19 Diciembre 2025

La Tribuna | Columna de opinión: Las palabras de la escuela: entre la vigilancia y el cuidado

Carmen Gloria Garrido, directora de la Escuela de Educación de la U. Andrés Bello, sede Viña del Mar, analizó las medidas de seguridad tomadas por los colegios de la Municipalidad de Santiago.

En una columna publicada el 19 de diciembre, la directora de la Escuela de Educación de la U. Andrés Bello, sede Viña del Mar, Carmen Gloria Garrido, analizó la decisión de instalar cámaras de seguridad en los colegios de Santiago.

Carmen Gloria Garrido, directora UNAB, comenta en Emol los resultados del informe de la OCDE que señala que los chilenos tienen habilidades insuficientes. El Mercurio de Valparaíso, 17 de diciembre de 2024.La académica señaló que «La noticia sobre la instalación de cámaras en liceos emblemáticos de la Municipalidad de Santiago vuelve a situarnos frente a una pregunta que no es técnica, sino profundamente pedagógica, ¿Qué tipo de escuela estamos construyendo?».

Antes que dispositivos, protocolos o medidas de seguridad, la escuela se construye y se explica a sí misma a través de un lenguaje que orienta prácticas, miradas y decisiones.

«Las palabras no son solo descripciones de la realidad; son formadoras de mundo. Nombrar una medida como vigilancia no es inocente. Vigilancia remite al control, a la observación permanente, a la sospecha como punto de partida», explicó Garrido.

Además, la experta añadió que «Es una palabra que nace en la lógica del resguardo frente a la amenaza y que, al instalarse en la escuela, corre el riesgo de desplazar el sentido educativo del conflicto hacia una lectura policial o disciplinaria».

«Bajo esta lógica, el conflicto deja de ser una oportunidad de aprendizaje y se transforma en una falta que debe ser anticipada y contenida», añadió Garrido.

Sin embargo, la académica aseguró que «negar la existencia de los conflictos sería igualmente irresponsable. La escuela no puede sostenerse solo en un discurso idealizado de la convivencia».

Hay tensiones reales, violencias concretas, situaciones de riesgo que exigen respuestas claras y condiciones mínimas de seguridad.

Finalmente, Garrido sentenció que «el riesgo de una escuela saturada de vigilancia es que
termine educando en la desconfianza. El riesgo de una escuela que renuncia a toda forma de cuidado es la fragilidad absoluta».

Puedes leer la columna completa en este enlace.