La Tercera | Mejoras a la propuesta de sistema político
Raúl Figueroa y Gonzalo Valdés, del Instituto UNAB de Políticas Públicas, se refirieron a las propuestas de normas constitucionales realizada por la Comisión Experta para el diseño del sistema político
por Raúl Figueroa y Gonzalo Valdés
La Comisión Experta presentó recientemente una propuesta de anteproyecto constitucional, donde destaca el sistema político. Celebramos que la comisión haya preferido añadir nuevos incentivos a la institucionalidad actual, en vez de partir desde una hoja en blanco. Sin embargo, creemos necesario fortalecer la formación de coaliciones para evitar la amenaza a la gobernabilidad que implica un sistema presidencial en que el gobierno normalmente tiene minoría en el Congreso.
Primero, la propuesta agrega un umbral de votación para acceder al Congreso, pero no termina con el sistema de pactos. Los pactos tenían sentido mientras duró el binominal, pero en un sistema proporcional como el actual solo fomentan la indisciplina parlamentaria. Eliminar los pactos permitiría tener una oferta programática más clara y fácil de entender para las personas, y ordenar el debate parlamentario.
Segundo, es necesario evitar la multiplicación de candidatos que hoy vemos en la primera vuelta presidencial. Desde el 2009 en adelante, la elección presidencial ha sido usada para apuntalar movimientos nacientes en vez de para presentar candidatos con posibilidades de ganar. Una solución es replicar la receta francesa, en que para competir como candidato presidencial se requiere el apoyo de representantes locales. En nuestro caso sería suficiente requerir el apoyo del 10% de los alcaldes para asegurar solidez en los candidatos. Si no evitamos la proliferación de postulantes podemos llegar a la situación de Perú, donde el 2021 participaron 18 candidatos y las primeras mayorías lograron 19 y 13%.
Tercero, la propuesta no incluye incentivos fuertes a formar coaliciones. La Comisión Experta propone mover las elecciones parlamentarias a la fecha de la segunda vuelta presidencial, cuatro semanas después de la primera vuelta. Este es un incentivo suave, ya que el período entre primera y segunda vuelta es muy corto para que un parlamentario que antes decía no estar de acuerdo con un candidato decida apoyarlo, para modificar las campañas parlamentarias para asegurar coherencia con el candidato de la coalición, o discutir un plan de gobierno entre el candidato presidencial y los partidos.
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