24 Marzo 2025

La Tercera | Experta UNAB ahondó en cómo se manifiesta el déficit de atención en adultos

El reciente capítulo de A Bordo ahondó en el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). En el espacio Jacqueline Hormazábal, psicóloga y académica de la UNAB profundizó sobre el tema.

En entrevista con La Tercera, Jacqueline Hormazábal, psicóloga y académica de la Universidad Andrés Bello, profundizó en el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Esto a partir de los datos que dicen que el 2,58% de los adultos presentan TDAH persistente, lo que es que cumplen con los criterios de diagnóstico en la adultez, existiendo evidencia de su inicio en la infancia.

El déficit de atención en adultos se debe en gran medida a que los signos no fueron percibidos o tratados en la infancia. Lo cual hace que se identifiquen en una etapa donde las personas deben adaptarse a su entorno a como dé lugar.

Al respecto, la psicóloga y académica de la Universidad Andrés Bello explicó que “al no tener acceso a un diagnóstico o a un profesional que identifique lo que a alguien le estaba ocurriendo, surgen en la adultez otros trastornos relacionados o que aparecen con el TDAH”.

“Al no atreverse a consultar, de repente, se bloquean las posibilidades de tratamiento. A veces, cuadros depresivos o trastornos de ansiedad hacen más crítico el TDAH al complementar el proceso del trastorno”, enfatizó.

Diagnóstico médico

La académica de la UNAB explicó que el proceso de diagnóstico puede considerar a un médico especialista en salud mental. “Los psicólogos clínicos también tienen herramientas para identificar si la sintomatología del paciente puede estar relacionada con un TDAH”, aclaró, e indicó que debe incluirse una entrevista en profundidad, la recopilación de antecedentes familiares, académicos y escolares, así como la conducta durante la primera infancia.

“Si bien el TDAH comienza a manifestarse generalmente en la infancia alrededor de los 7 años, eso hace necesario que los adultos hagan el ejercicio de “mirar cuál ha sido su historia”.

Entre los métodos de evaluación existen test de autoevaluación, que Hormazábal describe como “cuestionarios donde la persona responde afirmaciones con las que se identifica o no”.

Al respecto, agregó que “también se van sumando pruebas neuropsicológicas e imágenes cerebrales, las cuales han demostrado que hay un funcionamiento distinto en el cerebro de las personas con TDAH”.

Con diagnóstico en mano, especialistas como psicólogos podrán hacer un abordaje terapéutico, mientras que los psiquiatras permiten descartar si es necesario complementar dicho abordaje con alguna terapia farmacológica.

Recomendaciones para la vida adulta
La académica de la UNAB comentó que el apoyo familiar debe ser un pilar para acompañar la terapia. “Es fundamental que el entorno de la persona diagnosticada comprenda el TDAH, para evitar los mitos y estigmas asociados”.

“De no contar con una red, el trastorno puede impactar, por ejemplo, en las relaciones de pareja, donde sus efectos podrían traducirse en el olvido de fechas importantes o la desorganización, generando desinterés”, prosiguió.

Para Hormazábal es valiosa la masificación de profesiones afines como la implementación de psicólogos u otros especialistas en establecimientos educacionales. Esto a través de programas de integración, concientizando que tener TDAH no es una afectación de la inteligencia, sino un modo de funcionar diferente.

Puedes ver el capítulo completo en este enlace.