La Tercera A Bordo | ¿Por qué tenemos cada vez menos profesores?
Polo Ramírez conversó sobre este tema con las académicas de la Universidad Andrés Bello, María Gabriela Huidobro y Carmen Gloria Garrido.
En educación, el país atraviesa por un complejo escenario, hay déficit de profesores. Esto se complejiza aún más cuando, según proyecta Elige Educar, a 2030 faltarán más de 33 mil educadores. Hoy, la merma es de 26 mil.
¿Qué explica esta falencia y qué fenómeno, además, está detrás del hecho de que muchas personas que estudian Pedagogía abandonan el campo laboral a poco andar?
Pues bien, este tema fue el que abordaron en un nuevo capítulo de A Bordo, el conductor Polo Ramírez y las académicas de la UNAB, María Gabriela Huidobro, decana de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales y Carmen Gloria Garrido, directora de la Escuela de Educación en la misma facultad.
«Estamos hablando de un problema que, en la punta del iceberg, se ve como un déficit proyectado de profesores que, la verdad, se viene advirtiendo hace años», comenta la profesora Huidobro.
La investigadora recuerda que esto data de 2017 cuando luego de este estudio se comenzaba a implementar la nueva ley de carrera docente, la 20.203, que busca fortalecer la profesión.
El estudio advertía- agrega Huidobro- que el área es poco atractiva para las vocaciones profesionales.
La decana de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales explica además que lo que se observa es que no hay profesores idóneos, con las competencias necesarias, sobre todo en educación básica.
En contrapartida, explica, han aumentado solicitudes para que ejerzan la docencia personas que no se han formado como profesores.
Por su parte, la profesora Garrido dice que se trata de una situación que tiene diferentes vertientes y se explica por diversos factores. «Todos hablamos de educación y de su relevancia, pero no se ha instalado una cultura y acciones que propicien justamente esta apertura a hacer atractiva la profesión docente». En esa línea, afirma que los jóvenes que ingresan a los colegios advierten que no están los elementos o la seguridad laboral incluso que una profesión de tal naturaleza requiere.
También influye que el ambiente que se ha creado a nivel social en relación con la pedagogía también empobrece. «Las noticias que hay habitualmente de educación son negativas».
Entonces, reflexiona, los jóvenes ven que hay condiciones laborales que no son las adecuadas.
Para María Gabriela Huidobro, también hay un tema de vocación malentendido, pues «se entiende que hay que asumir ciertos sacrificios por esa vocación un poco idealizada. Se veía, sobre todo, en el contexto de la pandemia, cómo se celebraba al profesor que se la juega, que da más allá de lo que debería, por un sueldo magro normalmente, entonces se entiende que está haciendo un apostolado, que es un poco mártir».
Otro aspecto que explica esta situación es que gran parte del trabajo de un profesor se hace fuera de las horas de clase y eso no siempre está reconocido.
Revisa la conversación completa en este enlace.