M360 | ¿Cómo cultivar el amor propio? Experta entrega 3 ejercicios simples para una autoestima a prueba de redes sociales
La académica de la carrera de Psicología de la U. Andrés Bello, sede Viña del Mar, Yuvitza Reyes, entregó consejos para mantener una buena autoestima en el mundo de las redes sociales.
Las redes sociales, la publicidad y las presiones cotidianas a menudo nos bombardean con ideales de perfección que pueden hacer tambalear nuestra propia autoestima.
Pero, ¿qué significa realmente tener una buena autoestima? Según Yuvitza Reyes Donoso, académica de la carrera de Psicología de la Universidad Andrés Bello (UNAB), sede Viña del Mar, la respuesta va más allá de sentirse superior o impecable.
«La autoestima es la valoración que una persona tiene de sí misma. Es la forma en que nos percibimos, nos sentimos y nos tratamos», explica la experta. Lejos de una visión narcisista, se trata de un equilibrio fundamental para nuestra salud mental.
Autoestima realista, no un ideal inalcanzable
Uno de los primeros mitos que la psicóloga derriba es la idea de que una autoestima saludable equivale a una perfección constante.
Según la académica de la UNAB, el verdadero amor propio radica en un equilibrio mucho más humano y compasivo: reconocer nuestras fortalezas sin caer en la arrogancia, y aceptar nuestras debilidades sin que esto disminuya nuestro sentido de valor personal.
«Implica cultivar una relación respetuosa con uno mismo, reconocer nuestros logros sin minimizar los errores, y aprender a tratarnos con la misma amabilidad que ofrecemos a quienes amamos», dice Reyes. Se trata, entonces, de una autovaloración honesta y amable.
El peligro de buscar la validación en el exterior
En la búsqueda de fortalecer el autoestima, uno de los obstáculos más comunes y escurridizos es la dependencia de la aprobación externa. Vivimos en una cultura que a menudo nos empuja a buscar el reconocimiento en los demás, ya sea a través de likes, comentarios o la aceptación en nuestros círculos sociales y laborales.
«Creer que nuestro valor depende de lo que otros piensen o digan de nosotros nos lleva a sobreadaptarnos, a decir que sí cuando queremos decir que no, o a ocultar nuestras emociones para agradar», advierte la profesional. Si bien la validación externa no es intrínsecamente negativa, el problema surge cuando se convierte en la única o principal fuente de nuestra valoración personal.