Fonoaudiólogo UNAB: La lectura, una puerta de entrada a otros mundos para los niños

Las cifras de lectura en adultos en Chile son una señal de alerta, los últimos estudios dan cuenta de un amplio porcentaje, cerca del 50%, que declara no leer regularmente, algunos reconocen simplemente no hacerlo nunca.

Otras investigaciones abordan las causas de este distanciamiento con los libros, poniendo en primer lugar la falta de tiempo. Sin embargo, los indicadores también apuntan a que 84% de los chilenos no comprende bien lo que lee, creando un círculo adverso para mejorar.

Esto es preocupante, asegura el académico de Fonoaudiología de la Universidad Andrés Bello, Arturo Flores, “sobre todo si pensamos que estas personas podrían estar en contacto con niños y niñas que están conociendo el mundo y pueden ver en la lectura una puerta que les permite descubrir realidades solo existentes en los libros”.

Hábito contagioso

¿Cómo podemos fomentar la lectura desde edades tempranas? El especialista entrega algunas recomendaciones al respecto.

Hace algún tiempo, dice, en Magallanes el lema para hacerlo era “La lectura no se enseña, se contagia”. Esta premisa tiende a ser cierta.

“Muchas de los hábitos que adquieren los niños y niñas forman parte de las conductas socioculturales de sus padres, madres y/o cuidadores: por lo tanto, si ven que los adultos leen, podría despertar en ellos interés por la lectura”.

Disponer de libros en los espacios donde cotidianamente conviven los niños y niñas es una alternativa, estos deben estar a su alcance, a libre disposición e idealmente deben contener imágenes claras y sencillas que les permitan desarrollar su imaginación y creatividad.

Se trata de una forma de abrir nuevos mundos y de potenciar la imaginación, sobre todo en una época de fuerte influencia del audiovisual.

Leer en compañía

Es es importante que podamos destinar en algún momento del día un tiempo para leer con ellos: La lectura es un acto conjunto. En esta vivencia, podemos descubrir la posibilidad de compartir con los niños y niñas y fortalecer nuestros lazos.

Lo ideal es ubicarnos a su altura, utilizar diferentes entonaciones, repetir ideas importantes, señalar las imágenes que representen el relato, hacer preguntas sencillas sobre lo leído y seguir con nuestro dedo la línea de lectura: esto permitirá que comprendan cómo funciona la dinámica de leer.

Comentar y escuchar

Una vez que esto se vuelva habitual los niños y niñas esperarán este momento, y con el correr de los días, querrán ser ellos quienes guíen la lectura.

Incentivar esta conducta es muy importante: debemos escucharlos con atención, sorprendernos con lo que nos cuentan y aportar detalles sobre lo leído.

En un inicio, puede que esta lectura sea errática y muchas veces describirán las imágenes por sobre la lectura de lo escrito. Sin embargo, esta rutina fomentará en ellos y ellas el interés por los libros.

Acompañemos ese proceso y brindémosle la posibilidad de crear mundos imaginarios y fantásticos desde la lectura.