Orgullo UNAB | De la Física en Chile a las matemáticas en Francia: La inspiradora trayectoria internacional de Alonso Herrera
Alonso Herrera (39) es alumni de la Licenciatura en Física de la UNAB y un experto en Matemáticas, ciencia exacta en la que ha desarrollado 9 años de carrera en el área de la Física y 5 en las matemáticas, que comenzó a forjar mientras estudiaba su pregrado.
Alonso Herrera (39) es alumni de la Licenciatura en Física de la UNAB y un experto en Matemáticas, ciencia exacta en la que ha desarrollado 14 años de carrera que comenzó a forjar mientras estudiaba el pregrado. Actualmente, trabaja como académico dentro de la Universidad Andrés Bello y la Universidad Católica mientras termina de cursar su doctorado en la Universidad de Toulouse, gracias a una Beca Chile.
Su historia comenzó con su paso por la carrera de electricista que cursó durante la Educación Media, esa experiencia lo llevó a interesarse por la Física, pero el ejercicio de la carrera no logró encantarlo.
Esa decepción inicial tuvo su formación académica en pausa, tiempo que aprovechó para dedicarse a la música, que hoy en día sigue practicando a modo de terapia. Tras eso nació la inquietud por retomar la Física, cursando la licenciatura UNAB, y con ello las Matemáticas que son hoy el centro de su vida.
¿Cómo fue el proceso para retomar tus estudios?
Empecé el 2015 a estudiar Física y terminé el 2018, es decir, los 4 años que estudia la carrera. Después de eso me gané una Beca Chile para estudiar un doctorado en Matemáticas en la Universidad de Toulouse, pero me pedían que antes cursara un máster en Matemáticas que cursé en la Universidad de Marsella.
Actualmente, hago clases en la Universidad Andrés Bello para la Facultad de Física y también doy un curso de Cálculo en la Universidad Católica.
¿Qué te motivó a estudiar Física?
Esta inquietud comenzó cuando era chico, a través de la Astronomía, tenía estos típicos libros con las estrellas, los planetas. Pero con el tiempo lo dejé y me dediqué a la música, a tocar guitarra y en algún momento estudié guitarra con un profesor.
Cuando salí del colegio le conté a mi familia la posibilidad de estudiar música y no les pareció, así que viví una etapa de rebeldía en la que me negué a estudiar cualquier carrera.
Lo que sí hice fue trabajar como electricista. Estudié electricidad en un colegio industrial, pero no me pagaban muy bien. Entonces decidí profundizar en ese tema y profesionalizarme… cuando empecé a estudiar me di cuenta definitivamente que no me gustaba la electricidad, ni el mundo de la ingeniería tampoco, pero los ramos de Física y Matemáticas, sí.
Estuve decidiendo entre estudiar Física y Matemáticas y finalmente elegí Física, me gustaba, porque me llamaban la atención los contenidos. Me gustaban las dos cosas.
¿Cuál es la diferencia entre Física y Matemáticas a la hora de hacer la elección de carrera?
La Física ocupa las Matemáticas como un lenguaje, una forma de explicar las cosas, el propósito de la Física es explicar los mecanismos del universo, también interpretarlo de alguna forma, buscando relaciones y leyes, pero siempre dependen de los resultados de los experimentos, porque las teorías pueden ser muy bonitas, pero si los experimentos no las avalan dan lo mismo, entonces usan las Matemáticas, pero como una herramienta.
En cambio, la Matemática no depende de la naturaleza, no depende de la realidad, es una estructura lógica que se sostiene por sí misma y, de hecho, siempre ha habido matemáticas que no tienen ninguna aplicación en el mundo real, por lo menos en el momento en que se empiezan a hacer y a veces pasan muchos años antes de que se encuentren aplicaciones y otras no la tiene, pero dependen de su estructura interna y no de su aplicabilidad o del mundo real.
Hay detalles de las matemáticas que los físicos no estudian, porque no necesitan conocerlas en detalle, y los matemáticos en cambio tienen que entenderlas en detalle porque avanzan en ellas peldaño a peldaño, por lo que están obligados a entenderlas en profundad.
¿Cómo pasaste de la Física a la Matemática?
Fue mientras estudiaba Física en la Universidad Andrés Bello, con mi profesor de Calculo II, Cristóbal Rojas, quien me ayudó a profundizar en la Matemática de una forma dinámica en la que iba “descubriendo” cosas nuevas, mientras en las clases de Física me entregaban los conocimientos más “en bandeja”, los tomaba y aprendía.
Esa relación de maestro-discípulo con Cristóbal Rojas me llevó por ese camino. De hecho, él es mi actual codirector de tesis.
Por mucho tiempo fui una especie de estudiante de Matemáticas, a pesar de que la universidad no cuenta con esa licenciatura, gracias a la voluntad de los profesores del Departamento de Matemáticas como Mauricio Duarte, Daniel Pons, José Zamora, José Aliste, Alejandro Lopez y Daniel Coronel entre otros.
¿En Física hubo algún profesor que te marcara?
De Física, creo que fue Mauro Cambiaso, era conocido por ser súper riguroso y duro, entonces la gente le tiene miedo a su curso, pero para mí fue una súper buena experiencia tener cursos con él, porque me desafiaba intelectualmente, me hacía estudiar más.
Otro profesor que siempre me apoyó fue Mauricio González.
¿Por qué elegiste la Universidad Andrés Bello?
Cuando me decidí por estudiar Física empecé a buscar las universidades que la impartían, que no son tantas. Elegí la Andrés Bello cuando vi los profesores y gracias a la experiencia de un profesor que mientras estudiaba electricidad me habló del buen nivel del equipo académico, con profesores que eran científicos que hacían investigación.
Además, tenía muy buen puntaje en la PSU, pero mi NEM no era muy bueno, lo que limitaba las opciones, y acá, adicionalmente tenía la opción de beca.
Incluso antes de postular vine a ver cómo era y conversé con Rodrigo Aros, el director de aquel entonces, que fue super honesto con cómo era la carrera, y eso sumado a todo lo anterior me hizo tomar la decisión de estudiar aquí.
Es una elección que me tiene súper contento.
¿Cuál fue tu mayor aprendizaje dentro de la universidad?
El aprender cuando no sé algo. A veces uno memoriza algo, pero no lo entiende realmente. El tiempo que estuve estudiando me ayudó un montón para entender esos mecanismos de autoengaño que hoy en día me ayuda a entender mejor las cosas.
Lo otro que me ha sido súper útil es la habilidad de aprender algo en poco tiempo, en los cursos de Física hay que aprender cosas bien difíciles en un semestre, y eso es duro, y haberlo hecho varias veces, en varios cursos, termina entregándote esa habilidad.
Y lo último, fue el desarrollar un trabajo de memoria que me permitió hacer investigación, y esa experiencia fue tremenda, porque me hizo darme cuenta de que eso de verdad me gustaba.
Hasta ahora, he publicado dos papers, tengo uno que está en proceso de aprobación y otro que está en producción.
¿Cómo ha influido personalmente tu trabajo en tu vida?
Gracias a haber estudiado Física en la Universidad Andrés Bello conocí a Cristóbal y a través de él profundicé en las Matemáticas, y he podido vivir en Francia durante 5 años.
A nivel de crecimiento personal ha sido tremendo, he tenido ponencias en varios lugares del mundo, he ido a clases en universidades extranjeras como de la Toulouse y Marsella, ha sido una experiencia hasta ahora a nivel personal y académico. Mi vida habría sido muy diferente si hubiera tomado otras decisiones.
¿Cómo fue tu proceso en Becas Chile?
Me enteré de que me había ganado la beca estando en Francia. Llevaba allá aproximadamente tres meses, porque había viajado gracias a una beca de investigación de Cristóbal que me permitió trabajar con otros matemáticos. Eso también me ayudó con el idioma y el choque cultural.
La postulación no fue tan terrible, siempre la gente sufre mucho postulando, porque tienen que ser muy exactos y sino están bien pueden quedar fuera de base. Lo que sí fue estresante fue escribir la carta de motivación, y esperar los resultados.
A medida que se acercaba la fecha de los resultados la situación se volvía más angustiante. Al final, cuando me la gané, volví a Chile desde junio hasta fines de agosto, para después volver.
¿Cómo fue tu paso por Francia con tu máster y el doctorado?
Fue duro por tres cosas, primero porque el máster y el doctorado son en Matemática y yo tengo de base una formación de físico, con un enfoque súper distinto; segundo por el idioma; y tercero por la pandemia y el estallido social.
Me fui a Francia en septiembre de 2019 y en octubre fue el estallido, después llegó la pandemia, entonces fue súper extraño, pero sobreviví.
Lo del doctorado ha sido más fácil, porque ya hablo francés, y porque los doctorados en Francia no tienen cursos obligatorios, son de investigación, con un profesor guía y un tema con el que te postulas al programa.
En cuanto al idioma, ¿cómo fue enfrentarte a un lenguaje más técnico?
Fue duro, porque yo no hablaba francés, cuando leía no era tan complicado, pero hablarlo es súper difícil, la pronunciación del francés es un infierno. De hecho, los franceses son muy sensibles a la fonética de las vocales, entonces si cambias un poco el sonido de la vocal no te entienden. Por suerte tuve unos cursos en inglés que me aliviaron un poco.
Y con la pandemia se agudizó esto porque ya no podía salir a la calle a interactuar con gente.
Incluso la forma de nombrar los números es distinta, el 99 por ejemplo mezcla sumas y multiplicación para llegar a decirlo, o sea, es 4×20+19.
¿De qué manera sientes que contribuyes hoy a la sociedad?
Lo mío, al ser más abstracto, es difícil de concretar en un aporte en particular, si tuviera que definirlo diría que es la formación de estudiantes, ayudándolos a desarrollar un pensamiento más abstracto.
En cuanto a investigación, cada paper es un granito de arena, porque entrega una cosa que no se sabía antes, y que contribuye al saber universal de la humanidad.
Mi investigación está relacionada a la noción de calculabilidad, que ayuda a entender qué objetos matemáticos se pueden representar con un computador, y cuáles no. Hoy en día dependemos fuertemente de computadores y algoritmos, entonces, es importante entender sus limitaciones.