VOZ DEL EXPERTO | Consejos para manejar el estrés al volver a la rutina diaria

El regreso a la rutina diaria y a la presencialidad puede generar estrés en niños, jóvenes y adultos. La psicóloga y académica de la Universidad Andrés Bello (UNAB), Rocio Calbacho, precisa que el estrés se define como una serie de manifestaciones que alteran al sujeto física como psíquicamente. Este estado lleva a las personas a la acción y no a la reflexión, lo que dificulta la adaptación a los cambios.

En su texto «El malestar de la cultura», Sigmund Freud alude al malestar que genera la civilización en las personas, al imponer una serie de renuncias que tienen que ver con aspectos de satisfacción personal para poder vivir en la sociedad.

En ese sentido, Calbacho sostiene que volver a las tareas cotidianas puede llevar a las personas a verse confrontadas nuevamente con la exigencia, lo impuesto y el deber. Además, agrega que la pandemia y sus consecuencias también afectaron la presencialidad e interacción social.

“Desde marzo del año 2020, se tuvieron que adoptar otras formas, y se crearon las clases online, reuniones por diversas plataformas, sistemas híbridos, entre otros. Se flexibilizaron las instancias debido a la crisis que vivimos y de la que aún nos encontramos convalecientes”, acota.

La académica de la UNAB comparte algunas recomendaciones para poder manejar el estrés con las actividades diarias y la presencialidad:

1. Establecer una rutina: Establecer una rutina puede ayudar a sentirse más organizado y reducir el estrés. Hay que tratar de seguir una rutina diaria, que incluya tiempo para hacer ejercicio, comer bien, descansar y trabajar.
2. Aprovechar las ventajas de la tecnología: La tecnología puede ser muy útil en situaciones en las que la presencia física no es posible o conveniente. Se recomienda utilizar herramientas de teletrabajo para trabajar desde casa, realizar compras en línea o hacer uso de los servicios de entrega a domicilio para evitar desplazamientos innecesarios.
3. Flexibilidad: La transición a la presencialidad puede llevar tiempo, así que hay que ser paciente y flexible en cuanto a las expectativas y el ritmo de trabajo.
4. Amabilidad: La vuelta a la presencialidad después del COVID puede ser un proceso difícil, así que hay que ser amable consigo mismo y darse el tiempo necesario para adaptarse.
5. Realizar pausas breves: Se deben tomar descansos regulares durante el día para recargar energías. Se recomienda programar con tiempo para hacer actividades agradables que relajen, como leer un libro o dar un paseo.