La Tercera | Infusiones de hierbas: ¿sirven realmente para prevenir enfermedades en invierno?
La académica de la Escuela de Química y Farmacia UNAB, Maite Rodríguez, y la supervisora de internado clínico de la Escuela de Nutrición y Dietética UNAB, Yanina Hernández, aclaran la efectividad y riesgos de las infusiones de hierbas para nuestra salud.
Las infusiones, o más conocidas popularmente como «agüitas», pueden ser reconfortantes y se cree que pueden aliviar ciertos malestares, además de ayudar contra el frío. Sin embargo, a menudo se desconocen sus propiedades nutricionales, efectos secundarios y los posibles riesgos asociados con su consumo excesivo.
Además de aliviar las comidas pesadas y reconfortar el estado de ánimo después de un día difícil, se cree que las infusiones también pueden proporcionar alivio ante diversos síntomas. Sin embargo, como ocurre con todo, no se trata simplemente de consumirlas sin restricciones. Es importante tener información contextual junto con el disfrute de estas bebidas.
Para Maite Rodríguez, académica de la Escuela de Química y Farmacia UNAB, las infusiones «se consideran alimentos y su única función es esa. Es decir, no se les atribuyen propiedades terapéuticas» asegura, haciendo alusión al Decreto de Salud Nº977/96 Art. 459-464. Asimismo puntualiza que el consumo de infusiones de invierno “responde a la necesidad de tomar alguna bebida caliente y con un sabor/olor agradable”.
Consumir con moderación
“Aunque estas infusiones no corresponden a un medicamento, su uso exacerbado puede causar molestias y efectos indeseables en algunas personas, sobre todo en poblaciones especiales”, destaca Rodríguez. Por ejemplo, en los niños pequeños está contraindicado beber infusión de anís estrellado, debido a que puede causarles convulsiones.
“En personas con hipertensión no es recomendable consumir bebidas con cafeína, como el mate”, cuenta. En el caso de las embarazadas y madres lactantes, solo se recomienda tomar infusiones de tila, y no otras más comunes como la salvia, el boldo o la ruda —tienen propiedades estrógenas— por lo cual es muy importante observar el contenido de cada bolsita que se utilice.
Agua con limón, miel y jengibre
Según varios especialistas, la combinación de estos tres alimentos nos ayudaría a mejorar el sistema inmunológico. Sin embargo, no es una solución mágica para recuperarse de un resfriado. “Es importante tener en cuenta que no hay evidencia científica de que el limón con jengibre y miel disminuya los cuadros infecciosos o que reduzca los síntomas”, complementa Yanina Hernandez, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello.
“Puede ayudar a aliviar los síntomas del resfriado o congestión nasal”, dice, pero no es un remedio en sí misma. Consumirla frecuentemente —una o dos veces al día— podría, eso sí, estimular nuestras defensas. La sugerencia general, como siempre, es que en caso de tener un cuadro infeccioso, fiebre, congestión persistente o severa, se consulte con un médico para obtener un diagnóstico adecuado y un tratamiento apropiado.
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