09 Mayo 2024

Nuevo decano de la Facultad de Ciencias de la Vida UNAB: “La política pública requiere de datos científicos”

Conoce al profesor Felipe Simon, quien hoy lidera la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad Andrés Bello. Aquí expresa su compromiso con la investigación y la docencia, y destaca la importancia de la ciencia en la formulación de políticas públicas.

El interés por la ciencia y, en particular, por las ciencias biomédicas, se remonta a la adolescencia, donde su curiosidad y su espíritu inquisitivo lo llevaron a cuestionar los fenómenos naturales y a buscar respuestas cada vez más profundas a través del estudio. “Es una actitud de vida, un espíritu investigador”, dice Felipe Simon, nuevo decano de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad Andrés Bello (UNAB).

Esta pasión por comprender y resolver problemas lo llevó a convertirse en bioquímico de la Universidad de Chile. Al tiempo, obtuvo un Magíster en Ciencias Biológicas, mención Fisiología, y luego el grado de Doctor en Ciencias Biomédicas, todo en la misma casa de estudios.

La biomedicina, dice, “es una manera concreta de hacer un aporte específico a la sociedad en que vivimos. A través del trabajo científico riguroso y sistemático es posible realizar un hallazgo concreto e importante, que pueda mejorar la calidad de vida de las personas”.

decano de la Facultad de Ciencias de la Vida UNABEse es el camino que ha buscado recorrer en sus casi 20 años en UNAB, donde ha realizado una destacada carrera en docencia e investigación, siendo un referente en su campo de estudio. Cuenta con más de 100 artículos WoS, es investigador asociado del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia y ha participado como investigador principal o asociado en más de 10 proyectos Fondecyt o similares.

A lo anterior se suman sus labores como director del Doctorado en Biociencias Moleculares, director del Magíster en Biotecnología y Ciencias de la Vida y director de Investigación y Doctorado de la Facultad de Ciencias de la Vida.

“Para mí ha sido un tiempo enormemente feliz”, dice, refiriéndose a su experiencia en UNAB. “He podido construir mi carrera científica acá. Siento que a través de mi trabajo he devuelto la confianza que la Universidad depositó en mí cuando me incorporó a su planta de académicos, siendo un científico joven recién iniciando. Y se me han abierto puertas, que, a base de trabajo, se han ido aprovechando”.

A continuación, el profesor Felipe Simon habla acerca de su investigación, la importancia de la ciencia y los datos y el nuevo desafío que hoy lo tiene entusiasmado: ser decano de la Facultad de Ciencias de la Vida UNAB.

¿Cómo ha sido la transición desde el laboratorio a la oficina, ahora que ejerce como decano?

Ser decano de una facultad científica presenta el desafío de entrelazar equilibrada e integradamente los temas docentes y profesionales, junto con la actividad científica. Por lo tanto, mi rol es justamente hacer carne de esa idea. Mi expectativa es, ciertamente, dar respuesta a esta necesidad de todos los académicos que componen la Facultad, pero como también soy uno de ellos, es importante para mí seguir aportando de manera significativa en investigación.

¿Y cuáles son sus líneas de trabajo científico?

Mi laboratorio se dedica a comprender los mecanismos moleculares de la inflamación séptica, en particular aquellos que median los fenómenos trombóticos durante la inflamación séptica, que es una de las condiciones más severas de inflamación que existe. A diferencia de las infecciones locales, la septicemia es una infección que es transportada por el torrente sanguíneo a todos los órganos; es una infección global del organismo.

¿Por qué es importante entender los mecanismos moleculares de este tipo de inflamación?

Justamente, porque entendiendo como se produce este fenómeno podemos descubrir de qué manera plantear terapias novedosas para esta patología. Es una meta difícil de alcanzar, pero la ciencia es una actividad dinámica y colaborativa, y mediante el trabajo de muchos grupos de investigación nos vamos acercando de a poco a los hallazgos que podrían llevarnos a una terapia efectiva.

¿Ha obtenido resultados satisfactorios en el trabajo en torno a la inflamación séptica?

Hemos reportado avances muy interesantes que la comunidad científica ha recibido muy bien. Un área por la que hemos avanzado mucho tiene que ver con el diagnóstico. Los pacientes sépticos son todos muy graves, por lo tanto, es difícil discriminar cuál es más grave que otro. En ese aspecto hemos podido avanzar bastante en entregar nuevas formas para diagnosticar de mejor manera y así poder discriminar entre cuáles tienen mayor probabilidad de un desenlace fatal y cuáles no, y eso es útil para instaurar terapias diferenciales.

La importancia de la ciencia en política pública

decano de la Facultad de Ciencias de la Vida UNABEl doctor Simon es autor, junto a la doctora Yolanda Prado, del artículo “Pequeños plásticos, grandes problemas inflamatorios” publicado en el libro “Advances in Molecular Pathology” de la prestigiosa editorial Springer Nature. En relación a este tema, el decano advierte:

La inflamación provocada por microplásticos va a comenzar a tener un interés cada vez mayor en la sociedad. Ya hay bastante evidencia que muestra que los microplásticos generan inflamación en los tejidos y nosotros estamos expuestos a ellos todo el tiempo, los ingerimos sin darnos cuenta.

Los microplásticos, asegura, están teniendo efecto en la salud de las personas, los animales, y los ecosistemas, “y es algo que, sin duda, nos gustaría poder investigar, conocer cuáles son los tipos de microplásticos presentes en nuestro medioambiente y en las fuentes de agua, para así entender cuáles estamos consumiendo y qué efectos tienen en nuestros cuerpos”, explica.

Y siendo este un problema que requerirá de política pública, ¿cómo ve usted el rol de la ciencia en la construcción de estas normativas?

La política pública requiere de datos científicos para poder articularse. En general se utiliza escasamente la información científica para instalar normativas. Se tienen que destinar recursos para contar con los estudios necesarios para generar la información que se requiere. Esa es una primera cosa de importancia. Un segundo aspecto importante es que la política pública tiene que actualizarse en el tiempo con mucha mayor frecuencia que lo que habitualmente se hace, y para esto se necesita de información actualizada y constante. Se debe mantener la generación de datos de la problemática que se está normando. Si como país no invertimos en monitorear nuestro estado de situación en múltiples aspectos, nos vamos a quedar con políticas públicas sin sustento técnico y totalmente obsoletas.

Y viendo que se requieren profesionales capacitados para la toma de datos, ¿cuál es el rol del de la academia?

Podría decir con certeza que, en Chile, prácticamente en todas las áreas hay capacidades profesionales suficientes para abordar los temas que necesitamos estudiar. Los profesionales existen y están en un gran número en las universidades y también en la industria, pero requieren de financiamiento estratégico. Chile tiene una capacidad académica muy destacada y simplemente hay que utilizarla, lo que nos falta como país es la decisión de generar los incentivos suficientes para que las investigaciones vayan orientadas justamente a generar datos para las políticas públicas que requerimos.

Investigación internacional

En cuanto a su nueva función como decano de la Facultad de Ciencias de la Vida, Felipe Simon tiene claro que su rol implica un liderazgo con visión y compromiso. Su objetivo es continuar fortaleciendo tanto la investigación como la enseñanza, y promover una cultura de excelencia y colaboración.

“Los desafíos de la Facultad están alineados y comprometidos con el plan estratégico institucional. Dicho eso, nuestra aspiración es fortalecer el desarrollo de investigación de nivel internacional, con impacto en la comunidad, en las políticas públicas”, indicó.

El principal desafío estará siempre relacionado con seguir fortaleciendo nuestra formación para entregarle a los estudiantes una educación de excelencia, que responda a las necesidades de la sociedad y que entregue las herramientas para una exitosa inserción en el mundo laboral, ya sea en el país o en el extranjero.

El decano señaló que el uso de tecnologías, la capacidad de adecuar los itinerarios a lo que necesita la industria, de abrir oportunidades de estudios internacionales, el servicio al estudiante, entre otros, “son aspectos que siempre nos tienen ocupados y a los cuales me dedicaré completamente”.

“Contamos con un contingente de destacados investigadores y académicos de muy alto compromiso, y esta es una Facultad madura, por tanto, el desafío es a seguir creciendo y consolidar los buenos frutos que hemos cultivado en todos estos años”.

 

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