, sobre todo a largo plazo. Hay cosas que la gente no sabe, los astrónomos siempre están empujando los límites de la tecnología. Por ejemplo, en la salud, el desarrollo de los rayos X y el procesamiento de imágenes de la resonancia magnética nuclear vienen de la Astronomía. En las comunicaciones, el WiFi fue inventado por astrónomos. Igual con el desarrollo de la miniaturización. Para enviar misiones espaciales a Marte no puedes mandar un laboratorio gigante, entonces tienes que tratar de miniaturizar todo y hacerlo de manera barata, así terminamos con estos celulares que antes eran impensados. Los detectores que captan la imagen al sacar la foto digital, esos fueron desarrollados por astrónomos para la Astronomía y después se fueron aplicando a distintas cosas. Las supercomputadoras siempre han sido desarrolladas por los astrónomos, físicos y biólogos, porque tenemos este problema del Big Data. Y en la agricultura, por ejemplo, los satélites que miran hacia la Tierra y sirven para mapear las tendencias de largo plazo, el agujero de ozono, los problemas del clima, esa es la Astronomía.

¿Existe vida extraterrestre?

Esa es una pregunta que nos hacemos con frecuencia porque es uno de los temas que ahora podemos investigar con seriedad, científicamente. Si me preguntas a mí, o a cualquier astrónomo, en realidad, todos vamos a decir que sí porque sabemos que las posibilidades son tan grandes. Imagínate que solo en nuestra galaxia hay cien mil millones de estrellas, y si cada una de esas estrellas tiene un planeta, es un número enorme. Y en el Universo hay cien mil millones de galaxias como la nuestra, entonces, si multiplicas un número por el otro, te da una cifra que no la puedo decir porque está tan llena de ceros. ¿Cómo no va a haber vida en alguno de esos otros lugares? No podemos viajar ahí como en las películas y sacarle fotos a los aliens, hoy la investigación se centra en cómo saber si hay vida en el Universo usando el telescopio, y es un problema dificilísimo, pero soy optimista. Creo que lo vamos a resolver y vamos a encontrar lo que hay.

¿Y qué opinas de los viajes al espacio que están desarrollando grandes millonarios, como Richard Branson y Elon Musk, en paralelo a la NASA?

¡Qué suerte! Qué bueno que lo hagan, ojalá yo pudiera, sería el primero en anotarme. El futuro va para allá. No sé cuánto va a demorar, pueden ser diez años, o mil años, pero tarde o temprano la exploración espacial va a florecer. No hay vuelta atrás, lo cual abre muchísimas posibilidades.

¿Y desde el contexto actual que vive el país, que se le puede pedir al nuevo presidente de Chile?

Hay que invertir más en ciencia, en tecnología, en Astronomía, por supuesto, pero lo que yo le pediría es que haga una pausa durante alguna noche despejada, sin luna, y que vaya a la punta de algún cerro, preferentemente fuera de la ciudad, lejos de las luces citadinas, y que mire hacia el cielo profundo, oscuro, y piense por un rato bien largo. Fíjate que eso está al alcance de todos. Salir y mirar hacia arriba de noche y sentirse un granito de arena en el Universo te da otra perspectiva y es importante que nuestros gobernantes la tengan. Nunca es tarde para aprender lo que la Astronomía nos puede enseñar.

Escrito por Pamela Alarcón