25 Julio 2025

La Tercera | Académico FEN UNAB analiza idea de acabar con la UF

El director de Ingeniería Comercial sede Bellavista, Claudio Giorgi, aborda el tema en una columna de opinión escrita para La Tercera.

Un grupo de parlamentarios presentó un proyecto de ley para acabar con la UF en algunos contratos. El caso más gráfico es el de los créditos hipotecarios.

Distintas voces han analizado la propuesta. Casi de manera unánime, se cree que es una mala idea.

Pues bien, desde la academia, el director de Ingeniería Comercial de la Universidad Andrés Bello, Claudio Giorgi, escribió una columna para La Tercera en la que aborda el hecho. Leamos.

«Este grupo de diputados parecía convencido de que con una simple prohibición podía alterar las leyes económicas. Pero la señal que enviaban era, en el mejor de los casos, ingenua. Porque prohibir la UF no elimina la inflación, ni evita que ésta encarezca los créditos. Si una institución financiera presta dinero, cobrará por el servicio, y lo hará protegiéndose de la pérdida de valor de la moneda, más una ganancia, como es natural», dice el profesor Giorgi.

El académico recuerda que, con el transcurso de los días, el tono ha cambiado. Así, desde el propio oficialismo han surgido voces que matizan la propuesta. «El diputado Daniel Manouchehri, uno de los impulsores del proyecto, aclaró que no buscan eliminar completamente la UF, sino regular su uso en contextos donde se ha vuelto abusivo, como en arriendos o matrículas escolares».

Al respecto, Giorgi explica que «los créditos en pesos tienen tasas de interés en torno al 1,8% mensual, lo que supera el 20% anual. En cambio, un crédito hipotecario en UF tiene tasas cercanas al 5% anual, más la variación de la UF. ¿Cuál es la diferencia en realidad? Que, si el crédito es en pesos, pagamos la inflación dentro de la tasa; si es en UF, la pagamos en la unidad de reajuste. En este juego, las personas de a pie casi nunca saldrán ganando».

Para sintetizar su argumento, plantea que, dicho de forma aún más sencilla, «en un crédito en UF, el cliente asume el riesgo inflacionario; en uno en pesos, el riesgo es del banco. Y como al banco no le gusta perder, lo cubre con una tasa más alta, que incorpora la inflación esperada… o incluso algo más, por si acaso».

Puedes leer la columna completa en este enlace.