Orgullo Unab| Alioska Salazar: Ser T.O. implica estar consciente del contexto, la cultura y las necesidades de cada persona
Destacada como Premio Alumni, la egresada de Terapia Ocupacional de la sede Concepción ha estado vinculada a población adulta mayor de la zona lavkenche al sur del Biobío. Alioska Salazar es encargada del Centro Comunitario Hogar de Cristo en Tirúa.
El cultivo de especies propias de la zona, que persigue la soberanía alimentaria es parte del trabajo desarrollado por Alioska Salazar en Tirúa, como encargada del Centro Comunitario Hogar de Cristo. A través de esta iniciativa, el grupo de unas 50 personas mayores, parte de ellas lavkenche, logra no solo asegurar el abastecimiento, por ejemplo, de hortalizas, cuyos precios se han encarecido producto de la pandemia, sino, además, preservar un sistema que, junto a la pesca artesanal, ha estado desde siempre presente en su cultura.
La egresada de Terapia Ocupacional de Unab Concepción, reconocida con el Premio Alumni Unab a fines de 2021, ha estado por cinco años vinculada a esta comuna de la Provincia de Arauco, ubicada a unos 200 kilómetros al sur de Concepción. Durante ese periodo ha dirigido su quehacer a los adultos mayores del Programa de Atención Domiciliaria del Adulto Mayor, Padam Especializado Tirúa, pero también a la primera infancia a través de la administración de un jardín infantil.
Su labor en el Padam, explica, se basa en algunos ejes transversales, “que son la promoción y protección de derechos, fortalecimiento de vínculos, desarrollo de capacidades desde la espiritualidad y participación social”. Sin embargo, involucra también las particularidades de cada integrante del programa. “En el Club Vista Linda atendemos a 30 personas mayores, por lo tanto, tenemos 30 planes de trabajo integral”, resume.
Conocimiento y compromiso
Inmersa en un paisaje rodeado de mar, bosques, lagunas y lagos (es una de las cuatro que contiene al lago Lleu Lleu), la comuna mantiene un fuerte arraigo de la cosmovisión y cultura originaria de la zona. Un 70% de su población rural es lavkenche. Esto implica que la intervención profesional requiere de un alto grado de conocimiento y compromiso.
Por eso, apuesta a una interculturalidad crítica que abarca más allá de la simple pertenencia a un determinado pueblo. “Cuando hablamos de contexto significa cultura, costumbre, familia, etcétera, pero cuando hablamos del contexto sabemos que políticamente hay un conflicto que no ha sido solucionado y que ha implicado grandes brechas en temas de pobreza”, describe.
La situación se torna todavía más compleja, agrega, cuando se trata de “una persona que vive en un contexto rural, siendo mapuche, aún más si es mujer y si le sumamos a eso que es una persona mayor… Hay una vulnerabilidad inmensa. Han sido violentados desde pequeños porque la mayoría de quienes viven en el sector rural no cuenta con servicios básicos en su casa, eso significa luz, agua (parte de ellos usan punteras y en verano el acceso a agua es crítico); porque no se ha considerado su cultura como relevante para su forma de vida y eso implica para nuestro trabajo, primero, estar consciente de todas aquellas características. Es un gran desafío para los profesionales que trabajamos allí”.
Para todo esto, la formación como Terapeuta Ocupacional en Unab ha sido clave. “Sirvió para entender a las personas desde su vivencia, desde el contexto, para entender que no existen jerarquías de por medio y que cuando se realiza una intervención, ambos son intervenidos, tanto el profesional como la persona que está recibiendo esa atención, porque es una construcción mutua… Creo que es más enriquecedor generar espacios de diálogso donde puedan relacionarse ambas miradas y esa herramienta me la entregó la universidad”. Y sobre la distinción recibida desde el plantel, agrega: “uno se desempeña sin esperar nada a cambio y la verdad es que el recibir el premio significó pausar un poco y reconocer un poco del trabajo desarrollado.