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La Tercera | Por qué está prohibido el consumo del Kratom, la planta del sudeste asiático que llegó a Chile
Según los especialistas, las evidencias demuestran que su administración en dosis pequeñas produce efectos estimulantes y causa una leve agitación. Sin embargo, si esta aumenta puede provocar depresión del sistema nervioso central y un efecto similar a la morfina o el fentanilo.
Durante siglos, en el sudeste asiático, y en particular en las áreas rurales de Tailandia, las hojas de la Mitragyna Speciosa, comúnmente conocida como Kratom, se consumían de manera habitual por sus propiedades estimulantes y analgésicas. No obstante, en 1943, el Kratom fue declarado ilegal en Tailandia, imponiendo a quienes fueran encontrados con más de 10 kilos de la sustancia multas de hasta 6 mil dólares y penas de prisión de dos años.
El 24 de agosto de 2021, ante la presión de una arraigada tradición y la crisis agrícola exacerbada por el COVID-19, las autoridades decidieron derogar la ley. A partir de esa fecha, se permitió la producción, venta y consumo de las hojas de Kratom, aunque los concentrados permanecen prohibidos. Esta planta, que forma parte de la familia Rubiaceae, la misma a la que pertenece el café, volvió así a ocupar su lugar en la cultura y economía local.
En Chile, la PDI ha estado en alerta desde 2022 y, este año, la preocupación aumentó cuando la policía incautó un cargamento de 216 kilos de Kratom procedente de Perú.
Fernando Torres, director de la Escuela de Química y Farmacia UNAB, explica que «las hojas de Kratom contienen varios compuestos químicos conocidos como alcaloides bioactivos que pueden tener efectos en el organismo. Entre los compuestos presentes en los extractos de Kratom, los más estudiados son la mitraginina y la 7-hidroximitraginina».
Aún queda mucho por estudiar respecto de los compuestos químicos relacionados con el Kratom, su inocuidad y sus efectos a corto y largo plazo sobre el organismo, o las posibles aplicaciones terapéuticas. Tanto la mitraginina como la 7-hidroximitraginina activan receptores ‘opioides mu’, que se encuentran en las células nerviosas, pero los efectos se comparan sólo parcialmente con los de sustancias opioides como la oxicodona y heroína
El toxicólogo de la UNAB explica que “las evidencias han demostrado que dosis pequeñas de esta droga producen efectos estimulantes, causando una leve agitación, pero a dosis más altas tiene efectos depresores del sistema nervioso central, produciendo un efecto similar a la morfina o el fentanilo”.
Pero especifica que, si bien “los consumidores de Kratom han reportado efectos como aumento de energía, mayor nivel de alerta y frecuencia cardíaca acelerada, y también relajación, alivio del dolor y confusión, los estudios no han establecido hasta el momento que esos efectos dependan de la cantidad de Kratom consumida o del método de consumo”.
Falta de evidencia científica
El especialista subraya la importancia de aclarar que, hasta el momento, «no se han realizado estudios científicos suficientes que aporten evidencia concluyente sobre los efectos de los compuestos del Kratom, sus posibles aplicaciones terapéuticas, y los daños que podrían causar al ingerir las hojas de la planta o productos derivados, tanto a corto como a largo plazo».
Señala, asimismo, que los efectos del Kratom en el ser humano dependen de varios factores, como la dosis consumida, la concentración de la sustancia en las hojas o pastillas, la formulación del producto (ya sea en forma de pastillas, infusiones, etc.), la forma y frecuencia de consumo, el uso simultáneo de otras drogas o alcohol, y la presencia de enfermedades preexistentes en quien lo consume.
También comenta que entre los efectos reportados por los consumidores se encuentran alteraciones mentales y neurológicas, como confusión, temblores y convulsiones; problemas cardíacos y pulmonares; aumento de la presión arterial y respiración lenta; además de problemas gastrointestinales, náuseas, vómitos y complicaciones hepáticas.
Torres explica que, como sucede con todas las drogas, los efectos del Kratom dependen de varios factores, incluyendo la cantidad ingerida, la concentración de la sustancia, la formulación del producto, la forma de consumo, la presencia de otras drogas en el organismo, condiciones de salud preexistentes y la experiencia previa del usuario con la sustancia.
