Negocio&Construcción | Columna – ¿Estamos preparados para una nueva revolución industrial?
La directora de la carrera de Ingeniería en Construcción UNAB, Carmen Muñoz, profundiza en los desafíos de déficit habitacional y baja productividad que enfrenta la industria de la construcción en Chile. Destaca como pilares claves en este proceso el contar con equipos avanzados, materiales innovadores y una mano de obra capacitada.
La industria de la construcción en Chile es poco productiva, las cifras indican que somos la mitad de productivos que los países de la OCDE, y es interesante revisar las causas que pueden incidir porque hay urgencia por revertir esta realidad.
Hoy la industria se ve enfrentada, además, a un escenario económico poco favorable, creo que es el momento perfecto para introducir tecnología que nos permita enfrentar los desafíos país que tenemos ad-portas: El déficit habitacional y la baja productividad.
Para analizar los factores que debieran ser el motor del cambio en la revolución de la industria de la construcción, es necesario centrarse en tres ejes: Equipos y herramientas, materiales y mano de obra.
Actualmente, contamos con el desarrollo tecnológico de, por ejemplo, impresoras 3D que puede “imprimir” cualquier cosa, y ya en países desarrollados han desarrollado impresoras que construyen viviendas en pocos días; de la mano van los avances en materiales cada vez más versátiles, livianos, resistentes y sustentables que permiten construir todo tipo de estructuras con la certeza de un buen comportamiento mecánico, durabilidad y respeto por el medio ambiente.
Es entonces la mano de obra la que puede puede efectivamente posibilitar un cambio de paradigmas respecto a industrializar la construcción, solo para ejemplificar: Un estudio de tesis que dirigí, estableció estableció que la mano de obra semicalificada debe ser cerca del 50% del total de la fuerza laboral si se quiere desarrollar una construcción dentro de los plazos, reduciendo trabajo rehecho o costos de postventa. El estudio se centró en tres obras con la misma tipología y construidas en base a procesos tradicionales. Es probable que, al cambiar la tipología, esta proporción entre mano de obra semicalificada y no calificada no varíe significativamente, pero todo indica que si debiera aumentar si se industrializan los procesos de construcción.
Surge aquí la interrogante respecto a quiénes deben liderar esta transformación, revisando los planes de estudios de carreras relacionadas a la construcción, ninguna de ellas muestra explícitamente cursos formales de industrialización, montaje, producción en serie o similares, quizás estos tópicos se abordan en electivos de formación profesional o como parte de la temática de asignaturas generales como productividad o procesos. Y eso haría que esta necesidad sea parcialmente cubierta con diplomados disciplinares, sin embargo esta oferta no es suficiente para abordar debidamente esta transformación.
La situación se puede extrapolar a la fuerza laboral, es bien sabido que la rotación de personal en la industria es alta y que no siempre contamos con mano de obra calificada o semicalificada, distintas iniciativas para formalizar los oficios de la construcción pueden aportar en la calificación de los trabajadores, hoy tenemos iniciativas de Chile califica o la CChC, pero sin duda la necesidad supera la oferta.
A su vez, para el segmento de profesionales de la construcción es posible encontrar una variada oferta de diplomados relacionados a la construcción industrializada, donde se abordan temas temas de automatización, innovación, administración de recursos, transformación digital, entre otros; pero todas ellas se deben articular con uso de tecnología tecnología BlM, investigación y desarrollo y por supuesto la sustentabilidad.
La industrialización de la construcción es la alternativa que permitirá responder a las necesidades del país, reduciendo efectivamente el impacto al medio ambiente, a través del uso eficiente de los recursos con un enfoque en la productividad. En este sentido, el aporte de futuros profesionales preparados y mano de obra capacitada es fundamental para dar el salto tecnológico que se requiere en corto tiempo, con reducción de residuos, procesos y productos estandarizados y abordando los objetivos de desarrollo sostenible que se requiere con urgencia.