35 años, 35 hitos UNAB| Los 33 años de trayectoria y compromiso de Leontina Paiva en la U. Andrés Bello
En 1991 la abogada se unió a la Universidad Andrés Bello, marcando así el inicio de una extensa trayectoria laboral en esta casa de estudios. Desde su cargo como asesora legal y de proyectos en la Secretaría General nos comparte aspectos significativos de la universidad y su relevancia durante sus más de tres décadas de existencia.
En la década de los ’90, Leontina Paiva Rojas llegó a UNAB después de ser invitada por una amiga al lanzamiento de un libro. En ese momento tuvo la fortuna de reencontrarse con la entonces rectora, Mónica Madariaga, quien además había sido ministra de Educación y con quien interactuó previamente en la Dirección de Presupuestos del Ministerio de Hacienda. Durante esa conversación, Leontina expresó su deseo de contribuir a esta nueva institución.
Ese encuentro la llevó a conocer al decano de la Facultad de Derecho de Universidad Andrés Bello, Jaime Hales, uno de los fundadores de la universidad en aquellos años. Así, la abogada, que durante tres décadas había trabajado en el Ministerio de Hacienda, cambió los presupuestos por la fiscalía de esta naciente casa de estudios, un cambio que marcó el inicio de una larga carrera en UNAB que se extiende hasta el día de hoy.
A lo largo de sus 33 años en UNAB, Leontina ha desempeñado un papel fundamental en la dirección del archivo universitario, el cual ella describe como «la historia viva de la universidad, de la cual ha sido partícipe desde sus inicios». Su compromiso y dedicación hacia esta labor la han convertido en una figura significativa en la institución, ya que ha compartido, interactuado y colaborado con todos sus rectores.
Actualmente, esta colaboradora continúa trabajando como asesora legal y de proyectos en la Secretaría General de UNAB, donde sigue aportando a través de su valiosa experiencia y tenacidad. De hecho, su destacada trayectoria fue reconocida en el Claustro de 2018 por su incansable dedicación a la universidad.
Leontina Paiva es más que una profesional comprometida; es también una madre y abuela de dos nietos. Su voz pausada y tranquila refleja la sabiduría que ha adquirido a lo largo de los años. Su memoria infalible le permite recordar incluso los detalles más pequeños de la vida de la universidad, lo que realza aún más su aprecio por el valor de la U. Andrés Bello como entidad educativa. «En estos 33 años en UNAB y en su aniversario 35, siento la satisfacción de ver un hijo crecido, exitoso y que tiene un lugar especial en el país», comenta.
Con su característica serenidad, Leontina Paiva comparte sus impresiones sobre la relevancia de formar parte de la universidad más grande y una de las más prestigiosas del país.
¿Cómo han sido estos 33 años trabajando en la Universidad Andrés Bello en términos profesionales y personales?
En términos personales, siempre me he sentido muy a gusto, reconocida y valorada, con un trato muy deferente. En términos profesionales, ha sido enriquecedor, un gran aprendizaje en gestión y en lo relativo a la educación superior.
¿Qué situación o hecho la han marcado en sus 33 años de trayectoria en UNAB?
Como colaboradora, la obtención de la autonomía tuvo una gran significación, permitió ampliar de inmediato la oferta académica al área de la salud, lo que fue un gran impulso. Luego, cada acreditación ha sido muy valiosa. Como persona fueron hechos relevantes la apertura de la Casona y la llegada y retiro del Grupo Laureate como sostenedor.
Desde su área, ¿Cómo ha visto y vivido la evolución de UNAB en estos años?
He visto con gran satisfacción el rápido y sostenido crecimiento de la universidad en su desarrollo, una oferta académica con gran diversidad, un cuerpo académico muy calificado, desarrollo de investigaciones fundamentales, acciones de vinculación con el medio; atención especial al aprendizaje y retención de los alumnos, otorgamiento de beneficios a estudiantes en todos los niveles y en aspectos económicos, de bienestar, incluso en la preocupación por la empleabilidad. Las mejoras en su organización y en infraestructura son muy notables.
¿Cuál hito destacaría de la historia de UNAB? ¿Por qué?
Existen varios, como el haber alcanzado la autonomía el 25 de agosto de 1999, lo que significa un reconocimiento externo a nuestro proyecto universitario. También destacaría la apertura de la oferta académica en el área de la Educación y la instalación de UNAB en la Sede de Viña del Mar. Además, la incorporación del Instituto Profesional AIEP fue un hito significativo, permitiendo abordar el área de las carreras técnicas e implementar el proyecto de continuidad de estudios, que creo, ha sido muy significativo para el país.
¿Qué se siente formar parte de una institución que este año cumple 35 años y que tiene miras a ser una de las más importantes del país?
Siento un gran orgullo por estar presente en el gran reconocimiento que ha logrado UNAB, al figurar entre las universidades más prestigiosas del país y con una valiosa internacionalización. Mi satisfacción radica en que, a lo largo de su desarrollo, he sido testigo de un avance constante en la calidad y una preocupación permanente por ofrecer un mejor servicio a la comunidad académica y estudiantil.
Si quieres conocer más de los 35 años de historia de la Universidad Andrés Bello, te invitamos a revisar «35 años, 35 hitos UNAB»