01 Diciembre 2025

LUN | Encuesta: 66% ve conflicto de convivencia por migración

El sondeo “Percepciones sobre la inmigración en Chile” del Instituto UNAB de Políticas Públicas ahondó en la opinión de los ciudadanos sobre la inmigración en Chile.

Según una encuesta del Instituto de Políticas Publicas Unab, dos tercios de los chilenos piensan que en los próximos años aumentara la cantidad de inmigrantes en el país; mientras que el 66% de los consultados asegura que hay un gran conflicto en la convivencia entre chilenos y extranjeros.

El estudio titulado «Percepción de la inmigracion en Chile» establece que quienes quieran residir en Chile deben cumplir con requisitos como tener antecedentes penales limpios (84%); un contrato de trabajo formal vigente (60%); llevar al menos cinco anos viviendo en el país (53,4%), y comprobar el pago de impuestos y cotizaciones previsionales (41,5%).

Mayorías

El sondeo también preguntó que o quienes se benefician con el actual proceso migratorio: el 54% piensa que son las empresas; el 34%, los mismos extranjeros; y 12%, la economía nacional.

En cuanto a los efectos del flujo migratorio, 84% asegura que los foráneos reciben más de lo que entregan en salud, educación y servicios públicos; mientras que 42% respondió que el derecho a sufragio de los extranjeros debiera ser suprimido en cualquier tipo de elección.

Resultados

percepción de la inmigración en Chile

Los resultados, plantea Sandra Bravo, investigadora del Instituto de Políticas Públicas Unab, demuestran que «hay una demanda por reglas claras y cumplimiento efectivo de los requisitos de ingreso y, al mismo tiempo, una preocupación por cómo se distribuyen los costos y beneficios del proceso migratorio». Que la mayoría considere que hay un gran conflicto, detalla, «no significa una grieta irreparable, pero sí constituye una señal consistente de malestar social. Esta percepción indica que la ciudadanía siente que la convivencia se ha vuelto tensa y que las instituciones no están respondiendo con la claridad y efectividad que requiere un fenómeno de esta magnitud. Más que un rechazo ab-soluto a la inmigración, los datos revelan una demanda por mayor orden, coherencia y efectividad del Estado».

«Lo que esta detrás de esta opinión es la sensación de que los servicios públicos están bajo presión y que la capacidad institucional no ha crecido al ritmo del fenómeno migratorio. Cuando las personas experimentan listas de espera más largas, escuelas saturadas o mayor competencia por beneficios sociales, tienden a interpretar que otros reciben más, aun cuando esa percepción no siempre coincide con los datos objetivos. Es, en el fondo, una expresión de frustración con la gestión estatal, especialmente en los sectores de menores ingresos
donde la convivencia cotidiana y la presión sobre los servicios es más intensa».

Estándar

Los requisitos, recalca Bravo, «están alineados con los estándares de política migratoria internacional. En la mayoría de los países que han enfrentado procesos de migración acelerada, las regulaciones se estructuran sobre tres pilares: trazabilidad de la identidad, inserción económica verificable y permanencia mínima en el territorio«.

Gestionar la migración

Entendiendo que diversas encuestas muestran una percepción negativa sobre migración, Ignacio Eissmann, director social del Servicio Jesuita a Migrantes, asevera que «es fundamental que quienes participan del debate público y de la generación de políticas públicas contribuyan a una mejor gestión de la migración y a la inclusión de las personas migrantes, considerando que 8,8% de la población que vive en el país es nacida fuera de Chile».

Cohesion social

Eissmann añade que «es fundamental para la cohesion social del país que se revierta esta percepción, ya que gran parte de las personas migrantes se quedarán
en Chile realizando su proyecto de vida y compartiendo en distintos espacios con nosotros».

¿Irreal?

Eva Gómez Bracamonte, presidenta de la Asociación Compromiso Migrante, asegura que «las respuestas solo demuestran desconocimiento de las condiciones de vida de los extranjeros en Chile, de las contribuciones que pagan, de lo que le entra al Estado por visados y multas, de los llamados beneficios que tienen por encima de los nacionales, etc». Acentúa que «no creo que la inmigración hacia Chile siga aumentando por- que no están las condiciones, ni económicas, ni sociales. Chile es un país caro y los extranjeros carecen de redes de apoyo que les permitan sobrellevar la vida, menos aun con problemas en su documentación».

Del Servicio Nacional de Migraciones responden que por el contexto electoral no están haciendo vocerías porque se reconocen como un organismo técnico más que político.