Con conferencia sobre los desafíos de la formación de adultos trabajadores se realizó lanzamiento de proyecto FDI
El proyecto, que fue adjudicado el año pasado en el marco del Fondo de Desarrollo Institucional (FDI) del Ministerio de Educación, busca establecer y perfeccionar un modelo pedagógico que permita a los adultos trabajadores un mejor desempeño y aprendizaje. En la ocasión, el Vicerrector Académico, Dr. Nicolás Bronfman, destacó la relevancia de la iniciativa: "Es uno de los ejes estratégicos y donde tenemos que desarrollarnos mucho más porque es parte del futuro".
Con gran satisfacción y muchas expectativas, la Universidad Andrés Bello (UNAB) realizó el lanzamiento de una iniciativa centrada en los estudiantes trabajadores de la institución, que fue adjudicada el año pasado en el marco del Fondo de Desarrollo Institucional (FDI) de la Subsecretaría de Educación Superior del Ministerio de Educación (Mineduc).
Se trata del proyecto «Modelo pedagógico flexible, integral y efectivo, con énfasis en la potenciación del pensamiento crítico y la resolución de problemas, para estudiantes adultos-trabajadores que cursan programas de estudio de pregrado en jornada vespertinas y modalidades semipresencial y no presencial, en la Universidad Andrés Bello».
El lanzamiento del programa se llevó a cabo el 28 de abril pasado, y contó con la participación de directores de carrera, directores de escuela, secretarios académicos y docentes, entre otros invitados, y una charla dictada por el Dr. Ruud Duvekot, director de la Fundación EC-VPL, Economic and Social History, Universidad de Utrecht, Países Bajos.
En su saludo de apertura, el Vicerrector Académico, Dr. Nicolás Bronfman, señaló que con este plan “se busca establecer y desarrollar, o perfeccionar, un modelo pedagógico que permita a nuestros estudiantes-trabajadores un mejor desempeño y aprendizaje a lo largo de su programa académico”. Asimismo, destacó que “para la Universidad este proyecto es muy relevante, es uno de los ejes estratégicos y donde tenemos que desarrollarnos mucho más porque es parte del futuro”.
Posteriormente, la Directora Académica de programas Advance, Alejandra Díaz, presentó algunos detalles del programa y destacó que para la ejecución de este modelo pedagógico, el Mineduc otorgó un plazo de tres años y un presupuesto de $397 millones.
A modo de contexto, Díaz explicó que existe una tendencia nacional de aumento en las matrículas de primer año de los programas vespertinos, especialmente en los programas a distancia. En UNAB, agregó, esa tendencia es muy evidente: “Podemos observar que Advance tuvo un crecimiento exponencial desde 2019 a la fecha, y esto se debe a que la oferta responde no solo al foco del adulto trabajador, sino también al hecho de que en ese año se incorporó la modalidad online”.
Ahora, dijo, los desafíos para abordar la diferenciación en el tratamiento de este segmento deben abordarse desde la postulación, la progresión académica (retención, evaluaciones, etc.), la titulación y la articulación después del egreso (Alumni).
Asimismo, la Directora Académica destacó que UNAB ha sido pionera en el desarrollo del programa Advance, siendo la única universidad con más de 11 años de trayectoria y más de 6.800 titulados. “Tener la diversificación de las vías de ingreso en nuestros programas nos ha presentado un desafío en relación a cómo podemos hacer una diferenciación en los apoyos académicos con todos los perfiles y, de acuerdo a eso, implementar mejoras en las capacitaciones docentes, en los instrumentos de evaluación y en las metodologías de aprendizaje acorde al perfil de ingreso de cada uno de nuestros estudiantes”, comentó.
Espacio de construcción colectiva
Los desafíos y acciones concretas en relación al proyecto, así como la forma en que se abordará desde la estructura organizacional, fueron explicados por la Directora General de Docencia, Dra. Paula Riquelme. “Este es un momento muy significativo para nuestra institución, en especial para la Vicerrectoría Académica y la Vicerrectoría de Aseguramiento de la Calidad, que han trabajado en conjunto en el diseño y postulación de este proyecto, así como en la implementación y su desarrollo, lo que va a ir ocurriendo en un plazo de tres años”, sostuvo.
La autoridad explicó cómo funcionará el modelo de gestión del proyecto, a partir de un equipo directivo, otro ejecutivo y un grupo técnico. En esta estructura, la Dra. Riquelme destacó la importancia que desde las facultades, representadas por directores de carrera, directores de escuela, secretarios académicos y los docentes que vayan a participar en este proceso, vayan validando y aportando en “la mejora y la construcción de este modelo que deseamos implementar hacia el final del proyecto”.
Asimismo, la Directora General de Docencia enumeró los principales resultados esperados al finalizar el proyecto.
En primer lugar, “contar con un modelo pedagógico de acompañamiento contextualizado en responder a las demandas educativas de los estudiantes adultos-trabajadores”.
En segundo término, “mejorar los indicadores académicos y de satisfacción de nuestros estudiantes; potenciar las habilidades docentes y administrativas de los académicos y docentes ligados a este programa; incorporar en nuestros planes formativos actuales algunas adecuaciones curriculares que permitan hacer más flexibles las trayectorias de los estudiantes, y también poder ofrecer un conjunto de apoyos que sean coherentes y atingentes a los estudiantes a los que nos estamos dirigiendo”.
Finalmente, otro resultado esperado es “poder ayudar a sistematizar conocimiento en esta área tan inexplorada en nuestro país. Es un espacio de mucho aprendizaje y mucha construcción colectiva de conocimiento; queremos sistematizar y difundir nuestros aprendizajes”, dijo Riquelme.
Cultura de aprendizaje integral
El lanzamiento del proyecto FDI culminó con una charla del Dr. Ruud Duvekot, director de la Fundación EC-VPL, Economic and Social History, Universidad de Utrecht, Países Bajos. El relator internacional, que es autor de varias publicaciones de sistemas de innovación para el aprendizaje, abordó “Los desafíos de la formación de adultos trabajadores en el marco de las nuevas tendencias de educación superior”.
Duvekot inició su exposición planteando que “estamos aprendiendo a validarnos los unos a los otros en el mundo de la educación superior y, en esa línea, Chile se transforma en una sociedad de aprendizaje permanente más flexible, informada y centrada en el alumno”.
En ese contexto, el especialista formuló la siguiente pregunta: ¿Está la UNAB lista para un nuevo contrato social por el aprendizaje?, y a continuación comentó los pasos que se requieren para que la Universidad esté lista para dar este paso.
Así, señaló que es indispensable comprender que hoy se vive un proceso de transformaciones y explicó cinco drivers que están variando: Primero, hay un cambio desde un sistema -de arriba hacia abajo- a un proceso -de abajo hacia arriba-, donde hay más diálogo alumno-profesor.
En segundo término, dijo, se debe definir un concepto amplio para el aprendizaje, “reconocer que es un proceso formal e informal; esto último se refiere a que cuando la gente trabaja, mientras realiza una actividad específica en un ambiente complejo, está aprendiendo aunque no se dé cuenta”.
En tercer lugar, habló de la contextualización del aprendizaje, es decir, entender que el aprendizaje tiene lugar en condiciones específicas; “es un enfoque constructivista según el cual las personas aprenden según actúan”.
Explicó, además, que se debe avanzar a una personalización del aprendizaje, lo que consiste en “diseñar a medida el camino para este proceso”.
Finalmente, subrayó la importancia de la “validación del proceso, que es igual al aprendizaje de las diferentes competencias de un proceso de aprendizaje. El momento de la validación puede ser cuando la gente reconozca que ha estado aprendiendo mucho”.
Duvekot, quien es especialista es grupos objetivos no tradicionales para educación superior, sostuvo que se debe tender hacia una cultura de aprendizaje integral, holística. Esto, en contraposición a la cultura analítica instalada desde los años 80-90 hasta ahora. El experto explicó las diferencias entre ambos sistemas de aprendizaje, donde destacó que el modelo holístico comienza con el historial de cada estudiante, que debe ser enlazado con un programa personal basado en las necesidades del alumno, autónomo y flexible. Este sistema, a diferencia del anterior, no está dominado por las calificaciones y los estándares que se debían cumplir para esas calificaciones, sino que se apela a una reflexión por parte del estudiante en relación a sus estándares personales, a partir de sus experiencias anteriores, y el examinador evalúa qué parte de esos conocimientos, que han sido documentados, se puede equiparar a los estándares.
En esta cultura integral, el docente es mucho más autónomo, apoya a los estudiantes a diseñar un camino hecho a medida para que sea exitoso, y “esto es mucho más divertido, tanto para los estudiantes como para los profesores”, concluyó Duvekot.