Ex presidente de la Corte Suprema e historiadores analizaron los 50 años del Golpe de Estado en Chile
La Facultad de Derecho de la Universidad Andrés Bello realizó la charla "A 50 años del 11 de septiembre", que contó con la participación de Milton Juica, académico UNAB, y los historiadores Leith Passmore y Valentina Verbal, quienes realizaron un análisis histórico-jurídico de los hechos y reflexionaron sobre cómo estos han influenciado la historia de Chile.
En el marco de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado, la Facultad de Derecho de la Universidad Andrés Bello (UNAB) realizó la charla “A 50 años del 11 de septiembre”, que buscó analizar desde la perspectiva histórica-jurídica esta fecha y comprender las razones de por qué ha aumentado la polarización en la política, desde un punto de vista académico.
Para ello, la actividad contó con la participación del exministro y ex presidente de la Corte Suprema, Sr. Milton Juica, docente de Derecho UNAB; Leith Passmore, historiador, docente UNAB y autor de Ulrike Meinhof and the Red Army Faction: Performing Terrorism (2011) y The Wars inside Chile’s Barracks: Remembering Military Service under Pinochet (2017); y Valentina Verbal, licenciada y magíster en Historia y becaria Fulbright.
Respecto de la relevancia de analizar como Facultad este hito desde una perspectiva jurídico-histórica, la coordinadora del área de Ciencias del Derecho de la UNAB, Dra. Mar del Rosario Guridi, destacó que “como país debemos aprender, comprender y entender las circunstancias que motivaron estos hechos y las consecuencias que se generaron para no repetir la historia”.
Asimismo, recalcó que “la participación ciudadana es un factor que materializa los cambios, y por ello, es importante entre los ciudadanos y los representantes o gobernantes se establezcan discusiones que enriquezcan el diálogo para alcanzar objetivos comunes”.
En esa línea, el expresidente de la Corte Suprema y docente de Derecho UNAB, Milton Juica, aseguró en su presentación que: “Hay países que entran y salen de dictaduras, la no repetición está en manos de la juventud”.
La mirada jurídica
Durante la charla, el ex titular del máximo órgano de justicia en el país realizó un repaso histórico por el rol de la Corte Suprema en los últimos 50 años en su labor de defensa de los Derechos Humanos. Sobre el “silencio” inicial de la justicia, el expresidente de la Corte Suprema comentó que las autoridades de la época negaron cualquier tipo de violación a los Derechos Humanos y que una vez instalada la Junta Militar en el poder se solicitó que todos los jueces y funcionarios del Poder Judicial vinculados a la Unidad Popular fueran removidos.
En cuanto al Golpe de Estado aseguró que fue “cruento” y que una muestra de aquello fueron las tres mil personas detenidas desaparecidas o ejecutadas en dictadura. Asimismo, precisó que, durante la extensión de la dictadura no se realizaron investigaciones ni persecuciones contra este tipo de delitos, y que previo al regreso a la democracia se dictó una amnistía con el objeto de perpetuar la impunidad. Asimismo, detalló que algunos casos pasaron a la Justicia Militar, donde los procesos terminaban en un “sobreseimiento definitivo”.
La justicia, recalcó, vendría después de 1992, cuando el Poder Judicial inició investigaciones de manera formal, principalmente por la presión internacional de instancias como la Corte Interamericana, que señaló la invalidez de los tribunales militares para juzgar casos de violaciones a los Derechos Humanos; y la detención de Augusto Pinochet en Londres, cuya repatriación estuvo acompañada del compromiso de un juicio en su contra. “Pinochet murió en situación de procesado y no fue condenado porque murió”, aseguró Juica.
Estos hechos llevaron a que en Chile se declarara la imprescriptibilidad de los delitos contra los DDHH y se invalidaran las amnistías otorgadas, lo que dio como resultado la detención de 300 personas por delitos de lesa humanidad ocurridos durante la dictadura.
En 2013 la Corte Suprema reconoció las omisiones del Poder Judicial, y, a pesar de lo anterior, Milton Juica destacó que precisamente el Poder Judicial es “uno de los poderes de Estado que más ha trabajado en post de la verdad y la justicia, así como en las reparaciones”.
Actualmente, los procesos de DDHH demoran entre 3 a 4 años, existen 2.100 causas que están siendo investigadas por los jueces y quedan cerca de mil personas cuyo paradero es desconocido.
Una mirada a la historia
Por su parte, la historiadora Valentina Verbal repasó los elementos histórico-políticos que han desencadenado crisis y golpes de estado a lo largo de la historia de Chile. En esa línea explicó que en Chile suelen darse este tipo de crisis porque históricamente como sociedad no hemos sido capaces de establecer una Constitución que sea para todos.
“Chile siempre tiene golpes y revoluciones cada 50 años, porque nunca se logra la legitimidad constitucional, lo que lleva a la polarización y a la crisis”, comentó Verbal. Esta polarización, incluso más que escenarios complejos como la desigualdad o una crisis económica, es –precisó– síntoma de un quiebre en la democracia. Y explicó que:
“Los quiebres democráticos se producen por el incumplimiento de las reglas de la democracia por parte de los actores políticos. Una fundamental es el reconocimiento del adversario como un legítimo adversario y no como un enemigo”.
En cuanto al Golpe de Estado de 1973 explicó que fue de una violencia inesperada, porque históricamente en Chile “los golpes eran más bien simbólicos”, y las Fuerzas Armadas servían como garantes de la institucionalidad y no eran quienes tomaban el poder, sino que lo hacían los distintos sectores políticos.
Por su parte, el historiador Leith Passmore se refirió a las violaciones a los DDHH sufridas por conscriptos durante la dictadura, y al uso de la tortura como un elemento de formación militar bajo el discurso de la “resistencia a la dureza”.
Para ello, compartió testimonios de conscriptos que ha recabado a lo largo de su trabajo y que han quedado retratados en sus libros. Passmore explicó que en la Guerra Fría la violencia se volvió parte de la formación militar y los malos tratos eran considerados una forma de acostumbrarse a la guerra a través de situaciones reales.
Asimismo, se refirió a las secuelas que han enfrentado estos hombres, especialmente a la hora de integrarse a la sociedad civil, asegurando que muchos de ellos no pudieron superar los traumas provocados por su paso por el servicio militar, por lo que no han logrado establecer vínculos fuera del grupo de exconscriptos que integran. “Muchos de ellos nunca pudieron tener una familia o casarse”, precisó.