LT Board | Las múltiples razones que han llevado al grave aumento de la violencia escolar en Chile
De ser un fenómeno aislado a convertirse en una de las principales preocupaciones del sistema educativo y de la opinión nacional, las cifras de denuncias por violencia escolar se han disparado. “Al final del día, la escuela no deja de ser un reflejo de cómo es la sociedad”, señala Jaime Fauré, académico de la U. Andrés Bello.
“Menor recibió una brutal puñalada directo al corazón: ataque entre escolares horrorizó a Punta Arenas”. “Imágenes fuertes: estudiante quedó convulsionando tras pelea escolar en Coronel”. “Clima de violencia tiene en vilo a colegio de Arica tras amenaza de ataque sangriento”.
Estos son algunos de los titulares que han marcado la agenda informativa en 2025. Los casos, registrados en distintas regiones del país, dan cuenta de un fenómeno que preocupa: la violencia escolar en sus diversas manifestaciones. Se trata de conductas que implican agresión o maltrato físico, verbal, psicológico o social, y que ocurren tanto dentro de los establecimientos como en sus alrededores.
El bullying, el acoso cibernético y la presencia de armas en los recintos educativos generan creciente alarma en una sociedad que busca respuestas para detener una escalada de hechos que hoy ocupan portadas y alertan grupos de apoderados por WhatsApp.
Según cifras de la Asociación Chilena de Seguridad (Achs), las denuncias por violencia en el ámbito escolar aumentaron en un 74% entre 2023 y 2024, pasando de 2.538 a 4.418 casos. A ellos, se suman los datos de la Superintendencia de Educación, que reportó más de 1.500 denuncias por problemas de convivencia durante el primer trimestre de 2025, un 25 % más que en el mismo período del año anterior.
¿Cómo llegamos a estos niveles de violencia en los colegios? Para el doctor Jaime Fauré, académico de Psicopedagogía de la Universidad Andrés Bello, “al final del día, la escuela no deja de ser un reflejo de la sociedad. Y si esta se ha vuelto, o es percibida, como un espacio donde la violencia se permite e incluso se espera, la escuela también lo replicará”.
“Muchas veces la violencia escolar se vive como un asunto privado entre estudiantes y no como un problema comunitario que requiere intervención”, explica Jaime Fauré, académico de la UNAB. El temor a represalias, la desconfianza hacia los adultos y la falta de protocolos claros son factores que desalientan la denuncia. Además, persiste la idea de que “así es la vida escolar” y que los conflictos deben resolverse entre pares.
El Dr. Jaime Fauré, de la Universidad Andrés Bello, coincide, y añade que este tipo de acciones “pueden reforzar la percepción de que la escuela es un lugar peligroso, generando desconfianza entre estudiantes y docentes”. Más que invertir en dispositivos de control, los especialistas comparten en que lo esencial es fortalecer la prevención.
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