LT BOARD | Las duras consecuencias de dormir poco y los mitos de la siesta
El cuerpo y el cerebro deben descansar, un proceso esencial para consolidar la memoria. Por eso, nunca hay que dormir menos de seis horas. Entre otras funciones, el sueño ayudaría en el proceso de extracción de algunos productos del metabolismo cerebral que, de acumularse, son tóxicos.
La relevancia del sueño reparador sigue sin ser tomada en cuenta por muchas personas. Aunque cada vez es más común que se busquen alternativas para combatir el insomnio, también se ha generalizado la noción de que dormir entre cinco y seis horas es aceptable. De hecho, esta práctica se vincula con la imagen de personas dedicadas y productivas.
“Las personas necesitamos dormir al menos seis horas. Lo ideal sería entre ocho y diez para un adulto en general, pero nunca menos de seis”, dice el doctor Daniel Álvarez, neurólogo y académico de la Escuela de Medicina de la UNAB.
“El sueño cumple una función fundamental. Eso explica por qué ocupamos un tercio de nuestra vida en dormir. Entre las funciones del dormir está la recuperación del cuerpo y de la actividad cerebral. Otro tema que tiene que ver con la consolidación de información y la memoria, y algunas funciones hormonales endocrinas”, agrega el especialista.
Según el académico de la UNAB, cuando no dormimos lo suficiente puede haber consecuencias físicas y cognitivas. “Incluso problemas de concentración, olvidos y problemas de memoria, y alteraciones endocrinas. En el caso de los niños, por ejemplo, es superimportante que duerman a su hora, porque en la noche se secreta la hormona de crecimiento. Por lo tanto, podría afectarse su desarrollo fisiológico normal”.
Siestas e higiene del sueño
Las siestas pueden no ser tan beneficiosas como se podría pensar. Según Daniel Álvarez, académico de la UNAB, lo ideal es evitar las siestas prolongadas. “Lo mejor es no dormir más de 30 minutos y no hacerlo después de las 15 horas, ya que de lo contrario puede afectar el sueño nocturno y la calidad del descanso”, advierte.
Sólo en ciertas condiciones se sugiere una siesta, por ejemplo, a los trabajadores en turno nocturno
El especialista de la UNAB dice que lo esencial respecto a la llamada “higiene del sueño” es tener un horario fijo, “acostarnos a la misma hora y levantarnos a la misma hora. Y eso idealmente tiene que coincidir con nuestro reloj biológico. Es decir, dormir de noche y levantarnos en la mañana”.
Además, explica el especialista, “tenemos que evitar el exceso de estimulantes durante el día y no hacer actividad física al menos dos horas antes de acostarnos. También debemos evitar la luz blanca o las pantallas en general, porque ese tipo de iluminación altera nuestro reloj biológico y la secreción normal de melatonina en nuestro cerebro. También debemos evitar las bebidas alcohólicas y las comidas copiosas antes de acostarnos, porque pueden interferir en nuestro buen dormir”.
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