Le Monde Diplomatique | A propósito del parlamentario Mellado ¿qué necesita la escuela de la sociedad? Por Carmen Gloria Garrido F.
La escuela en todas sus formas se parece más bien a una fábrica donde pareciera que lo más importante ha perdido relevancia; ese enseñar para provocar estudio, indagación, reflexión y creación, sostiene la directora de la Escuela de Educación de la Universidad Andrés Bello.
Estamos en una época confusa, una época en que la educación o más bien, la escuela (en todas sus formas) debe fortalecerse frente a las exigencias de esta época, pero las palabras de la escuela se han vuelto estériles, se han vuelto perdidas, huérfanas y nos rodean los productos, la regulación, los cursos de todo tipo, las evidencias.
La escuela en todas sus formas se parece más bien a una fábrica donde pareciera que lo más importante ha perdido relevancia; ese enseñar para provocar estudio, indagación, reflexión y creación. La escuela (en todas sus formas) está más bien atrapada en una cultura y racionalidad técnica. Una fábrica que debe constantemente lidiar con lo que la sociedad, instituciones de educación, de economía y la política imperante piden de ella y así se transita en una suerte de dar respuesta a parámetros más bien de productividad incorporando palabras, sí, las peligrosas palabras, esas sólo de resultados, de evaluaciones, de competencias, entre otras, como esas fueran palabras de la enseñanza. Como si eso fuese lo vital, como si eso es lo que debe preocupar a la escuela en todas sus formas.
Hay que recuperar la enseñanza y al enseñante, pronunciar otras palabras, nuestras palabras de escuela, aquellas de la pedagogía. Se hace urgente porque de lo contrario el fondo de valor de la escuela se debilita y con ello la esperanza de una sociedad más justa y equitativa. Ese fondo de valor referido a presentar el mundo a los niños, ese de disponer a ellos los problemas del mundo para cuidarlo. La escuela en todas sus formas es un espacio que se detiene, a observar, contemplar, hacerse preguntas, crear, asombrase.