03 Julio 2025

La Estrella | Enfermedades respiratorias y políticas públicas: el cuidado como compromiso colectivo

La Directora del Instituto de investigación de Cuidados de Salud de la Universidad Andrés Bello Naldy Febré, asegura que las campañas y políticas públicas han logrado disminuir las enfermedades respiratorias.

Cada invierno, Chile enfrenta una fuerte presión sobre su sistema de salud debido al aumento de enfermedades respiratorias como la influenza, el virus sincicial y el SARS-CoV-2. En 2025, la elevada circulación viral, las condiciones climáticas adversas, el alza de la contaminación del aire y la alta prevalencia de enfermedades respiratorias crónicas —especialmente tras la pandemia— han configurado un escenario complejo, con incremento de casos graves, fallecimientos y alta ocupación de camas críticas.

La directora del Instituto de investigación de Cuidados de Salud de la Universidad Andrés Bello, Naldy Febré, entregó detalles en relación a las medidas que actualmente se está ejecutando.

 Ante este panorama, el Ministerio de Salud reforzó la campaña de invierno, pilar clave para reducir la morbimortalidad respiratoria en población infantil y grupos vulnerables. En este contexto, amplió la vacunación contra la influenza a toda la población general (Circular B27 N°07), con la meta de alcanzar una cobertura del 85%. La vacunación ha demostrado ser la estrategia más eficaz para prevenir complicaciones, hospitalizaciones y muertes

Un ejemplo exitoso es la incorporación del anticuerpo monoclonal Nirsevimab al Programa Nacional de Inmunizaciones en 2024, para prevenir el Virus Respiratorio Sincicial (VRS), principal causa de hospitalización en menores de un año. Con una única dosis por temporada, alcanzó coberturas de 98,2% en lactantes y 89,6% en recién nacidos, logrando una notable disminución de hospitalizaciones y ningún fallecimiento en ese grupo etario.

Sin embargo, cuidar la salud pública no se limita a vacunar. Promover el cuidado colectivo —uso de mascarilla, lavado de manos, ventilación y aislamiento ante síntomas— es clave. Estas medidas deben ir acompañadas de políticas públicas claras, sostenidas y adaptadas a cada territorio. Prevenir es un deber compartido y un acto de justicia social

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