La Tercera | Nutrición para un 18 más saludable: Mitos y verdades de los carbohidratos
Según Fabiola Romero, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética UNAB, no todos los carbohidratos son iguales ni todos son prescindibles. Constituyen una poderosa fuente de energía necesaria para el correcto funcionamiento del organismo.
En realidad, los hidratos de carbono son una valiosa fuente de energía esencial para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo, como nos explica Fabiola Romero, docente de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Andrés Bello.
Lo que debemos controlar o evitar, dependiendo de su presentación, son los carbohidratos simples, que abundan especialmente en productos ultraprocesados y refinados.
Sin embargo, la confusión y la falta de información a menudo nos llevan a evaluar todos los carbohidratos de la misma manera, tachándolos de perjudiciales. Según Romero, esto ha llevado al mito de que todos los carbohidratos son malos y deben eliminarse por completo.
Es crucial distinguir entre carbohidratos saludables (como granos enteros, frutas y verduras) y carbohidratos menos saludables (azúcares añadidos y alimentos altamente procesados)
En efecto, los hidratos de carbono son una fuente fundamental de energía para el cuerpo y desempeñan un rol clave en una dieta equilibrada, en la que también deben participar las proteínas y las grasas.
“Cabe destacar que nuestro organismo depende del aporte de carbohidratos, ya que son esenciales para el funcionamiento adecuado de nuestro cerebro, lo que a su vez nos permite llevar a cabo las funciones normales”, acota la académica de la UNAB.
¿Hay ganancia de peso?
La clave reside en mantener un equilibrio y tomar decisiones conscientes en nuestra alimentación. Según la nutricionista de la UNAB, es importante comprender que los carbohidratos por sí solos no son los responsables del aumento de peso.
Nuestro peso está dado por el balance entre lo que ingerimos y lo que gastamos. Cuando ingerimos más de lo que gastamos, ya sean carbohidratos, proteínas o lípidos, vamos a tener una ganancia de peso. No tiene que ver sólo con los carbohidratos, sino con la ingesta calórica total.
«Efectivamente, los carbohidratos simples tienen un índice glicémico mucho mayor y eso hace que se absorban más rápido y eleven nuestro azúcar en la sangre. Pero tienen 4 calorías por gramo -tanto los simples como los complejos-, lo mismo que las proteínas» complementa.
¿Qué pasa si se eliminan?
Una dieta restrictiva en carbohidratos sólo puede conseguir éxito si es vigilada por un profesional, y si los objetivos están dentro de las posibilidades del paciente. Si se pretende disminuir el peso, hay que ver también en cuánto tiempo se puede lograr.
Para que el cuerpo no tenga desequilibrio, tiene que ser de una forma pausada. Si aumentó 10 kilos en los últimos seis meses, no puede pretender bajar 10 kilos en un mes. En ese sentido, la mirada del profesional a cargo debe ser muy responsable, porque no todas las dietas son para todas las personas.
Una persona diabética, recalca, no está apta para hacer un ayuno intermitente. Como tampoco una persona con hígado graso, u otra dislipidemia, lo está para un régimen cetogénico.