María Fernanda Órdenes: “UNAB cuenta con un enfoque inclusivo, flexible y comprometido»
En 2006 la Universidad Andrés Bello dio un paso histórico al abrir sus aulas a jóvenes y personas con discapacidad intelectual, allanando el camino hacia la inclusión. Ocho años después se unió a este programa María Fernanda Órdenes, quien ha recorrido un camino desafiante que le ha permitido desarrollarse profesionalmente, siempre acompañada de sus estudiantes y la comunidad UNAB.
Hace casi diez años que María Fernanda Órdenes llegó a UNAB como Secretaria Académica del Programa Diploma en Habilidades Laborales sede Santiago y desde entonces ha sido una pieza fundamental, destacándose por su compromiso vocacional con la inclusión y la educación.
Con un enfoque profesional que combina liderazgo, habilidades de gestión, trabajo en equipo y creatividad, Órdenes asumió la dirección del ProDHL sede Santiago en 2022, un desafío que considera un regalo y una gran oportunidad que exige esfuerzo y compromiso.
Sus colegas la describen como alguien con una memoria infalible, con una capacidad de establecer conexiones sólidas y de confianza, lo cual se refleja con los padres y apoderados de los estudiantes del programa.
María Fernanda, amante de la cocina y las artes musicales, comparte su pasión con su equipo de trabajo al preparar tortas caseras para celebrar los cumpleaños “cocinar es una forma de demostrar amor”, dice. Además, está aprendiendo a tocar la flauta traversa, entusiasmo que comparte con sus hijos y familia.
Madre de Leonor (14), Enzo (11) e Isabel (6), María Fernanda demuestra día a día su compromiso con sus alumnos y UNAB, una institución que le ha brindado la oportunidad de innovar y promover la inclusión junto al desarrollo integral de las personas con discapacidad cognitiva.
¿Cómo han sido estos 9 años trabajando en la Universidad Andrés Bello en términos profesionales y personales?
Mi experiencia durante estos nueve años ha sido sumamente enriquecedora tanto en el ámbito profesional como en el personal. Inicialmente, me formé como profesora de Educación Básica y posteriormente obtuve un Magíster en Dificultades de Aprendizaje con especialización en Inclusión. Desde el principio, observé la creciente necesidad en las escuelas de brindar un apoyo más profundo y especializado a los estudiantes con necesidades educativas especiales. Me di cuenta de que el sistema educativo tendía a segregarse y la inclusión a menudo dependía de la «buena voluntad» de los docentes.
Fue entonces cuando tomé la decisión de buscar un espacio donde se abordara esta problemática con seriedad, un lugar que hiciera de esto su sello distintivo. Así fue como llegué al Programa de Diploma en Habilidades Laborales de la Universidad Andrés Bello. Este programa fue diseñado específicamente para jóvenes, muchos de los cuales habían sido mis alumnos en el pasado, que no encontraban en el sistema educativo un sitio que los acogiera y valorara sus diferencias. En el ProDHL, sus necesidades educativas especiales se convirtieron en un motor de mejora en las prácticas y en el trabajo docente.
Fue como si se cumpliera un sueño. Pude seguir el progreso de estos estudiantes más allá de la etapa escolar y recibirlos en Educación Superior, en un programa diseñado exclusivamente para ellos. Todo esto respaldado por una institución educativa que confía plenamente en el valor que aportan a la sociedad y en todos nosotros que trabajamos junto a ellos. Esto, a su vez, ha enriquecido la experiencia universitaria de los estudiantes de otras carreras, quienes tienen la oportunidad de compartir con nuestros jóvenes del ProDHL. Es, en definitiva, una situación en la que todos ganan.
¿Qué situación o hecho cree que la ha marcado significativamente como colaboradora?
Indudablemente, el trabajo colaborativo de todas las áreas de la universidad en pro de los objetivos de nuestro programa. La universidad se ha comprendido y abrazado de manera seria la idea de que nuestro programa es especial y, como tal, tiene necesidades específicas para apoyar el proceso de nuestros estudiantes.
Esta comprensión ha llevado a una apertura constante en diversos aspectos, como la programación académica, la contratación de personal, la adaptación de accesos en la universidad, la flexibilización de actividades extracurriculares, la revisión y mejora de procedimientos, y la capacitación continua, entre otros. Se ha creado todo un entramado de redes en el que hemos tenido la grata experiencia de contar con colaboradores y equipos de trabajo dispuestos a respaldarnos y facilitar nuestra labor. En conjunto, hemos avanzado siempre hacia la inclusión, participando activamente y accediendo a la oferta educativa como un programa más dentro de la amplia gama que ofrece la Universidad.
Desde su área, ¿Cómo ha visto y vivido la evolución de UNAB en estos años?
La evolución que ha experimentado la UNAB ha sido sumamente significativa. He sido testigo de cómo la universidad ha perfeccionado sus procedimientos y su apoyo en diversas áreas, como la docencia, el clima laboral, la retención de estudiantes y las conexiones internacionales, por mencionar algunas. Siempre me he sentido parte activa de este proceso, como si la institución realmente valorara lo que es importante para mí.
De alguna manera, siento que mis opiniones, expresadas a través de consejos académicos, encuestas, capacitaciones, entre otros medios, llegan a las instancias pertinentes y se reflejan en las propuestas de mejora implementadas. Me considero afortunada por formar parte de esta evolución y contribuir al crecimiento positivo de UNAB.
¿Cuál hito destacaría de la historia de UNAB? ¿Por qué?
La forma en que UNAB enfrentó la pandemia fue impresionante. Fueron muy visionarios en cuanto a la capacitación en el uso de plataformas virtuales, los recursos que pusieron a disposición de los estudiantes, el apoyo brindado a los equipos de trabajo y las mejoras en el teletrabajo. Creo que todo esto se llevó a cabo con una perspectiva centrada en la flexibilidad y el bienestar de los colaboradores.
¿Qué se siente formar parte de una institución que este año cumple 35 años?
Siento un gran orgullo y gratitud por tener un espacio de aprendizaje y realización en esta casa de estudios. Aquí, experimenté un desarrollo no solo en mi carrera profesional, sino también en mi crecimiento personal. He tenido el privilegio de conocer a personas excepcionales que han sido no solo grandes maestros, sino también valiosos ejemplos.
He sido testigo de los diversos momentos de crisis y cambios que la universidad ha enfrentado, y en este ambiente siempre me he sentido respaldada, reconocida y valorada. Esto es algo que no se encuentra en cualquier lugar y refleja el enfoque inclusivo, flexible y comprometido que esta Universidad promueve, lo cual es especialmente relevante en los tiempos actuales.